El robo en el Casino de Cádiz saca a la luz, otra vez, la falta de atención al patrimonio

La ciudad ha perdido grandes archivos y sigue sin recuperar equipamientos de alto valor histórico

Asaltan el Casino Gaditano por su valiosa biblioteca

El Casino Gaditano, otra víctima de la borrasca Bernard

Los arcos del patio central del Casino Gaditano.
Los arcos del patio central del Casino Gaditano. / Julio González

Es irónico, pero el desconocimiento que algunos ciudadanos tienen de la historia de Cádiz nos libró de un robo que podía haber tenido consecuencias mucho más grave de las que finalmente tuvo.

Quienes asaltaron el Casino Gaditano se llevaron 400 euros, del bote navideño de los empleados del restaurante que funciona en la planta baja del edificio, pero ignoraron la riqueza que se guarda en la biblioteca de esta institución, con fondos bibliográficos en algunos casos únicos. Y, por ello, muy valiosos.

Pero a la vez que este acto delictivo saca a la luz el desconocimiento de lo que guarda este histórico edificio, pone una vez más en evidencia el estado en el que se encuentra una parte de nuestro patrimonio histórico, al filo en muchos casos de su pérdida por la falta de atención de las administraciones públicas.

El edificio del Casino Gaditano, de propiedad municipal desde que el Ayuntamiento asumió las deudas que acumulaba esta sociedad, que en 2024 cumplirá 180 años de existencia, además de su riqueza arquitectónica guarda colecciones desde el siglo XVIII de distintas procedencias, además de originales de los debates de la Constitución de 1812. Un lujo para la ciudad que debería de estar en un centro bien acondicionado, para el servicio ciudadano y con gran interés para investigadores de todo el mundo.

Por el contrario, y tras el eterno conflicto entre los socios del Casino y el anterior gobierno municipal, el edificio ha ido deteriorándose, afectando ya directamente a sus estancias más valiosas, las que guardan su biblioteca.

Pendiente de concretar el traslado de esta colección al Museo de las Cortes (para que se haga bien a medio plazo requiere dinero), más allá de arreglar la ventana por la que se colaron los ladrones e instalar las medidas de seguridad propias de esta colección, lo ocurrido en San Antonio, o mejor dicho, lo que podía haber ocurrido, pone en alerta sobre otros patrimonios igualmente abandonados.

Un ejemplo que iguala en gravedad a la situación del Casino es el estado en el que se encuentra el Yacimiento de la Casa del Obispo, uno de los grandes centros arqueológicos de la ciudad cerrado desde hace más de una década y sin perspectivas de una apertura inmediata.

El frente de la Puerta de Tierra, con el Torreón pendiente de su reapertura desde hace cerca de dos años y la mínima financiación regional y estatal en el Teatro Romano y en el Museo de Cádiz, se unen a esta desconsideración con nuestro patrimonio. Y con lo que ello supone de desconocimiento del valor económico que para la ciudad tiene.

Y junto a ello, la pérdida de valiosas bibliotecas tanto públicas como privadas. Cádiz se quedó sin el rico archivo del Gobierno Militar cuando este se marchó de Cádiz, con todos los documentos que allí se guardaban, entre ellos los proyectos de las murallas defensivas. Como ha perdido también bibliotecas y mobiliario de gran riqueza de casas burguesas cuyos herederos han trasladado estas riquezas a otras ciudades (en este caso, con todo el derecho que les da la propiedad privada).

Bibliotecas de indudable valor como las del Seminario Diocesano, la Fundación Joly o las de las academias gaditanas, junto a los archivos del histórico Instituto Columela, son también patrimonios de la ciudad que, en estos casos sí preservados por sus propietarios, necesitan del apoyo público para su puesta en valor y su aprovechamiento como un legado de relevancia de la ciudad.

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