“El nuevo pliego de limpieza es una temeridad”
La limpieza en Cádiz
Trabajadores de Sufi Cointer señalan puntos negros de un contrato que no podrá cumplirse
Sobre el futuro contrato de limpieza se han escuchado los puntos fuertes, las mejoras que suponen respecto al servicio que se viene prestando desde el año 2006 o las incorporaciones técnicas y tecnológicas que se hará después de catorce años, que son muchos años para el mundo de la tecnología en los tiempos actuales. Pero la voz que no se había escuchado hasta el momento respecto a esas condiciones que debe cumplir la nueva concesionaria del servicio de limpieza es precisamente la de aquellos que se encargan de ejecutar el contrato en la calle; los barrenderos, conductores y demás personal que conforma la plantilla de la actual Sufi Cointer. Y su valoración no es precisamente positiva respecto a lo que se avecina.
“El pliego es una temeridad”. Así de contundente se muestran trabajadores de la empresa sobre esta cuestión. “Y económicamente ni te cuento; por eso no se han presentado más empresas”, añaden en referencia a la participación en la licitación de únicamente tres firmas del sector que además guardan ya en la actualidad relación con la ciudad.
Uno de los puntos que más directamente señalan es el de la plantilla de la que se hará cargo la futura adjudicataria y las horas de trabajo que con ese número debe cumplir. Recuerdan las fuentes consultadas que cuando Sufi Cointer se hizo cargo de la limpieza de la ciudad en 2006 asumió una plantilla de 404 trabajadores para la que se programó el ritmo o afluencia de trabajo previsto en el anterior contrato; frente a esto, el nuevo pliego recoge una subrogación de 331 trabajadores. “Y aún así se han incrementado las horas de limpieza (1.037 más, en concreto, que las del actual contrato hasta alcanzar las 57.000 horas). ¿Cómo se hace eso?”, se preguntan los trabajadores.
Otro punto que señalan es la ausencia de información en el pliego sobre los locales que deberá ocupar la futura concesionaria para poder prestar el servicio. “¿De dónde van a salir esos locales? ¿Quién los va a pagar?”, se preguntan. Y en el caso de que la intención sea mantener las actuales sedes, apuntan las fuentes consultadas al mal estado de las oficinas centrales que la empresa actual tiene en la Zona Franca (en la calle Algeciras). “Se inunda cuando llueve, tiene amianto en los techos, no dispone de salidas de emergencia, tiene un depósito de gasolina en el interior...” enumeran, evidenciando unas condiciones nada apropiadas para realizar el servicio con seguridad y comodidad.
El apartado de salarios de la plantilla tampoco parece convencer mucho a sus integrantes respecto a lo que reza el pliego redactado por el Ayuntamiento. “Han hecho un redondeo para poner a todos los trabajadores un 32% de gastos sociales. Pero eso no es así, porque hay muchos que por antigüedad ya tienen el 33,3%, o incluso más”, advierten. Y unido a esto, aseguran que en el pliego hay “salarios que están fuera del convenio actual”.
Por todo ello, están convencidos de que cumplir el pliego al 100% será una misión imposible para la empresa que finalmente se haga cargo del servicio, por lo que trasladan la incertidumbre por las condiciones en las que desarrollarán su trabajo en los próximos años.
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