La pandemia no puede con los pisos turísticos en Cádiz
Desarrollo turístico
Desde marzo de 2020 se han inscrito 245 nuevas viviendas aunque el número total crece en un centenar tras restar las que se han dado de baja
Hay 5.000 camas más que en los hoteles
En abril de 2020 funcionaban en Cádiz 1.608 pisos turísticos. En una localidad con una oferta hotelera escasa y donde costaba sacar adelante nuevos proyectos hoteleros, esta novedosa forma de hospedarse acumulaba una tendencia al alza espectacular en la ciudad desde que en marzo de 2016 se inscribió, en el registro de la Junta, la primera vivienda turística, ubicada en el Paseo Marítimo.
En ese mes de abril España acababa de estrenar el confinamiento con el que se pretendía vencer a la pandemia del coronavirus. Entonces se pensaba que con unas semanas de enclaustramiento, de no viajar ni apenas salir a la calle, sería suficiente. Un año después asumimos que era un pensamiento ingenuo.
La crisis sanitaria se tornó pronto en económica a una escala mundial y especialmente europea. Entre otras cuestiones, se cerraron las fronteras y las ganas de muchos a los viajes turísticos. Y ahí comenzó el calvario para los propietarios de los pisos turísticos que, como las empresas hoteleras tradicionales, vieron como sus negocios se cerraban o apenas alcanzaban un nivel de ocupación suficiente para mantener su rentabilidad.
En agosto de 2020 las viviendas turísticas inscritas ya habían bajado a 1.517. A partir de ahí, propietarios que veían como su negocio se venía abajo ante la falta de clientela optaron por recuperar el uso residencial de estas casas. La oferta inmobiliaria de alquiler de la ciudad aumentó con pisos en muy buen estado y con el mismo nivel de precios ya existentes antes en el mercado.
Todo hacía suponer que esta tendencia al cierre de estos negocios se iba a mantener y acrecentar ante la persistencia de la pandemia, pues al turismo internacional se le unió pronto el cierre del nacional.
Sin embargo, los datos aportados por la Junta de Andalucía dejan claro que el fenómeno de esta modalidad de alojamiento sigue muy vivo en Cádiz, y que la pandemia y los efectos en la economía global apenas si le han supuesto un rasguño.
El último dato que maneja la Consejería de Turismo es elocuente: Cádiz cuenta hoy con 1.701 pisos turísticos, casi un centenar más que al inicio de la pandemia, que ofertan 7.865 plazas. Todo un récord para un negocio que, legalmente, se inició hace ahora cinco años.
Pero hay más. En los doce meses de pandemia se inscribieron en la Delegación de Turismo de Cádiz unas 245 nuevas viviendas turísticas, cuyos propietarios no tuvieron miedo a los efectos perversos de la enfermedad en el negocio. Que la cifra final se quede en un centenar más se debe a que en este tiempo se han dado de baja en el registro unos 150 pisos.
La última casa inscrita en el registro de la Junta data del 30 de marzo pasado, y se ubica en la calle Alonso Cano.
Junto a ello, las empresas turísticas que se encargan de la gestión de buena parte de esta oferta consideran que, más allá de la pandemia, hay al menos un 10% de los pisos que están ya fuera de este mercado, aunque no se les ha dado de baja.
Con todo, con las fronteras provinciales aún cerradas, vuelve a animarse la oferta en decenas de estos pisos turísticos, muchos de ellos con precios cercanos a los 100 euros al día.
Con estas cifras, Cádiz sigue estando entre las 40 ciudades de España, de más de 8.000, en número de viviendas turísticas, según un reciente estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas.
LA TERCERA DE LA PROVINCIA
En la provincia, sólo Tarifa y Conil le superan. Es notable el caso de la primera población, que desde agosto del pasado año ha experimentado un notable crecimiento de esta oferta de alojamiento. Pasa de 1.614 pisos a 1.877, con un total de 9.782 plazas; por el contrario, Conil ha experimentado un acusado descenso en este periodo de tiempo: tenía 2.007 viviendas y ahora están inscritas 1.760, 60 más que en la capital, aunque mantiene un elevado número de plazas, 9.423.
Por debajo de los índices de Cádiz, y con tendencia al descenso, está Chiclana, la ciudad con mayor oferta hotelera de la provincia. En este caso tiene 1.230 pisos turísticos, cerca de 80 menos que en agosto pasado, y 7.370 plazas.
A partir de ahí, el resto de las ciudades con mayor poder turístico en la provincia están por debajo del millar de viviendas. Sólo se acerca El Puerto de Santa María, con 851 y una tendencia al alza; Jerez apenas cuenta con 553 viviendas turísticas tras perder 124 en ocho meses, limitando su oferta de camas a 2.802.
Arcos no llega al centenar y Sanlúcar se queda por debajo de las quinientas. Todo ello en una provincia que ya ha superado las 10.000 viviendas turísticas (10.663) que ofertan las 57.470 plazas.
Estos datos quedan muy lejos de la situación de este sector en las dos principales capitales de la región: Sevilla y Málaga.
La primera, donde el Ayuntamiento ha aprobado recientemente un plan de control de esta oferta para evitar el colapso de su centro histórico, cuenta con 6.591 pisos turísticos y 37.161 plazas, datos similares a los de Málaga, con 6.465 y 37.665 camas. En todo caso, teniendo en cuenta la población, porcentualmente Cádiz tiene una oferta mayor que estas dos ciudades.
Claro que si nos referimos a los datos por provincias, la Costa del Sol simplemente arrasa: tiene en total 40.226 vivienda y oferta 212.402 plazas, más que el resto de la región.
En la cola están Huelva y Jaén. La primera, ciudad que supera en población a Cádiz capital, apenas tiene, según la Junta, 26 viviendas turística que ofertan 202 plazas. Algo más hay en Jaén: 62 alojamientos y 268 camas.
LOS APARTAMENTOS TURÍSTICOS
Si los pisos turísticos han crecido de forma desorbitada en estos cinco años, también han aumentado los denominados apartamentos turísticos.
A falta de suelo para la construcción de conjuntos residenciales, como ocurre en las ciudades costeras de la provincia, en Cádiz los promotores de este modelo de alojamiento han optado por la compra y rehabilitación de fincas completas, fundamentalmente en el casco antiguo de la capital.
Según la Junta están inscritas con esta categoría 24, con 761 plazas. De esta forma, entre pisos y apartamentos, la capital oferta actualmente 8.626 camas.
La cifra multiplica por tres a la oferta del sector hotelero tradicional, formados por hostales, pensiones y hoteles de hasta 4 estrellas, pues la capital adolece de hoteles de 5 estrellas.
En conjunto son 39 equipamientos con apenas 2.822 plazas, claramente insuficientes para atender la demanda turística en muchas épocas del año, sin contar con la incidencia de la pandemia.
Hoy hay en marcha algunas nuevas promociones hoteleras, mientras que otras están pendientes de la aprobación administrativa. En conjunto, cuando estén ya terminadas, incrementarán las plazas en un millar más.
Récord
Entre todas las ofertas de alojamientos Cádiz supera ya las 11.000 camas
De esta forma, Cádiz capital dispone de una oferta de alojamiento, en todas sus modalidades, que llega ya a las 11.448 camas. Esta cifra solo es superada por Chiclana (que en plazas hoteleras ya cuenta con 11.254 camas) Conil, con más de 15.000, y Tarifa con algo más de 14.000.
Este número y esta posición de la capital es muy significativa pues refleja la relevancia que cada vez está teniendo como referente turístico. No olvidemos que hasta hace poco más de una década el visitantes que llegaba ya contaba con su propio piso para el verano en el Paseo Marítimo. Hoy, la demanda se extiende, a la vez que crece, muy por encima de la media, el número de visitantes procedentes del extranjero, que sí trasladan la necesidad que tiene Cádiz de tener hoteles de 5 estrellas.
El difícil acuerdo político para evitar la saturación
El control de la oferta hotelera en la ciudad, con el objetivo de evitar la turistificación que puede provocar la pérdida de plazas residenciales en zonas del casco antiguo de la ciudad, es una de las apuestas del equipo de gobierno de José María González.
Desde hace más de un año, la coalición de izquierdas está intentando sacar adelante un plan que se apoya en la legislación actual y en informes técnicos, no sólo encargados por el propio Consistorio si no por otros como el presentado por el INE en agosto pasado. En todo ellos se advierte del importante crecimiento del nuevo modelo de alojamiento.
Hoy la zona más saturada es la de San Francisco-Mina, con un índice de plazas respecto a la residencial del 29,5%.
El proyecto municipal, dirigido por el teniente de alcalde de Urbanismo, Martín Vila, planteaba una modificación del Plan de Ordenación Urbana. En líneas generales, se mantenía el uso hotelero para el suelo que ya tiene esta categoría y aún no se ha construido en el mismo, y defendía el uso de antiguas casas palacios como apartamentos turísticos, ante la difícil transformación de estos inmuebles para uso residencial.
A la vez se planteaba una moratoria, ante una amplia lista de proyectos tanto para pequeños hoteles como para apartamentos, hasta que entrase en vigor la nueva normativa. En aquel momento se calculó que este parón a la hora de ejecutar proyectos en la ciudad le supondría a las arcas municipales un coste de 280.000 euros en el pago de indemnizaciones a los promotores afectados.
El rechazo del grupo municipal socialista paralizó esta operación. Después, se ha intentado recomponer el acuerdo con el PSOE que han acabado con reacciones agrias por ambas partes. Actualmente el equipo de gobierno, que estaba dispuesto a ceder en el tema de la moratoria, analiza la situación a fin de lograr cerrar una negociación.
Hay que tener en cuenta que este proyecto es uno de los referentes del actual gobierno, estrechamente unido a operaciones ya en marcha en favor de la mejora de la movilidad urbana.
Entidades vecinales, especialmente en La Viña y en la zona centro, han reclamado actuaciones contundentes ante la proliferación en sus barrios de apartamentos turísticos, lo que impiden nuevas promociones de viviendas residenciales.
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