Una peculiar forma de recuperar los coches de caballo en Cádiz... sin caballos

En Bruselas ya funcionan sin equinos. Y es un éxito

Hace más de dos décadas estos coches dejaron de funcionar en Cádiz

Carreras de caballos en el hipódromo de Cádiz

Uno de los coches "de caballos" eléctrico en pleno centro de Bruselas.
Uno de los coches "de caballos" eléctrico en pleno centro de Bruselas. / F.S.B.

En 2003 dejó de funcionar el último coche de caballos en la ciudad de Cádiz. El equino que portaba la calesa apareció muerto una mañana. Se cerraba así una larga época, contada por décadas, en las que esta forma de transporte iba más allá del mero uso turístico al ser utilizado como modo de viajar por la ciudad por las familias más pudientes de la capital. Y junto a estas calesas, los carros tirados por caballos con todo tipo de carga.

El antiguo Hospital Militar, las naves de González Tablas y, en último lugar, las antiguas dependencia del Matadero Municipal sirvieron de alojamiento, siempre en precario, para estos caballos. La parada principal, epicentro del turismo de la ciudad, se ubicaba en la plaza de San Juan de Dios, punto de recogida de los turistas de los años sesenta y setenta, época aún gloriosa para este trabajo.

La persistencia de los coches de caballos como elemento turístico no está exento de críticas. Las horas y horas de trabajo de los equinos, recorriendo las calles de las ciudades muchas veces bajo un sol abrasador ha sido objeto de denuncia por parte de muchos colectivos. Junto a ello, el elevado coste de su mantenimiento fue una de las causas de su desaparición de Cádiz.

Ahora, en pleno proceso de desarrollo turístico y, a la vez, de apuesta por modelos de transportes donde se prima el cuidado del medio ambiente, aparece por primera vez el coche de caballos... sin caballos.

Bruselas, la capital belga, ha sido precursora en este proyecto. Desde este verano circulan por las calles de su centro histórico dos imponentes coches de caballo que funcionan con un motor eléctrico, nada contaminante y sin necesidad de ser arrastrado por un caballo. El proyecto lo ha puesto en marcha Thibault Danthine, que ya gestionaba los coches de caballos tradicionales. Los dejó en 2022, para mejorar la calidad de vida de los animales y, también, para rebajar los costes de su empresa. Este año la ha reconvertido en 'Les calèses électriques de Bruxelles'. Construidos en Polonia con un diseño clásico tienen una autonomía de 120 kilómetros. Y ya tiene a españoles conduciéndolos por las calles de la capital belga. A medio plazo, cuando esté urbanizado el muelle Ciudad e integrado en la trama urbana la zona de expansión en el muelle de contenedores, podría ser un aliciente turístico más para Cádiz. Y sin contaminar.

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