La pérgola maldita del Parque Genovés

Un proyecto siempre polémico

El proyecto buscaba conectar el parque con Santa Bárbara con un coste de 1,5 millones de euros

Nunca tuvo el uso para el que se había diseñado: con tiendas, bares y una zona de paseo

El impacto visual de la pérgola vista desde el mar / D.C.

Una alto cargo del gobierno municipal del PP, que en 2013 aprobó la construcción de la pérgola que ahora ha salido parcialmente ardiendo, reconocía este periodista que el diseño elegido no era el más acertado y que la obra, ya terminada entonces, había sido un error. Lo cierto es cuando apenas había pasado un mes desde su inauguración, en marzo de 2015, el conjunto ya mostraba importantes fallos en su construcción, con óxido, planchas levantadas o mal encajadas, piezas sueltas y una barandilla con una altura demasiado alta en alguno de sus tramos, lo que impedía ver el horizonte a aquellas personas de menos de 1,80 de altura.

El proyecto, financiado con fondos europeos, costó 1,5 millones de euros, aunque el presupuesto inicial era de un millón de euros más. La operación estaba directamente unida a la reforma integral del vecino Teatro Pemán, a la vez que se lograba una conexión directa entre el parque Genovés y los terrenos del paseo de Santa Bárbara, hasta entonces un aparcamiento en superficie. Se derriba así el alto muro que hasta ese momento había separado estos dos espacios públicos.

El diseño elegido era producto de un concurso organizado por el Ayuntamiento con el apoyo del Colegio de Arquitectos. Obtuvo el visto bueno de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta y las obras se iniciaron a mediados de 2013 con un año de plazo que, como es tradicional en esta ciudad, se fue alargando en el tiempo.

La estructura planteaba una planta baja acristalada para, se decía, mejorar la conexión visual con el parque Genonés. Por encima, un paseo superior con un diseño muy duro y por atrayente para circular por el mismo.

La zona baja se completaba, además de con nuevos accesos al parque y al aparcamientos subterráneo construido bajo el Paseo de Santa Bárbara, con locales con cerramiento acristalado para pequeñas tiendas y locales de hostelería.

El resto del Paseo se urbanizó planteando espacios para juegos infantiles y jardines.

Más allá de la construcción de la pérgola, nada más salió adelante. La zona de paseo quedó rápidamente abandonada, con la zona verde totalmente seca y si zonas para el descanso o el juego. Nadie quiso instalarse en los locales, salvo indigentes, que se hicieron fuertes en todos ellos, ubicando así sus enseres, sus tiendas de campañas, mientras que el abandono y la suciedad aumentaba sin que el Ayuntamiento de turno, ya en manos de Podemos, afrontase su recuperación definitiva.

Lo cierto es que el gobierno de José María González siempre consideró esta pérgola, junto a las Antorchas de la Libertad levantadas en las plazas de Sevilla y la Hispanidad, como grandes ejemplos del derroche del dinero público por parte del PP. Aunque en algún momento se planteó su demolición, el alto coste de esta operación y la imagen que se daría ante la Unión Europea, que había financiado la obra, impidió dar este paso.

Cuando el Ayuntamiento reactivó el proyecto del nuevo teatro Pemán, ya rebautizado como Teatro del Parque, llegó a estudiar habilitar en la pérgola dependencias de este equipamiento, como las taquillas, los camerinos y las oficinas. Pero todo ello le hacía asumir un coste en mantenimiento muy por encima de la disponibilidad presupuestaria del Ayuntamiento.

Finalmente, hace dos años se incluyó la pérgola dentro del convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Universidad de Cádiz. El edificio pasaría a manos de la UCA como centro dedicado al estudio de la arqueología submarina. Sin embargo, la UCA puso como condición asumir la gestión del edificio sólo cuando ésta estuviese en perfecto estado, algo que evidentemente no pasaba. Pasados los meses, el gobierno local no ha acometido aún estas obras. En el último encuentro entre las dos instituciones, no se aportó fecha alguna sobre cuándo se iban a reparar las instalaciones.

Ahora todo queda en el aire habida cuenta del estado en el que ha quedado la Pérgola tras el incendio.

Tras su uso militar, el Paseo de Santa Bárbara se utilizó para instalar las atracciones feriales durante las Fiestas Típicas. Durante el gobierno del socialista Carlos Díaz, se encargó la construcción de un Palacio de Congresos al arquitecto Juan Navarro Baldeweg. El elevado coste del proyecto impidió su realización. Posteriormente se planteó el derribo del muro para dar más espacio al parque, lo que se descartó también.

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