Un No Sin Música 2024 de odas al presente, para todos los públicos y con la sonrisa intacta
Crónica
Las actuaciones de Shinova y Coque Malla sobresalen en un festival donde El Kanka y Álvaro de Luna consiguen los conciertos más multitudinarios
Más de 15.000 personas pasaron por el Muelle Reina Victoria durante la décima edición del No Sin Música en Cádiz
Gabriel de la Rosa (Shinova): "Hay mucho odio en redes sociales. La única salida para avanzar es el amor"
Un grupo camina sin convicción, algo confuso, por la fuente de San Juan de Dios. Parece que buscan algo que no encuentran a la vista. Al momento, preguntan: "¿Dónde está el festival este año?". Un vecino amablemente les señala con el dedo, en dirección a un imponente coloso que se erige a lo lejos. "Allí, tenéis que pasar el monumento raro plateado y seguir recto hasta que veáis la entrada", les dice. Con un gracias se despiden a paso ligero, porque la música ya suena a lo lejos en el Muelle Reina Victoria de Cádiz, nueva ubicación de este No Sin Música 2024.
Unos instantes después, ya respiran hondo, están dentro. En ese momento, los gaditanos de DenisDenis ya están cumpliendo un sueño: tocan por primera vez en el festival de su tierra. Esta banda de pop-rock liderada por Denis Vélez inicia su directo con todo lo que tiene, con pura convicción. Su vocalista se afana en levantar a los recién llegados, logra captar su atención con una música que quiere sonar en un futuro en grandes salas y en los mejores festivales de España. Con camisa ceñida y pantalón de cuero, una voz que recuerda ligeramente a la de Bunbury dice a los presentes que no hay que hacerle caso a 'Rousseau'. Porque "no somos seres buenos, somos salvajes. Bestias que pueden enamorarse y encontrarse en encuentros fugaces". Y mientras apuntalaba su primer bolo en No Sin Música, un Denis crecido por las circunstancias bajaba con su gente, las concentraba en corrillo para terminar a saltos su oda al placer.
La nueva casa del No Sin Música ya había despertado. Mientras tanto, los primeros curiosos se fotografiaban con letras en grande con el nombre del festival, otra de las novedades estéticas. Los amplificadores Marshall gigantescos de Tarque rugían desde poco antes de las nueve de la noche del viernes. Una llamada al rock comandada por el virtuoso Carlos Raya a la guitarra. La banda defendió un repertorio propio, alejado del pasado de M-Clan, intercalado con alguna cover de grupos de los 70. Los potentes riffs, hicieron tamborilear el pecho de aquellos que se sumaron a ese aquelarre de rock que dio paso a la noche.
El prime time del festival fue para El Kanka, el artista más esperado, el que concentró mayor cantidad de personas durante su directo. El malagueño, un enamorado de Cádiz, se deshizo en elogios hacia la ciudad y su querido Carnaval. Con 'No jodan la marrana' arrancaba un viaje por su discografía que se alargó un poco más, porque al cantautor se le pasó volando su rato con la capital gaditana.
Minutos después, en el segundo escenario, Molina Molina hizo sus deberes de animar y divertir. Una de las grandes sorpresas del festival. Por allí, también pasaron Merino y Alan Nepa con sus propuestas de pop y rock, respectivamente.
Cuando ya era la madrugada del 3 de agosto, fue el turno para Carlos Sadness. El barcelonés se mostró bromista, rememoró con humor el aciago destino que vivió su su hit 'Qué Electricidad' la última vez que estuvo en Cádiz. "Ojalá me dejen terminar esta vez", apuntó entre risas. 'Big Bang' y 'Perreo Bonito' fueron las escogidas por Sadness para estrenar su defensa del "buen rollo". Sus fans lo agradecieron a base de bailes y corear sus letras. A medida que avanzaba su actuación, dio cabida a parte de su discografía menos actual, la que tiene un enfoque más festivalero. Al menos, tal como lo entienden los "indies". Esto, quizá, causó alguna brecha entre unas primeras filas que se debatían entre oír los cantos de Sadness o hablar. Una circunstancia, la segunda, cada vez más común en festivales, que el propio artista mencionó en una entrevista a Diario de Cádiz. En ciertos momentos, ciertos asistentes deberían pensar para qué pagan entradas. Lo mismo, escuchar una canción favorita puede salir más barato en Spotify. Mientras eso ocurría, Sadness continuada a lo suyo con un show cargado de referencias simpáticas a Cádiz. De hecho, hasta se atrevió con un rap improvisado. En el epílogo de su show, fue el turno para la aclamada 'Física Moderna'. Y esta vez sí, pudo terminar su concierto con 'Qué Electricidad'.
Uno de los directos más contundentes del festival llegó a las 3 de la mañana del sábado 3 de agosto con Shinova. El grupo vasco tenía la compleja misión de levantar a unos pocos miles que habían decidido quedarse hasta el final solo por ellos. La melódica voz de Gabriel de la Rosa lanzaba el mantra de que "es ahora, el tiempo que espérabamos es ahora, el comienzo de todo es ahora" para llamar a una multitud que necesitaba las 'Alas' de Shinova antes de volver a casa. La segunda elegida para tomar ritmo fue 'Gloria', otra de las novedades de 'El Presente'. Una canción que permitió mostrar a un animoso Gabriel, quien cumplió con su papel de frontman con creces. Un indicativo de lo que ha crecido Shinova es la presencia cada vez menor en el repertorio de temas de 'Volver', el disco que los catapultó. También otro medidor de éxito es el entusiasmo con el que se recibieron canciones nuevas como 'Berlín'. Pese a que van pasando los trabajos de estudio, el cénit de ellos sobre el escenario todavía es 'Qué Casualidad'. Una canción de amor con cierto magnetismo que la banda interpreta con mucho mimo y respeto, que lleva al mismo Gabriel hasta el éxtasis, de cabeza al foso para cantarle a sus fans. Tras un amago de marchar, y peticiones de bis, el adiós se consumó con 'La Sonrisa Intacta' y 'Te debo una canción'. Todo un himno que ya es su principal recurso para cerrar. "Gracias por tanto, por la risa y el llanto".
El rapsoda Coque Malla y el baño de masas de Álvaro de Luna
La segunda jornada del festival esperaba a otro de los nombres en grande de la música a nivel nacional en este 2024, a Álvaro de Luna. Antes Morochos, Marlon y Puño Dragón se encargaron de cargar el ambiente de optimismo para llevar en volandas al público hasta el escenario principal. El sevillano Álvaro de Luna ha conseguido en tan solo dos años hacerse un hueco en lo más alto. Durante algo más de una hora, éste pasó por sus grandes éxitos, versionó a Nena Daconte, invitó a Marlon a cantar con él e incluso desafió al público de Cádiz. "En el norte gritan más", aseguraba entre risas, mientras se acompañaba de un importante despliegue de luces y colores para deleite de los asistentes. De la capital dijo que le había dado "muchas cosas bonitas" para introducir 'Todo contigo', uno de sus temas más escuchados. El despliegue de serpentinas del artista hizo la noche a ciertos fans, que decidieron usar el papel rojizo como bandanas el resto del festival.
Cuando eran casi la una de la mañana del domingo 4 de agosto, se apresuraba Coque Malla en sus camerinos para poner un pie en las tablas de Coca Cola Stage. El madrileño estaba ya listo para dar el directo más auténtico de todo el festival. Sus dotes de teatro le valieron para combinar rock, poesía e incluso interpretación. 'Místico' dio paso a toda una alternancia de creaciones de Coque en solitario, de recitales y, cómo no, algo de 'Los Ronaldos'. Al fin y al cabo, lo que muchos de los presentes esperaban. Una suerte de rapsoda en tierras gaditanas que causó el momento con más móviles grabando con 'No puedo vivir sin ti'. Tras la cual, hubo cierto éxodo de público, pese a la de momentazos que aún iba a regalar el madrileño. Es lo que pasa con los 'cazatendencias'. Durante uno de sus soliloquios, Malla divagó sobre la energía, que a veces no se puede inventar, ni forzar que exista, "está o no está". Unas pausas y reflexiones que, pese a la hora, provocaban que la conexión con el público fuera a más. "Hoy voy a empezar a construir la casa donde estaré para toda la vida", dice 'Berlín', una optimista y bella letra cuya interpretación en directo por el conjunto fue exquisita. Para los que pedían algo más de electricidad. 'Adiós Papá' de Los Ronaldos y un 'Un lazo rojo, un agujero' (interpretada con Kase O en el disco). Impecable concierto de Coque Malla.
En la segunda jornada, el segundo escenario volvió a aportar un buen nivel con actuaciones como la de Nunatak o los anglosuecos de Alberta Cross. Una apuesta internacional muy particular del No Sin Música para este año. Cuando ya todo estaba casi decidido, 'Los Zigarros'. Los valencianos liderados por su vocalista Ovidi hicieron bailar con el puro rock, algo que se ve menos hoy en día, de 'Dentro de la Ley', 'Hablar' o 'Qué Demonios Hago Yo Aquí'. Sin embargo, lo más destacable de esta formación son los cambios de sonido introducidos a raíz de la publicación de su último disco. De hecho, Ovidi se presentó con un teclado al lado de su micro, el que usó para darle más peso a ciertos temas. El poder instrumental de canciones como '100.000 bolas de cristal' dejó patente la evolución de esta banda que ya sabe lo que es telonear a los Rolling Stones o a AC/DC. El pasado sábado en Cádiz, demostraron que van a más, pese a que en algunos momentos el sonido no permitiese escuchar con claridad la voz de Ovidi.
15.000 personas, según la organización, pasaron por No Sin Música 2024 durante los dos días. Algo menos que en ediciones anteriores. La ubicación del festival, en un espacio de mayores dimensiones, pasó desapercibida entre fieles y vecinos. Pues apenas se apreciaba el ruido de los conciertos en el centro de Cádiz esta vez. Un hecho que había causado molestias en capítulos pasados. En definitiva, todos contentos, con la sonrisa intacta, con la música sonando y más para todos los públicos que nunca.
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