Obligado a conducir con paraguas un conductor de la línea regular de autobuses entre Barbate y Cádiz

Cada mañana un pasajero se hace cargo de aguantarle el paraguas al conductor para que no se moje mientras lleva el autobús

Las goteras se extienden a lo largo de todo el vehículo y ni funciona el aire acondicionado en verano ni la calefacción en invierno y los usuarios están ya hartos de reclamar que se solucionen estas deficiencias

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Las goteras que entran en este autobús que recorre el trayecto entre Barbate y Cádiz obligan al conductor a protegerse con un paraguas
Las goteras que entran en este autobús que recorre el trayecto entre Barbate y Cádiz obligan al conductor a protegerse con un paraguas

Cádiz/Muchos se escudan y encuentran una presunta excusa válida diciendo que en Cádiz no estamos acostumbrados a que llueva tanto como lo está haciendo estos días. Pero eso, no es excusa válida. Las abundantes precipitaciones que están cayendo a lo largo de la última semana y más, de los últimos días, están dejando al descubierto muchas deficiencias estructurales en muchas de las instalaciones deportivas de la ciudad, en muchos edificios, en muchos colegios y, ahora, lo último, en los medios de transporte públicos.

No es una invención ni la imaginación de una mente antisistema y loca por criticarlo todo. Los hechos que se reflejan en esta información parten del testimonio de una usuaria que cada día de la semana, de lunes a viernes se ve obligada a viajar en autobús desde Barbate, donde reside, hasta su puesto de trabajo ubicado en Cádiz capital.

Son muchas horas pero los trabajos no están como para decir que no por el simple hecho de que el puesto no esté cerquita de casa. Es ya de por sí un sacrificio que podría no tener precio con tal de trabajar y con tal de poder llevar el pan (o los picos) a casa,.

Esta usuaria, que ha preferido que no salga reflejado su nombre ni siquiera a modo de siglas para que nadie se lo tenga en cuenta, llamaba este miércoles a esta redacción para contar que este viaje ya ha podido ser la gota que ha colmado el vaso. Y eso de la gota, como verán, no es nada en sentido figurado sino que es en sentido estricto del término.

Una señora tiene que aguantarle el paraguas al chófer mientras éste conduce
Una señora tiene que aguantarle el paraguas al chófer mientras éste conduce

Como cada mañana, esta usuaria, que podríamos llamar como M.C., cuenta que la mañana de este miércoles ha tenido que ocuparse de aguantar el paraguas para que el conductor no terminen pipandito. No es que la lluvia le entrara por la ventana a causa del viento o por la puerta cada vez que se la abre a los usuarios del bus. Lo singular es que este bus de la empresa Comes tiene goteras y cuando llueve tanto el conductor como buena parte de los pasajeros se mojan y se ven obligados a viajar con el paraguas abierto.

M.C., al ver que este miércoles, el conductor tenía que llevar el volante y el resto de dispositivos a la vez que las goteras le caían encima. La lluvia que accedía a través del a cubierta superior del bus lo tenía ya chorreando, de manera que M.C. observó que una usuaria tuvo el bonito aunque ridículo detalle de abrir el paraguas y aguantárselo al chófer para que éste dejara de mojarse.

Y es que los usuarios de esta línea que M.C. coge a las seis de la mañana todos los días de la semana están hartos ya de poner hojas de reclamaciones y de quejarse ante el conductor, precisamente alguien que no tiene culpa alguna de las condiciones en las que se encuentra el bus que conduce.

Según los usuarios de esta línea en concreto que recorre a las seis de la mañana el trayecto entre Barbate y Cádiz se congelan en invierno y se asan en verano. Al parecer, el aire acondicionado sale demasiado fuerte y tienen que contrarrestar el flujo del aire frío con papeles para evitar que la temperatura siga subiendo en el interior del vehículo. Y en verano, según cuenta, es al contrario porque el aire acondicionado o no funciona o cuando funciona no da abasto para aminorar el calor.

Así que este podría estar convirtiéndose en el bus del terror, en el trayecto del horror. Y M.C. afirma, a pesar de todo, que sigue dispuesta a seguir soportándole el paraguas al chófer de este bus que le hace posible cada mañana llegar a tiempoa su puesto de trabajo. Y esto a pesar de que el hecho de tapar con su paraguas al conductor la condena a mojarse ella con el agua que cae del techo de este medio de transporte público pagado precisamente con el dinero de todos los contribuyentes.

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