El otorrino Juan Bartual, profeta en su calle

No es muy común en Cádiz eso de otorgar un reconocimiento a los suyos. Pequeño es el listado de gaditanos, y de ciudadanos adoptivos, que han recibido el homenaje de la ciudad por su entrega, su trabajo, sus méritos, en algunos casos cuestionable. Y más reducido es aún el de aquellos que han recibido tal distinción en vida. Esto último es lo que este sábado le ha ocurrido al médico y catedrático Juan Bartual Pastor, que desde ahora se ha convertido profeta no solo en la ciudad de la que se siente más ciudadano que la de su nacimiento, sino en su propia calle, donde reside desde hace años, la que desde ahora llevará su nombre.

En un emotivo, y caluroso, acto celebrado en la esquina de la nueva calle con la Avenida se ha descubierto el rótulo que desde hoy indica el tramo de Fernández Ballesteros que une la Avenida principal con el Paseo Marítimo. Profesor Juan Bartual Pastor, se llama la calle que homenajea la trayectoria de un ciudadano que pese a nacer en Valencia estaba predestinado a vivir en Cádiz; como ya hizo en su niñez durante varios años, como lo habían hecho generaciones anteriores desde 1781 entre militares, catedráticos y constructores. Y como él lleva haciendo desde que obtuvo la cátedra en la UCA en 1968. A pesar de que, como ha confesado el homenajeado, el primer día que pisó el Hospital de Mora y conoció un Servicio de Otorrinolaringología que se traducía en habitaciones vacías y prácticamente ningún objeto ni elemento, llamó a su padre llorando para decirle que esa misma noche se volvía a Valencia. "Ni hablar, te quedas ahí y haces un servicio como Dios manda, me dijo mi padre", ha recordado emocionado. Y así fue desde ese día de junio de 1968. "Y aquí sigo hasta que Dios quiera".

Bartual obedeció a su padre y empezó a abrir un camino profesional muy productivo para la ciudad, atendiendo a cientos de pacientes, mejorando las técnicas y equipos para dar el mejor tratamiento posible, e incluso implicándose a fondo en iniciativas como la creación del Colegio de Sordos, que recordaba fue posible por mediación de personajes como Pedro Pacheco, que les cedió un solar en Jerez para construir el centro, y "mi amigo José Pedro Pérez Llorca", que hizo las gestiones oportunas en el Gobierno de entonces para financiar las obras de construcción. Para testimoniar todo ello ha acudido al acto, por ejemplo, una señora que siempre estará agradecida porque "salvó la vida a mi hijo cuando tenía 8 años", confiesa emocionada.

Más allá de su actividad profesional, y de la intensa aportación a la sociedad derivada de ella y de su preocupación por la atención a las personas sordas, Bartual enraizó tanto en ese Cádiz del que se quiso marchar el primer día que terminó muy vinculado al Carnaval, participando incluso en varios coros. Y en el mundo de las cofradías, como ha reivindicado este sábado recordando que un año cargó la Virgen de los Desamparados del Caído.

Por todo ello, por tanta entrega a la ciudad, este sábado se daban cita en el acto de descubrimiento del rótulo el alcalde de la ciudad, Bruno García, un buen número de concejales (José Manuel Cossi, Pablo Otero, Gloria Bazán y Loli Pavón por parte del equipo de gobierno, así como Óscar Torres y Natalia Álvarez del PSOE), el rector de la Universidad, Casimiro Mantel, que quiso trasladar el "orgullo de que uno de los nuestros dé nombre a una calle de la ciudad"; el decano de la Facultad de Medicina actual, Manuel Rosety; y el anterior, Antonio Lorenzo; el presidente del Ateneo, José Almenara; o compañeros de profesión que además comparten con Bartual la pasión por las fiestas de la ciudad, como Antonio Fernández Repeto; entre otras muchas decenas de médicos, amigos, familiares y vecinos de la ciudad que con un considerable aplauso han refrendado la decisión del Ayuntamiento de que el profesor Juan Bartual Pastor tenga desde hoy una calle en Cádiz. En su propio domicilio.