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El patrimonio del Obispado genera un gasto de conservación cada vez mayor

Balance económico de la diócesis de Cádiz y Ceuta

La Iglesia logra consolidar sus ingresos y gastos manteniendo las partidas económicas

Campanario de la Iglesia de la Palma. / Lourdes De Vicente

La Iglesia gaditana posee un amplio y rico patrimonio, que supone al mismo tiempo uno de sus mayores potenciales y uno de sus principales problemas. De hecho, el gasto que afronta la diócesis en la conservación y funcionamiento de sus inmuebles es una partida que va notablemente en aumento cada año, lo que supone un dato preocupante. Esta es una de las claves que reflejan las cuentas correspondientes al ejercicio de 2018 que ha publicado el Obispado con motivo de la celebración –este pasado fin de semana– del Día de la Iglesia Diocesana.

En la conservación de edificios y gastos de funcionamiento ha invertido la diócesis este último ejercicio un total de 6.127.907,84 euros. Cifra preocupante que además supone prácticamente el 43% de los gastos que tuvo el sostenimiento de la Iglesia gaditana en 2018. Esta cuantía se ha duplicado en tan solo cuatro años, apenas superando los tres millones de euros en el ejercicio de 2014 y habiendo alcanzado ya esos 6,1 millones de euros en el último ejercicio contable. En este cuatrienio se observa una evolución ascendente que ha necesitado una inversión de 4,6 (en 2015), 5,2 (en 2016), 5,5 (el penúltimo ejercicio) y 6,1 en las cuentas ahora conocidas.

Por tanto, se vislumbra como un posible problema a medio y largo plazo la gestión de este patrimonio que necesita de tanta inversión en una diócesis en la que la partida de ingresos se mantiene prácticamente intacta respecto al anterior ejercicio. Un dato que puede considerarse la segunda clave más importante de este resumen económico publicado por el Obispado.

Efectivamente, en el último ejercicio se han ingresado catorce millones y medio de euros, que son exactamente los mismos que se hubieran percibido en 2017 si se omite la partida de ingresos extraordinarios (que en aquel año alcanzó los 2.312.174,94 euros y que en 2018 se quedó en 642.329,10 euros, cifra más habitual en los años anteriores a 2017 si se repasa el histórico de cuentas del Obispado).

Curiosamente, en el bloque de ingresos es la partida correspondiente a generados por el patrimonio y otras actividades que realiza la diócesis la más destacada, con más de cinco millones de euros que suponen el 35,29% del total de ingresos.

Lo sigue muy de cerca la partida relacionada con las asignaciones de los fieles, que roza los 4,6 millones de euros manteniendo prácticamente la cifra del anterior ejercicio (con una diferencia de apenas 61.563,22 euros que en 2018 recibió de menos el Obispado por este concepto) y reafirmando la importancia que los propios católicos tienen en el sostenimiento de su Iglesia.

De hecho, atendiendo a esto último, el obispo Rafael Zornoza ha querido incidir en que la Iglesia “necesitará siempre de sus fieles para sacar adelante la tarea encomendada por el propio Cristo”, señalando que el Obispado atiende numerosas necesidades pastorales y asistenciales cuyo desarrollo “depende de la generosidad de cada uno de nosotros”.

La diócesis mantiene también prácticamente sin cambios (apenas 1.874 euros) la partida que le corresponde de la asignación tributaria y que supera los 2,6 millones de euros. Y consolida igualmente el millón y medio de euros que percibe como ingresos corrientes –sin especificar su procedencia en la información que el Obispado facilita a sus feligreses–.

A esta continuidad en el grueso de cada partida de ingresos, el Obispado ha logrado mantener también en los mismos niveles las diferentes partidas de gastos, siendo la diferencia más llamativa la comentada anteriormente sobre la conservación y funcionamiento de sus edificios –que ha subido más de tres puntos sobre el total de gastos respecto a 2017–.

El segundo capítulo de gastos en cuanto a partida económica se refiere es la retribución del personal seglar, que ha alcanzado los 3,2 millones de euros en el último ejercicio (una partida levemente inferior a la del año 2017).

Y en tercer lugar se sitúa la actividad pastoral y asistencial que de algún modo da sentido a la existencia y presencia de la Iglesia en el término geográfico que abarca la diócesis. En este sentido, ha sumado el pasado ejercicio la partida de 2.636.287,07 euros, lo que ha supuesto un 18,47% del total de gastos. Se mantiene, con un pequeño descenso, respecto al anterior ejercicio, lo que también puede deberse a esa mejora de las condiciones de la sociedad que ha rebajado la intensidad de las ayudas en estos últimos tiempos por parte de las instituciones religiosas (especialmente Cáritas).

En concreto, el Obispado informa que esta partida ha permitido atender a un total de 23.578 personas a lo largo de 2018, la mayoría de ellas por medio de Cáritas (que atendió a 8.391 personas en Cádiz y otras 3.400 en Ceuta, para lo que cuenta actualmente con 1.078 voluntarios y una veintena de centros sociales repartidos por la diócesis).

La manutención de los 120 sacerdotes que suma actualmente la diócesis también se mantiene prácticamente intacta, con 1,8 millones de euros destinados a tal fin. Lo mismo que ocurre con las aportaciones a los centros de formación (especialmente el Seminario), que suman el 1,57% del total; y con los gastos extraordinarios (que se han reducido 30.000 euros respecto a 2017).

Con todas estas cifras y realidades de la Iglesia de Cádiz actual, el Obispado consigue mantenerse salvando el ejercicio con una partida en positivo de 233.312,36 euros. Por tanto, las cuentas parecen consolidarse en favor de los intereses de la diócesis.

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