La ocupación hotelera cayó un 11% en Cádiz durante la Semana Santa
Los resultados superaron en algo las expectativas iniciales tanto de los hoteleros como de los hosteleros a pesar del mal tiempo
Los hoteleros de Cádiz miran al cielo buscando claros para evitar más cancelaciones
¿Está siendo la Semana Santa más lluviosa en Cádiz?
Los hosteleros y hoteleros de Cádiz tienen aún dolor de cuello de tanto mirar al cielo durante esta semana santa. Esto es un decir ya que las aplicaciones de los móviles y páginas de internet como Aemet o Windguru han sido capaces de acertar casi al dedillo, casi al minuto, la hora en la que hacían aparición las primeras gotas de lluvia y cuáles iban a ser las horas valle en las que las procesiones podían echarse a la calle aunque fuera con un plan b con refugio o con vuelta al templo a ritmo X4.
En sus ruegos y oraciones, los directores de los hoteles y propietarios de los restaurantes de la ciudad incluían la petición a las altas y divinas instancias para que las lluvias no fueran tan graves como se esperaba y, en segundo lugar, que los turistas fuera valientes y se arrojaran a visitar la ciudad a pesar del mal tiempo reinante. Y al final, concedido, ya que a excepción del Domingo de Resurrección en el que apenas hubo tregua, a excepción del tramo del día en el que fue posible el regreso del Despojado a su hogar de la iglesia de San José, el resto del puente que se inició el Jueves Santo se registró una asistencia de turistas tanto nacionales como internacionales algo mayor de lo esperado.
También hay que ser justo y reconocer que los hoteles, al igual que el resto de los mortales, supieron manejar sus precios a la vista del mal tiempo que se avecinaba, llegándose a registrar algunos costes por habitación y persona muy poco habituales en épocas como la Semana Santa, en la que los alojamientos de la ciudad y de la provincia suelen registrar casi un lleno hasta la bandera.
Así, el presidente de la patronal de la hostelería, Horeca, Antonio de María, reconocía este lunes que los hoteles han hecho un 65-67% de media en la provincia de Cádiz, mientras que en la capital se había registrado un 71%, varios puntos más de los esperado inicialmente por la propia Horeca.
Así mismo, De María recordó que el año pasado la capital llegó a alcanzar un 82% de media de ocupación hotelera , mientras que la provincia sumó dos puntos más, llegando a alcanzar un 84% de pernoctaciones.
Horeca no ha querido convertir este descenso como de tragedia ni nada parecido, ya que el mal tiempo es siempre un factor que tanto la hotelería como la hostelería tienen siempre en cuenta a la hora de hacer sus cuentas anuales y este año les ha tocado perder algo por culpa de las precipitaciones.
Y no sólo por las lluvias propiamente dichas sino porque la lluvia no ha llegado por sorpresa sino que ya, desde hace más de un mes, los gurús de la meteorología ya vaticinaban una Semana Santa con paraguas e impermeables, incluso con bufadas y guantes, ya que el viento ha ido cambiando a lo largo de toda la Semana Santa, pasándose del viento del sur de los días de lluvia al Norte y al Poniente que han dejado helados a muchos gaditanos y turistas que se arrojaron a salir a la calle en busca de alguna procesión o simplemente para visitar los pasos de las procesiones que tuvieron que quedarse en el interior de sus templos para así evitar los daños al patrimonio.
Datos de la hostelería
En cuanto a la hostelería, Antonio de María Ceballos ha afectado más seriamente a los bares, restaurantes y cervecerías de la capital. Tanto es así que el presidente de Horeca habla de que la hostelería se ha quedado con la botella medio llena con una ocupación de la mitad de los establecimientos.
Lo que sí insistía una vez más Antonio de María es en que los establecimientos que tenían terrazas se han llevado la peor parte, ya que la lluvia intermitente provocó que los bares y restaurantes no sabían si sacar sus sillas y mesas a la calle, ya que los potenciales clientes no se sentaban ni siquiera durante los momentos de tregua de la lluvia, ya que la temperatura en la calle no acompañaba.
Así, restaurantes como El Balandro o Arte Serrano, que no cuentan con muchas mesas en la calle y sí con mucha superficie disponible en el interior de sus establecimientos son los que han salido mejor parados tras esta Semana Santa de paraguas e impermeables. De hecho, Antonio de María destaca que los gaditanos y visitantes optaron por refugiarse de la lluvia en estos restaurantes, fuera la hora fue fuera, para un café, para merendar o para una cena.
Sin embargo, al otro lado se quedaron aquellos establecimientos de la hostelería que suelen tener en la calle a buena parte de sus clientelas al no contar con locales muy espaciosos.
Al mal tiempo, buena cara
Haciendo memoria, el presidente de Horeca dice no recordar una Semana Santa tan castigada por la lluvia en los últimos años como está última a la que se ponía fin este Domingo de Resurrección. Pero tampoco olvida que esta mala noticia para el sector es y ha sido una grata noticia para la provincia, que ha visto como sus pantanos se recuperaban y garantizaban agua para sus poblaciones para varios meses y que casi aseguraban un verano sin restricciones, situación que se espera que mejor aún si cae alguna precipitación más antes de la llegada de mayo o junio.
De hecho, puestos a hacer cuentas, Antonio de María afirma que tanto para el sector de la hotelería como de la hostelería es siempre peor un verano con restricciones de agua que una Semana Santa herida por la lluvia. "Hay que pensar que la sequía provoca incluso que empeore la imagen de los hoteles tanto de Cádiz como de la provincia, ya que la falta de agua les impide mantener sus jardines e instalaciones en condiciones para recibir a los turistas". Y no sólo eso sino que los que llegan a Cádiz se encuentran playas con restricciones, sin duchas ni grifos para beber o para lavarse los pies, lo que da una imagen de playas con falta de servicios considerados esenciales.
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