Como nuevo

Navantia-Cádiz recibe "un sobresaliente" de la Armada al finalizar las obras de mantenimiento en la primera varada obligatoria del LHG 'Juan Carlos I'

Durante la mañana de ayer se terminaban varias faenas en la cubierta de vuelo del buque insignia de la Armada.
Durante la mañana de ayer se terminaban varias faenas en la cubierta de vuelo del buque insignia de la Armada.
F. R. Cádiz

21 de febrero 2015 - 01:00

A lo largo de las últimas semanas, el dique principal del astillero de Cádiz ha contado con un invitado estrella, el buque insignia de la Armada Española, el LHD Juan Carlos I. El mismo del que salió la etapa gaditana de la Vuelta Ciclista volvió para hacerse su primer lavado de cara, lo que se conoce como varada obligatoria. Ayer, Navantia y Armada dieron por culminados esos trabajos que han dejado al buque como nuevo.

Durante unas dos horas, los medios de comunicación fueron invitados a recorrer las entrañas de este gigante. Desde la cubierta de vuelo, desde la que despegan harriers y helicótperos, se divisaba a un lado la Catedral de Cádiz, al otro, el segundo puente. Estampa gaditana. Pero más allá de costumbrismos, en el ambiente se notaba satisfacción mutua, de una y otra parte.

El comandante del buque, el capitán de navío Gonzalo Sanz, puso nota al trabajo desarrollado durante casi dos meses por plantilla e industria auxiliar en Cádiz. "Le doy un sobresaliente, y no le doy matrícula de honor para no pasarnos en exceso de confianza y nos relajemos para la siguiente", bromeó, para confirmar que "estoy muy satisfecho porque todas las tareas se han realizado en tiempo y con la calidad adecuada". En el otro lado, Oscar de Torres, jefe de buque de Navantia y responsable de estos trabajos: "También daría un sobresaliente a esta reforma, aunque siempre tenemos que seguir mejorando para futuros trabajos".

La pregunta fue inevitable: ¿Será Navantia-Cádiz sede de la Armada para este tipo de reparaciones? La respuesta del comandante no podía ser, por razones evidentes, contundente: "La construcción del barco en sí ya fue un éxito industrial -lo hicieron los astilleros gallegos-, como lo demuestra el hecho de que se ha exportado a Australia y está en vías de exportación a Turquía. En concreto, las obras aquí de Navantia y el resto de la industria auxiliar de Cádiz, la inspección técnica de la Armada y la dotación del barco, entre todos hemos sido capaces de sacar esto adelante".

Y le replicó De Torres: "Ha sido un reto nuevo para nosotros, era la primera vez que varábamos este barco y era muy importante. Se está consiguiendo gracias a la industria naval de la Bahía, gracias a la experiencia técnica de esta factoría de Cádiz y para nosotros está siendo un reto importante. Confío en que ésta sea la factoría adecuada como sede de este barco y de todos los que considere la Armada".

En cuanto a la obra en sí, el jefe de buque de Navantia explicó que se han tocado muchas disciplinas, especialmente aquellas que tienen que ver con el recorrido del sistema de propulsión, como las azipods, tarea en la que se han afanado durante 23 días, y que será probada definitivamente a partir del lunes ya navegando con parte de la dotación del buque. "Ese quizás ha sido el proyecto más importante, pero también hemos pintado el barco entero, y la cubierta de vuelo donde se han chorreado y pintado 1.800 metros". De Torres explicó, para los no entendidos en esta materia, que las azipod "son las hélices que impulsan a un barco convencional, pero en este caso lleva dos, una en babor y otra en estribor, con doble hélice cada una y que se llaman azimut. Su fabricante es Siemens, y hemos trabajado directamente con ellos, con los técnicos que han venido desde Alemania para este trabajo, y son las que propulsan y gobiernan el buque". El Juan Carlos I es el único buque de la Armada con este sistema de propulsión.

Para todo esto ha sido necesaria mucha mano de obra. El jefe de buque detalló ayer que la punta de personal más grande ha sido de unos 450 operarios en turnos de mañana, tarde y noche.

La que ayer se dio por finalizada era la primera revisión en profundidad que se hace del Juan Carlos I desde su entrega en septiembre de 2010. Su comandante continuó explicando que esta revisión continuará en la Base de Rota "de forma muy profunda en todas aquellas partes que habitualmente no se pueden tocar con el barco a flote, como los sistemas de propulsión, estabilizados, etc. Personalmente creo que ha sido un verdadero éxito, todas las tareas se han ejecutado con la calidad y el tiempo que se había solicitado y ha salido muy bien", insistió.

Y continuó explicando esa buena relación entre ambas partes. "Navantia construye barcos para la Armada que responden a las necesidades específicas de la Defensa española y eso es un éxito, aunar nuestras necesidades con las capacidades técnicas de Navantia. Una vez construidos, la capacidad de sostenimiento y mantenerlos con capacidad operativa durante toda su vida es otro éxito que viene de la relación continua y diaria que tenemos con Navantia y las industrias auxiliares. Esa relación es buena en general, con momentos de fricción como todas las relaciones, pero donde los resultados finales son satisfactorios".

El lunes saldrá de la varada y, como explicó Gonzalo Sanz, continuarán las pruebas en el mar el lunes y el martes. Después, a Rota durante dos meses y, a partir del 1 de mayo, el buque estará a disposición de nuevas misiones y ejercicios. Pero antes, durante el primero de esos dos meses, necesitarán hacer adiestramiento propio, volver a operar con aeronaves y lanchas de desembarco, recuperar las certificaciones de los pilotos y patrones de embarcaciones. Lo que el comandante definió como "hacer nuestra pretemporada".

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