Peligra la reparación de cruceros en el astillero de Navantia en Cádiz por la falta de personal
Una decena de buques ocuparán sus diques hasta mediados del mes de diciembre
La mayoría de las reparaciones pendientes tendrán lugar en cruceros y eso requiere una mayor intervención de trabajadores de la industria auxiliar que son cada vez más difíciles de encontrar
Navantia acaba 2023 con 39 barcos reparados en el astillero de Cádiz
Cádiz/El astillero de reparaciones de Navantia en Cádiz está que se sale. No es un decir. Le falta espacio para dar respuesta a tanta demanda por parte de las navieras y por parte, incluso de la Armada española. Pero lo peor es que le falta personal, algo de difícil solución ya que a Navantia no se le pasa ni por la cabeza la contratación de más trabajadores por miedo a que este subidó sea algo coyuntural y luego tenga que tragarse la mitad de esos nuevos contratos.
Y aún peor.B uena parte de los trabajos que se llevan a cabo en un barco, y más si se trata de un crucero, requiere la intervención de una empresa especializada, por ejemplo, en colocar moquetas en los suelos, o en carpintería para arreglar todos los pasamanos de las muchas escaleras con las que cuenta un buque turístico... Pero Navantia se encuentra con un obstáculo: mucho trabajo, muchos buques, muchos cruceros y poco personal al que llamar de la industria auxiliar.
Para entenderlo bien, mejor será relatar el minuto y resultado del astillero de reparaciones de Cádiz de aquí hasta mediados o fianles de diciembre de este año.
Un catamarán de Balearia, siete grandes cruceros de distintas compañías, un ferry de Armas Trasmediterránea y un barco de la Armada española.
El Victoria (ferry de Armas), el Wind Surf (crucero de Windstar Cruises), el Jaume I (de la Armada española), el Club Med, el Volcán de Taidia (Armas Trasmediterránea), el Oasis of the Seas (Royal Caribbean), Voyager of the Seas (Royal Caribbean), Adventure of the Seas (Royal Caribbean), Marella Discovery 2 (Marella Cruises) y Marelal Explorer (Marella Cruises).
La situación es tan positiva y tan boyante que dos de los cruceros, concretamente los de la naviera Marella Cruises tendrán que ser reparados en el astillero de Puerto Real en vez de hacerse en el ubicado junto a la Carretera Industrial y a muy pocos metros de la nueva terminal de contenedores de Cádiz, aún sin uso.
Esa deslocalización de esos dos cruceros responden a que no habrá dique libre en Cádiz para poder llevar a cabo las reparaciones que requieren que necesitarán 26 días en el caso del Marella Discovery 2 y un mes en el caso del Marella Explorer. Eso requerirá que los dos cruceros sean desviados hasta las instalaciones de Puerto Real donde sí, por suerte o por desgracia, cuentan en esa fecha con diques libres para dar cabida a estos dos barcos, cada uno en su momento.
De todas maneras, la reparación se hará en Puerto Real pero se hará con personal perteneciente a la plantilla de la factoría de reparaciones de la capital, por lo que las horas de trabajo se sumarán a Cádiz aunque el trabajo se lleve a cabo en suelo, o mejor dicho agua, o mejor dicho dique de Puerto Real.
Visto así, desde el 3 de septiembre pasado en el que el ferry Victoria, perteneciente a la flota Balearia, que retomó las buenas relaciones con Cádiz hace tan sólo unos meses, y hasta el 7 de diciembre hay trabajo cerrado de reparaciones de buques. si incluimos la factoría de Puerto Real o hasta el 5 de diciembre si se trata del astillero gaditano.
De esta manera, el 3 de septiembre entró en el Victoria, una fragata de la Armada española.
Este buque ha hecho historia por muchos motivos, pero el 27 de mayo de 1989, el entonces Rey Juan Carlos I, paso revista en una parada naval en aguas de Barcelona a la flota.3 En esta parada naval, participaron entre otros el Dédalo, el Príncipe de Asturias, las fragatas Baleares, Andalucía y Extremadura, las corbetas Descubierta, Diana, Vencedora e Infanta Cristina, los submarinos Delfín y Marsopa y otras unidades menores; como representación de otros países, entre otros, acudieron el portaaviones francés Foch, el italiano Giuseppe Garibaldi, el crucero lanzamisiles estadounidense USS Belknap o la fragata portuguesa Comandante Hermenegildo Capelo.
Esta fragata de la Armada España entró en el dique 1 de Cádiz el 3 de septiembre y ahí deberá permanecer hasta el 30 de octubre, por lo que permanecerá en Cádiz durante 57 días, es decir casi durante dos meses.
Ese dique se quedará libre entre los días 30 de octubre y el 11 de noviembre, fecha en la que entrará a reparar el Wind Surf, de la naviera Windstar. Este buque entraría, por lo tanto el lunes, 11 del 11, y estaría en reparación en el dique 1 de Cádiz hasta el jueves 5 de diciembre, es decir, 24 días en total.
Pero mientras tanto, la vida en Navantia transcurre en paralelo en otros diques con los que cuenta su factoría radicada en la capital. Concretamente el dique número 2 tiene encamado desde el 25 de septiembre al Jaume I, un catamarán de la naviera Balearia. Esta compañía se ha llevado varios años desvinculada por completo de Cádiz hasta que hace algún tiempo ha retomado relaciones tanto con su puerto como con su astillero y cada vez es menos difícil ver uno de sus espectaculares ferrys rápidos en la dársena comercial o bien en el interior del astillero gaditano.
El Jaume I estará hasta el 5 de octubre, es decir que, después de diez días y de una rápida operación de mantenimiento, partirá para retomar su ruta habitual entre Algeciras y Tánger Med
El ferry rápido Jaume I puede transportar hasta 650 pasajeros y 140 vehículos. A bordo encontrará un bar/cantina, taquillas para dejar equipaje, numerosos salones con asientos y una tienda.
Este dique 2 acogerá hasta mediados de diciembre dos embarcaciones más, aunque las operaciones y reparaciones que vivirán son de menor calibre. Por ejemplo, el Club Med 2 estará tan sólo 22 días, entre el 10 de octubre y el 1 de noviembre. Este singular buque es una goleta de vela de cinco mástiles controlada por computadora, operada por Club Med como un crucero. Combina la potencia de siete velas operadas por computadora con la energía diésel-eléctrica más tradicional, con cuatro generadores diesel que alimentan dos motores eléctricos.
Dos semanas después de que el Club Med 2 abandone este dique tendrán que prepararle la cama a un Armas Trasmediterránea, otro de los grandes y más importantes clientes tanto del puerto de Cádiz como del astillero de reparaciones pues son muchos los barcos de su flota que pasan por el dique gaditano a lo largo del año, algo que forma parte de su profundo compromiso con Cádiz y con su sector portuario. En esta ocasión será el Volcán de Taidia, que estará aquí semana y media. Este ferry une las islas de Fuerteventura y Gran Canaria los fines de semana.
Un cinco estrellas en la factoría de Cádiz
Ya en el dique 4, el hotel de cinco estrellas de la factoría de reparaciones de Navantia, se encuentra "instalado" desde el pasado 1 de octubre el Oasis of the Seas, uno de los cruceros más grandes del mundo, lo que le obliga a ser muy selectivo siempre a la hora de elegir astillero ya que sólo puede pasar por manos muy especializadas y necesita, además, de un espacio de gran tamaño como para soportar su pasda por el dique seco. Este gigante de Royal Caribbean permanecerá aquí, en Cádiz, y a la vista de todos casi desde cualquier punto de la ciudad, hasta el día 21, de lo que se deduce que su estancia será tan sólo de 20 días por lo que se trata de una varada rutiinaria de tres semanas que suele ser lo mínimo en estos casos y lo que exige la ley marítima.
Pero el dique 4 así como la plantilla de Navantia y de las empresas auxiliares que meten mano en este tipo de repaciones casi estarán diciendo adiós al Oasis con una mano y con la otra estarán dando la bienvenida al crucero Voyager of the Seas, otro de la flota de Royal Caribbean, no menos gigantesco con sus 311 metros de eslora. Este enorme crucero acumula ya cierta edad pues fue construido hae ya 26 años, aunque o deja de resultar espectacular tanto para los que lo ven desde fuera como para los que lo disfrutan desde dentro.
Este dique 4 vivirá un hito que no suele ser habitual por cuestiones técnicas, ya que el 7 de noviembre dejará irse al Voyager of the Seas y tendrá fondeado a pocos metros el Adventure of the Seas, ya que tiene prefijado que sea el mismo día 7 de noviembre cuando entre en el dique. Es digno de reconocer que no suele ser esto habitual porque el final de una estancia en dique no sólo requiere el llenado de agua del mismo para que el barco vuelva a eatar a flote sino el desmontaje de su cama, sobre la que reposa, mientras se está reparando y lo mantiene en pie, firme y seguro para que cientos y cientos de trabajandores puedan estar laborando en su interior. Esta operación suele necesitar una serie de horas e incluso hasta periódos de tres días. Pero no se sabe (los especialistas del Navantia por supuesto que ya lo sabrán y lo tendrán más que estudiado) cómo ese mismo 7 de noviembre entrará en el gigantesco dique 4, uno de los más grandes de Europa y que hace mundialmente famoso a este astillero de Cádiz, el Adventure of the Seas.
Cabe recordar que este buque pertenece a la clase Voyager de Royal Caribbean y que también cuenta, al igual que el anterior, con 311 metros de longitud, aunque es algo más joven ya que se estrenó en 2001. Su varada en Cádiz será también rutinaria ya que su estancia en la capital sreá tan sólo de un par de semanas.
Por último, los planes de Navantia incluyen atender la demanda y las necesidades de otra naviera que también requiere atención para sus buques y que ya son también experimentados clientes: Marella Cruises. Su vuelta a Cádiz dice mucho de sí ya que, en su día, llamaron a Navantia para anunciar su varada pero se encontraron con un "problema". El dique 4 que es como la habitación de hotel en la que le gusta alojarse a todos los grandes clientes (y eso de grandes no sólo va por el gigantismo de sus buques sino también por la valía de la compañía) y quería esa "habitación" para el Marella Discovery 2 para el 10 de octubre, es decir para dentro de una semana. Pero gran problema, ya que en esa fecha el dique de cinco estrellas estará ocupado por otro gigante, el Oasis of the Seas y, a partir del 24, por el Voyager of the Seas.
Pero, por su puesto, ahí entrar a funcionar la ingeniería operativa de Navantia, ya que no pueden permitir que un cliente se vaya insatisfecho con su estancia ni decirle que "no" a otro cliente, ya que estos buenos momentos suelen ser cíclicos y nadie sabe cómo va a estar la cosa a partir de 2030 de manera que había que buscarle una solución.
De esa pensada salió la idea de que los dos buques de Marella Cruises tendrían que reparar en el astillero de Puerto Real, donde lo normal es que se construyan buques y que no se use para reparaciones, al contrario de lo que ocurre con la factoría de la capital. Pero había que darle una solución así que, nada que hablar, el Marella Discovery 2 entrará el día 10 en el dique 1 de Puerto Real y allí estará durante 26 días y recibirá también un servicio de cinco estrellas hasta su marcha el día 5 de noviembre. Y tres días después, el 8 de noviembre le sustituirá en ese mismo dique el Marella Explorer para una varada algo más completa que una parada convencional ya que estará en Puerto Real durante 29 días y 29 noches, hasta el 7 de diciembre.
Ya tenemos sitio, ¿pero hay personal?
Habitaciones para todos pero ahora toca planificar la mano de obra que hace falta o los camareros y cocineros que requieren tantos clientes de este gran hotel que es el astillero de reparaciones de Navantia, en Cádiz. Y es ahí donde se plantea el gran problema.
Y el problema no es sólo del astillero de la capital sino que es un problema compartido entre las tres factorías de la Bahía, contando con San Fernando y con Puerto Real.
Navantia tiene una plantilla fija, pero como ya se indicó anteriormente, mucho de los trabajos, un alto porcentaje de ellos, no pueden ser afrontados por la plantilla propia de Navantia por la falta de especialización por lo que tienen que acudir a las manos de las empresas auxiliares, sin cuya participación y buen hacer Cádiz no tendría la fama que tiene en el sector marítimo y en el del mercado de construcción y reparaciones de buques.
Lo habitual es que en épocas donde el trabajo es el "normal" con sus altibajos, basta coger la agenda, buscar el teléfono de la empresa, por ejemplo, especializada en forrar sillones y sofás y llamar. En 24 horas los tienes allí con su personal y con sus herramientas. Pero la cosa ya no es así de fácil porque, por suerte, la Bahía está sobrante de trabajo y faltan especialistas, de manera que el astillero de la capital se encuentra ante el gran peligro de que lleguen los clientes y no puedan prestar la buena atención a la que les tiene siempre acostumbrados.
Y no sólo no cumplir en calidad del servicio sino tampoco poder hacerlo en fechas, ya que si Cádiz tiene gran fama es que no falla, siempre que la meteorología lo permita, en fecha. Y si se compromete con el cliente en una fecha, ahí está el buque listo aunque los últimos retoques se vayan haciendo en alta mar hasta que llegue a su puerto base.
Es fácil entender que, sobre todo los cruceros, cuando entran en dique para una varada o una parada técnica ya tiene comprometida una fecha con un puerto en concreto para iniciar una de sus placenteras rutas. E incluso mientras se encuentra en dique a medio desmontar, ya hay turistas haciendo planes y maletas para pasar sus vacaciones de la mejor manera posible.
De ahí la preocupación mostrada por la propia Navantia y por sus trabajadore porque vaticinan que al no haber empresas auxiliares a las que acudir no podrán dar el servicio que los clientes merecen, lo que podría poner en peligro el negocio y su supervivencia en el tiempo.
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