El peculiar uso que tuvo la finca de la Alameda de Cádiz donde irá un hotel de 5 estrellas

Los baños del Carmen, junto a la Alameda.
Los baños del Carmen, junto a la Alameda. / D.C.

La finca principal que va a ocupar el que va a ser el primer hotel de 5 estrellas de Cádiz, en plana Alameda, ha tenido una vida muy intensa. Y peculiar.

Curiosamente, en 1860 comenzó a utilizarse como 'Fonda Hotel Blanco', sirviendo como alojamiento a quienes venían a tomar las aguas en los Baños del Carmen, que se instalaban a pie de la muralla en esa zona de la Alameda. La intención de la nueva empresa es que esta historia se refleje en una parte del diseño interior del equipamiento.

El del Carmen, será el referente de la ciudad y el preferido por las clases más pudientes, dejando los Baños del Real, en la playa de la Caleta, para las familias con menos recursos. Aún pasarán muchas décadas para que comience a normalizarse el uso ciudadano de la playa del Sur, después denominada playa de la Victoria.

El balneario de la Alameda contaba con dos plantas y dos zonas diferenciadas por sexos. Además de los baños de mar, al que se accedía a través de una escalera, se contaba también con baños de cajón y de tina, con duchas de agua dulce, fría y templada. Había un bote de socorro, por si algún bañistas se despistaba y se alejaba de la zona del edificio.

El éxito de estos baños y la utilización de los mismos por parte de las familias con más posibles de la ciudad, motivaron que año tras año la concesionaria de los baños realizasen continuas mejoras, además del propio mantenimiento del edificio de madera cada temporada.

El edificio de los baños del Carmen era muy amplio.
El edificio de los baños del Carmen era muy amplio. / D.C.

En 1882 la gran novedad fue la apertura de un gabinete de hidroterapia "con aparatos de los más modernos y perfectos", todo bajo la dirección del catedrático de Higiene de la Facultad de Medicina Benito Alcina. A la vez, funcionaba una peluquería y un pedicuro.

Se advertía de la necesidad de controlar a los niños menores de doce años de edad y la existencia de un servicio para guardar las joyas y alhajas de los usuarios. Un elenco de medios propios, decía la prensa de la época, de los mejores balnearios del país.

En 1913 se efectúan importantes obras de mejora en el Carmen, especialmente en el restaurante que, gestionado por los señores Sánchez y Santamaría, obtendrá rápidamente el favor del público. La gacetilla publicada con motivo de la inauguración del local destaca el "espléndido menú" ofrecido a los clientes: mariscos, paella, rosbeef y pescadilla a la gaditana. Y tras los postres, licores y habanos. Se comentaba el agradable ambiente "proporcionado por los aires marinos y el suave rumor de las olas".

La relajación, contenida, de las costumbres sociales y el inicio de la urbanización de la Playa del Sur (la actual playa de la Victoria) a partir de las primeras décadas del siglo XX, además del coste que suponía mantener el balneario, provocó la decadencia y cierre de los baños del Carmen.

El edificio del futuro hotel en la Alameda fue también propiedad de la familia Gómez Arámburu, acogiendo durante un tiempo las oficinas de un consulado y, ya más recientemente, las dependencias de la empresa Concasa, propietaria del servicio de contenedores del puerto de Cádiz.

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