El parqué
Álvaro Romero
Subidas generalizadas
perversionesgastronómicas
"Una sociedad que no apuesta por lo novedoso, que no se atreve a imaginar, no logrará el desarrollo". Las palabras del profesor mejicano Andrés Roemer nos sirven para entender la paradoja del cambio. Roemer es el creador de La Ciudad de las Ideas, un festival internacional de mentes brillantes, único en su género, celebrado cada año en Puebla. Estamos programados para cambiar pero ¿por qué nos cuesta tanto? ¿Qué circunstancias nos ayudan a ello? Los cambios vitales siempre invitan a aprender y a crear nuevos caminos. Con frecuencia se da una transformación en la vida de muchas personas a partir de cierta edad. Ya tienen una mochila llena de entusiasmos, frustraciones, desafíos e ilusiones y, de pronto, lo dejan todo para emprender algo nuevo.
Esos deseos de cambio de vida y de visión imaginativa son los que Humberto Camino soñó hace casi dos años en la calle Rosario de Cádiz. Con su hermana Tere, los hermanos Camino abrieron en agosto de 2016 un pequeño establecimiento que, sorprendentemente, tiene la confianza de una clientela fiel gracias a un estilo de trabajo basado en la humildad y el cariño. Con la ayuda de Lele Gómez, Antonio y Dani han conseguido en muy poco tiempo un pequeño gran prestigio y le han dado a esa calle tan gaditana una oferta gastronómica original, cuidada y de mercado.
Humberto viene de su otra vida, la musical y cultural, pero confiesa que solo tenía experiencia hostelera "en el lado de la barra donde paran los clientes". Ahora está convencido que el pasado es tan bueno como el futuro. Enamorado del mostrador de pino del local decidió decorarlo con el estilo del interiorista y vecino Jesús Pina. Ha llenado de luz las estancias dotándolas de una calma necesaria. El bar es pequeño pero con la ayuda de las mesas y de la terraza exterior consigue una armonía perfecta. Uno tiene la sensación de saberse en buenas manos y que el equipo que lleva el negocio sabe cómo tratarte.
En mi opinión, tienen la mejor relación calidad precio de la zona ofreciendo pescado fresco, guisos tradicionales y una fantástica carta de vinos. Es sorprendente como tratan a los calamares que los cocinan de diferentes formas y con clara influencia de la gastronomía almeriense.
Llama la atención el dominio de la cocina gallega, algo que está desapareciendo en la oferta gastronómica gaditana, y sirven uno de los mejores caldos gallegos que se pueden probar en la capital. Yo no me perdería el pulpo a feira, a la plancha o frito. Hacen ellos mismos los chicharrones y destacan en carnes con un increíble rabo de toro, la carrillada ibérica o las albóndigas. ¿Llegará el aroma de los chicharrones fritos a la Santa Cueva?
Se atreven con todo y son capaces de plantarle cara a los arroces como el negro o el marinero. ¿Desde cuándo no se toman una mojarra a la plancha? Tienen que probar la urta o el atún en escabeche. Nunca les falta el bocadillo de pringá que aconsejo probarlo con una buena copa de Almansa: un tinto llamado Botas de barro, monovarietal de garnacha muy frutal, con notas de bayas rojas y moras y aromas de vainilla y café, fresco y muy equilibrado.
Los Camino es una pequeña familia, punto de encuentro de muchos gaditanos y visitantes. Un sitio tranquilo sin pretensiones donde te miran a los ojos cuando te atienden. Sin estridencias, sin aspavientos. Con ganas de disfrutar, de entenderse. No se trata de dar de comer sino de elegir los clientes, los amigos que entran en tu casa.
Humberto ha cambiado la vida para compartirla en su bar con los demás. Cambiar también puede ser un signo de inteligencia gastronómica. Probablemente, si el profesor Roemer viniera a Cádiz a crear otra Ciudad de las Ideas probaría la carrillada de Los Camino.
es un espacio de opinión que ofrece un punto de vista crítico acerca de la industria agroalimentaria, de la restauración, de la
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios