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Lo que comenzó siendo una buena noticia y un alivio se ha convertido en una auténtica pesadilla para los propietarios de la Tienda Museo de Cadi-Cadi, un singular comercio de originales souvenirs locales que, obviamente, vive mayoritariamente de los turistas, en el número 12 de la calle José del Toro, en pleno cogollo comercial del casco histórico de Cádiz.
Tres meses llevan ya soportando un polverío casi constante que les obliga a cerrar las puertas y que ensucia permanentemente la mercancía expuesta, el ruido y el tufo del humo de un compresor de gasoil y ya, el colmo, un camión-cuba descargando arena y otros materiales justo delante de la puerta del establecimiento a mediodía, en plena hora punta, durante mucho más tiempo de lo que parece razonable. O una excavadora derramando aceite.
La fuente de todos estos males no es otra que la obra de rehabilitación integral de la finca contigua, unos trabajos que Javier Benítez, gerente de la tienda-museo recibió de muy buen agrado, dado el lamentable estado en el que se encontraba el edificio que está pared con pared de su local. Como es natural, al principio asumió las lógicas molestias que comporta una obra en la finca de al lado e intentó acordar con los trabajadores algunas medidas que también le permitieran a él seguir trabajando, pero, según cuenta, no sirvió para nada.
“Queridos amig@s y clientes: llevamos tres meses soportando un infierno con la obra que tenemos en la finca de al lado, y como parece que va para largo, dada la impunidad con la que la promotora y la empresa constructora actúan y la desidia de quienes debieran controlarlas, nos hemos visto obligados a cambiar nuestra foto de portada por esta otra [la del camión-cuba a la puerta de la tienda]; mucho más actual y cercana a la realidad de nuestro día a día. ¿Podría esto hacerse en la calle Columela, o delante de una ‘gran firma’ por ejemplo?…”, relataban esta semana, ya desesperados, en su cuenta de Facebook, que se abre con la foto del camión-cuba lleno de arena justo delante de la puerta de la tienda.
“Hemos tomado la decisión de compartir esto tras soportarlo durante tres meses y sufrir una notable caída en las ventas”, cuentan en su red social. “Durante ese tiempo hemos tenido que limpiar continuamente nuestra tienda y nuestros productos, esperar para entrar y salir en nuestro local, andar pidiendo que nos limpien el aceite que los camiones y la excavadora derraman en la puerta... pero estamos hartos”, confiesan.
“Comenzamos cediendo, abriendo más tarde, cerrando la puerta para que no entrara el polvo ni el gasoil... y no han hecho más que ganar tiempo y espacio. Por supuesto, se lo hemos dicho a Urbanismo, a la asociación de comerciantes, a la empresa constructora y hoy mismo [por el martes], a las 12:15 de la mañana que hicimos esta foto [la del camión-cuba a la puerta de la tienda], a la Policía Local (que entiendo estaría ocupada porque no ha venido). En fin, que ya solo nos queda llorar en público en la redes sociales. Y eso hemos empezado a hacer”, lamentaban.
“Así llevamos casi tres meses. Alegan que tienen permiso. El video es de las 12:15 de la mañana, pero han estado hasta las 12:35. Si alguien sabe donde se dan permisos para poder arruinar pequeños negocios de Cádiz, que nos informe, por favor”, decían en una entrada anterior. “Aparte de que no entra nadie por la mañanas, y del polvo acumulado sobre nuestros productos, es llamativo que se pueda meter un camión volquete lleno de arena y ladrillos y descargarlo en hora punta con ayuda de una mini excavadora cortando el paso de personas.No sé yo si esto lo podrían hacer en la puerta de El Corte Inglés, del Burger King o del Zara o el Springfield... Ah!, no, que estos últimos ya no están y solo quedamos los pequeños comercios autóctonos resistentes... Pero a ver hasta cuando…”, apuntan.
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