Ya se han pegado antes

Batman y Superman han chocado en varios cómics en los últimos años.

Ya se han pegado antes
Ya se han pegado antes
Jaime Hidalgo Salaverri

24 de marzo 2016 - 11:38

La nueva película de DC cómics se estrenó en España este 23 de marzo. Se trata, como ya sabrán, de la continuación indirecta de El Hombre de Acero, la película de Superman de 2013 que obviaba a Superman en el título, buscando quizás parecerse a las películas de Nolan, que tanto éxito cosecharon en su día y en las que el propio héroe sólo apareció en el título de la primera.

El título, Batman v Superman. El reclamo, el enfrentamiento de los dos grandes de DC (con el perdón de la Mujer Maravilla), por primera vez juntos en la gran pantalla. Como deducirán del título del artículo, ya se han pegado antes. En los cómics, claro.

Aun cuando queda claro que al final se aliarán contra un mal mayor (vean el tráiler, que resume la película en pocos minutos), los espectadores iremos al cine a ver como se saltan los dientes el uno al otro, sin importar quien pueda aparecer entremedias (dicen algunos que ya la han visto que Gal Gadot, Wonderwoman, está magnífica). Y si el filme hace honor a las historietas (aviso de spoiler), Batman debería ganar aunque fuera moralmente. No es mi intención repasar todas y cada una de las peleas que han tenido a lo largo de los más de 70 años de publicación de los personajes, sino escribir sobre algunas que me parecen curiosas.

La primera ha sido la última en publicarse. En los números 35 y 36 de la actual colección de Batman en EEUU, Scott Snyder guioniza una trama que, si bien tiene como antagonista principal al Joker, incluye la aparición estelar de algunos miembros de la Liga de la Justicia (que seguro se van a presentar en la nueva película), incluido Superman, bajo el control del villano. Superman lucha a pelo, como siempre. Batman, que recordemos es un señor normal pero en buena forma, se defiende con toda suerte de artilugios: una armadura, escudos de plasma, propulsores, soles rojos microscópicos y hasta un chicle de kryptonita. ¿Resultado? Batman gana cuando le escupe el chicle en un ojo. Pero por poco.

Otro combate en el que merece la pena pararse es el que se encuentra entre las páginas de Superman: Hijo Rojo, de Mark Millar, una historia alternativa en la que Superman es criado en la Unión Soviética como discípulo de Stalin en vez de en una granja de un pueblecito de EEUU. En este caso, Batman es un terrorista rebelde, que se vale de lámparas que simulan un sol rojo para debilitar a Superman y destrozarlo a golpes. La cosa no acaba bien para Batman, que se acaba suicidando con un explosivo después de que Wonderwoman destrozara las lámparas (aunque eso le costó envejecer 40 años de golpe). Como curiosidad, decir que este mismo guionista escribió Civil War, obra en la que se basa la próxima película de Marvel en llegar al cine, aunque descafeinada.

La última historia que he elegido es la más interesante, por las similitudes que encontrarán en la película. En el cómic de 1986 Batman: El regreso del Caballero Oscuro, Frank Miller escribió y dibujó el que es hasta ahora considerado como el mejor cómic de Batman jamás creado. Un Batman viejo y desmejorado pasa por mil penurias hasta enfrentarse a un Superman al que los años han tratado bastante mejor. Les recomiendo que busquen viñetas del cómic por Internet y las comparen con las imágenes de la nueva película: el traje de Ben Affleck es idéntico y la armadura con la que se enfrenta al Hombre de Acero también. Incluso la edad del Batman de Affleck se parece más a la del cómic que a la de los Batman más jóvenes a los que estamos acostumbrados. Batman utiliza su armadura y una flecha de kryptonita para vencer a Superman. Y le vence, aunque solo para sufrir un infarto en el final del combate. Aunque el infarto fue fingido, para que el gobierno y Superman le dejaran en paz.

Si les ha picado el gusanillo y quieren leer alguna de las historias sobre las que he escrito, se encuentran publicadas en España y no tendrán ningún problema en encontrarlas, sobre todo la última. Y sí, explica por qué Ben Affleck lleva ese murciélago tan gordo en el pecho y esas orejas tan cortas que tanto disgustaron.

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