El nuevo acceso a la estación del tren de Cádiz se ubicará en la avenida de Astilleros
Dará directamente al edificio del vestíbulo, que se abrirá por fin tras 20 años sin uso
La operación, pendiente de que se ejecute el nuevo aparcamiento exterior de Adif
Cádiz inaugurará un edificio 22 años después de ser inaugurado
El nuevo acceso a la estación del tren de Cádiz se ubicará por la avenida de Astilleros. Para su puesta en uso aún habrá que esperar a la ejecución de las obras previstas en el edificio del vestíbulo y, sobre, a la conclusión de la construcción del nuevo aparcamiento en superficie de la terminal férrea, que ocupará el solar lateral que da a la vieja estación de 1905, por la misma avenida.
Hasta ahora viene funcionando como entrada a la terminal férrea un acceso que da a la explanada frente a la muralla de la Cuesta de las Calesas, donde en su momento se construirá un parking subterráneo y una gran área ajardinada.
Esta entrada se usa de manera provisional desde que se construyó la nueva estación, hace más de dos décadas. Da directamente a la zona de vías, acumulando en una escasa superficie locales comerciales y la de espera para los pasajeros. Esta provisionalidad que, como es norma en esta ciudad, se ha alargado durante ya décadas, ha incluido al punto de venta de billetes y al servicio de atención al usuario, que en todo este tiempo ha ocupado unas dependencias anexas a la terminal.
Todo ello se trasladará al edificio del vestíbulo. Un inmenso inmueble, sobre el que irá un hotel de 5 estrellas de la cadena Barceló, que no se ha utilizado hasta ahora.
Finalmente, Adif ha decidido su apertura pero antes necesitará diversas obras de mantenimiento, como ya ha adelantado este diario, por la falta de uso durante estos veinte años.
La intención de Adif era, una vez ejecutada estos trabajos, para los que se da un plazo de dos meses una vez se proceda a su adjudicación y con un coste de unos 100.000 euros, era abrir el nuevo acceso peatonal. Este daría paso a la inmensa sala del vestíbulo nunca utilizado y, separado con una gran cristalera, de la zona de vías, que ya funcionaría de forma independiente.
Sin embargo, el plan de trabajo de Adif ha chocado con los problemas que se ha encontrado a la hora de urbanizar el nuevo aparcamiento en superficie, y con ello habilitar el espacio urbano para acceder a su equipamiento.
Esta obra tendría que hacer estado ya terminada, abriendo incluso una nueva calle entre los edificios de la Aduana y la fachada principal de la estación de 1905. Los trabajos se paralizaron ante la necesidad de modificar el proyecto, para reforzar la cimentación del nuevo estacionamiento. Pero con el documento ya modificado se topó con la prohibición del Ayuntamiento de Cádiz, que pidió una nueva licencia de obras.
En esta fase estamos, desde hace ya meses, con un conflicto abierto entre el Ayuntamiento y Adif. La empresa pública considera que, como tal, no necesita una nueva licencia para dar continuidad a unas obras ya iniciadas en su momento. Desde San Juan de Dios se niega esta posibilidad. Este conflicto ha acabado ante el juzgado de lo Contencioso.
Ante esta situación, lo más posible es que Adif termine de habilitar el vestíbulo pero no pueda abrir el nuevo acceso a la terminal, pues tendrá aún pendiente la urbanización exterior. Y eso pensando en que se logre solventar pronto el conflicto con la administración local.
Mientras tanto, los usuarios de la estación de Cádiz seguirán utilizando el actual acceso provisional... desde hace 20 años.
En su momento la terminal tendrá un segundo acceso: será a través de la vieja estación de 1905. Esta conexión se habilitará cuando se ejecute, algún día, la adaptación del antiguo espacio ferroviario en una zona de hostelería y ocio, que también acumula ya una década de atrasos en su proyecto.
Cuando esto ocurra, el usuario podrá llegar al tren recorriendo la vieja terminal, como pasó entre 1905 y mediados de los años 60, cuando se cerró al público.
Lo cierto es que todo el proceso de remodelación del complejo ferroviario de la ciudad se ha convertido en un problema constante. Desde que se ejecutó el soterramiento de la vía del tren, que sí se hizo en tiempo y forma, la apertura de la terminal, el arreglo de la vieja estación, y la urbanización de todos los espacios exteriores se han convertido para la ciudad en un constante dolor de cabeza.
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