Pedro, el farmacéutico de La Laguna, se jubila tras 50 años: "La gente me pregunta si se tiene que tomar lo que le ha recetado el médico"
"Lo mejor ha sido todo lo que he aprendido de las personas que han pasado por aquí", dice el auxiliar de la Farmacia Estadio
Este miércoles cuelga la bata blanca arropado por sus compañeros y "pacientes", que no "clientes"
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Cádiz/Desde hace varios días la Farmacia Estadio, ubicada en la plaza Pintor Clemente de Torres del barrio de La Laguna de Cádiz, luce una guirnalda de fotografías en su escaparate. En toda ellas aparece Pedro Fernández, un auxiliar de farmacia que este miércoles se jubila después de 50 años de trabajo. "50 años y un mes", precisa sonriente Pedro mientras despacha medicamentos a uno de sus "pacientes", que no "clientes".
Pedrito, como lo llaman con cariño en el barrio, ha desarrollado toda su vida laboral en esta céntrica farmacia de La Laguna. "El que vive en La Laguna conoce a medio Cádiz, cuánta gente reside aquí...", comenta el auxiliar, que explica que en estas cinco décadas sólo se ausentó de su puesto de trabajo "para hacer la mili".
"En estos años, lo mejor ha sido conocer a los vecinos, todo lo que he aprendido de las personas que han pasado por aquí, que me han enseñado mucho", señala Pedro, que hace hincapié en la necesidad de "saber tratar" detrás del mostrador. "Psicología urbana la llamo yo", bromea.
"La gente me pregunta si se tiene que tomar lo que le ha recetado el médico", cuenta como anécdota el 'farmacéutico de cabecera' de Pintor Clemente de Torres. "Cómo no te lo vas a tomar, les respondo. Lo cierto es que los pacientes confían mucho en nosotros porque llevamos años y años atendiéndolos y siguiendo muy de cerca sus tratamientos".
Medio siglo de trabajo da para mucho y Pedro recuerda también algunos momentos no tan buenos. "La pandemia del Covid la viví con una tristeza tremenda. Cerrar la farmacia a las dos de la tarde para ir a repartir medicamentos a las casas y encontrarte a ancianos muy mayores solos y llorando fue terrible. Como ya estaba allí, me pedían que les bajara la basura. ¡No he bajado más bolsas de basura en mi vida!, rememora Pedro recuperando la sonrisa que tanto le caracteriza.
Cuando le llega el merecido descanso, el auxiliar de farmacia tiene muy claro lo que va a hacer a partir de ahora: "Voy a dedicarle mi tiempo a mi familia y, en especial, a mi mujer. Quiero hacer feliz a mi entorno. Siempre lo digo, me gusta más regalar que me regalen".
Los compañeros de Pedro visten hoy, además de la bata blanca, una camiseta con su rostro estampado. En ella se lee 'gracias por todo, Pedrito'. Y gracias, precisamente, es lo que le dicen cada una de las personas que este miércoles pasan por la botica más cadista de Extramuros. Gracias por su dedicación, por su cariño, por su cuidado y por ser un hombro donde apoyarse cuando la salud, nuestro bien más preciado, necesita de un empujoncito.
Este miércoles, el día que Pedro cuelga el cartel de 'cerrado por jubilación' en su trayectoria profesional, lanza un mensaje de despedida repleto de satisfacción: "Si empezara de nuevo, volvería a ser farmacéutico".
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