El nuevo hotel de 5 estrellas en la estación de Cádiz tendrá una amplia zona comercial

Que el desarrollo del Plan Plaza de Sevilla se está convirtiendo en un auténtico dolor de cabeza para el Ayuntamiento de Cádiz, tanto para este gobierno como para los anteriores, lo demuestra que desde que se aprobó esta operación urbanística se han celebrado ya más de 40 comisiones de seguimiento. En las mismas participan las distintas administraciones y empresas públicas encargadas de su desarrollo, y todas igualmente desesperadas.

En la última de las reuniones celebrada hace apenas unos días, los participantes volvieron a discutir casi de los mismos temas que en encuentros pasados. A modo del día de la marmota, el Plan no acaba de coger ritmo. 

Es cierto que se avanza algo, pero la lentitud de todo el proceso sigue poniendo en riesgo la ejecución de proyectos que son esenciales dentro de esta planificación urbana, como el hotel sobre el edificio del vestíbulo y el mercado gastronómico en la terminal ferroviaria de 1905.

En el primero de los casos, el proyecto diseñado por el Grupo Barceló, para construir un hotel de seis plantas sobre el vestíbulo de la estación del tren, con una categoría de 5 estrellas, ya tiene todos los parabienes de la Comisión Provincial de Patrimonio y de la propia concejalía de Urbanismo. Y sin embargo, los promotores aún no pueden empezar la obra ya que están pendientes de la rúbrica definitiva del estudio de detalle por parte de técnicos del mismo Ayuntamiento. Todo ello a pesar de que lo previsto cumple todas las normas y toda la legalidad.

La última comisión de seguimiento sí ha visto el proyecto para locales comerciales que va a complementar la oferta del hotel Barceló. 

Para ello se va aprovechar la inmensa sala que, cuando se construyó el edificio del vestíbulo, se pensaba dedicar a un complejo de salas de cine. De gran altura (como se puede ver en la imagen que acompaña a esta información), tiene espacio suficiente para habilitar varias tiendas que den servicio tanto a la clientela del hotel como al público en general. Al mismo se podrá acceder desde el acceso del futuro hotel.

El acceso al puerto

También se ha avanzado en el proyecto del nuevo acceso al espacio portuario.

Dentro de la reordenación ya prevista por la APBC se incluye el cierre de la puerta principal que da a la plaza de Sevilla. Esta se sustituirá por un amplio acceso por la avenida de Astilleros. El puerto ya ha habilitado la entrada interior, con garitas incluida. Ahora queda por construir una rotonda en la avenida que facilite el paso de los vehículos.

Igualmente se avanza en el proyecto para la conexión viaria desde el muelle a la red ferroviaria. Esta línea la utilizarán los trenes de mercancías que llegarán hasta el nuevo muelle de contenedores, pasando por el túnel ahora en construcción por parte de la APBC. La vía tendrá que atravesar la futura avenida de Astilleros (aún pendiente de ejecutar), aunque la interrupción en la circulación será mínima ya que estas unidades ferroviarias circulan por la noche.

Otro tema pendiente es el futuro del mercado gastronómico, a ubicar en la terminal de 1905.

Como ya adelantó este diario, buena parte de los promotores de este proyecto están planteándose abandonar el mismo. Los años que se han perdido desde que se aprobó esta actuación, ante los conflictos administrativos y los problemas ante la falta de servicios como la luz y la red de saneamiento, han desanimado a los inversores, ahora centrados en otros proyectos. En todo caso, una parte de ellos se muestran dispuestos a darle continuidad al plan. El futuro de esta operación se tendrá que decidir en las próximas semana.

La última pata analizada por la última comisión de seguimiento del Plan Plaza de Sevilla también tiene al Ayuntamiento como protagonista, y al parón que se está ocasionando desde dentro de la propia administración local.

En este caso se hace referencia a la puesta en valor del solar que, propiedad de Adif, pasó a manos del Ayuntamiento en la última modificación del convenio de 2008.

Este terreno iba a ser ocupado en su día por la sede de la nueva Comisaría de la Policía Nacional, proyecto que después fue abandonado por el Ministerio del Interior.

En su lugar, el plan municipal era proceder a su venta, teniendo en cuenta que había empresas interesadas por este suelo, entre ellas algunas dedicadas a la construcción de residencias de mayores y a locales comerciales. El dinero que se iba a conseguir se destinaría para financiar parte de la nueva avenida de Astilleros (que duplicará su número de carriles, ampliará el paso peatonal y creará un carril bici, además de dejar espacio para el incierto tranvía metropolitano).

Sin embargo, el proceso de reparcelación sigue sin cerrarse, aunque el Ayuntamiento acumula ya más de tres años de gestiones administrativas.