Mucho peso para una medalla

2el alcalde José María González dijo en la entrevista de la mitad de su mandato la pasada semana que la concesión de la medalla a la Virgen del Rosario era un debate que se había generado más allá de Cortadura porque aquí en la ciudad todo se había visto con cierta normalidad. Sin embargo, los mayores reproches han llegado tanto fuera como en terreno propio de las huestes de su propio partido. Si en su día el alcalde tuvo que hacer piruetas para explicar por qué había recibido la medalla del Nazareno de Santa María y tiró por el lado antropólógico y por estar a la lado de la gente del barrio recordando aquellos de los tatuajes con el Señor, en esta ocasión la petición de explicaciones ha sido mayor. El primero de todos que lo hizo fue su líder nacional, Pablo Iglesias y los propios anticapitalistas, que quisieron saber de primer mano por qué se había dado ese paso.

Las asambleas de Podemos, que han perdido bastante fuerza con el paso del tiempo, también estuvo calentita cuando tocó tratar el tema de la medalla a la Patrona de la ciudad ya que muchos no entendían que se hiciera lo contrario de lo que se viene pregonando.

El problema es que si se quitan las ninfas porque se crea una plataforma que recoge 2.000 firmas y se basa todo en que hay un sentir ciudadano para que eso ocurra, qué hacer cuando llegan otras 6.000 pidiendo una medalla para la Patrona por las efemérides que cumple este año.

El alcalde y sus colaboradores son los que tienen que analizar si la decisión que han tomado ha sido más perjudicial que beneficiosa para sus intereses. Desde luego en lo que se refiere a sus propia filas, les han dado por todos lados, incluyendo sus socios de gobierno. A veces es muy complicado separar el papel institucional de alcalde de todos los gaditanos con los modelos teóricos de los partidos.

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Dos años en un mundo en política. Los sondeos hay que tomárselos como los que son, una foto fija que más o menos pueda dar una idea de por dónde andan los tiros. En la mayoría aparece el Partido Popular por delante pero se mueve en una horquilla entre los nueve y los 11 concejales, mientras que Podemos se queda entre los ocho que tiene en la actualidad a los 10 más optimistas de su propio sondeo. En lo único que sí conciden todos los muestreos es que se ha acabado de momento las eras de las fuerzas hegemónicas, las de Carlos Diaz con el PSOE o la de Teófila Martínez con el PP que desde 1983 hasta 2015 gobernaron con mayorías absolutas casi aplastantes.

Lo de ahora es completamente distinto y parece que dentro de dos años, si no cambia mucho el panorama, va a seguir todo igual.

No sólo hay fragmentación en el voto sino también en las preferencias para los pactos por los votantes de los distintos partidos, tal y como aparece en la información de la página de al lado. La división se produce sobre todo en el PSOE e incluso en Podemos.

¿Qué pasaría si dentro de dos años a Podemos les bastaría sólo el voto de los socialistas para seguir en el poder y con un Pedro Sánchez que no para de lanzarle guiños a Pablo Iglesias? Seguramente el escenario sería muy distinto al que se produce en estos momentos.

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Decir que el IFEF es el organismo al que ha perseguido más la polémica al actual equipo de gobierno sería un poco aventurado porque al final los tiros han ido para todos los sitios.

Pero sí es cierto que entre la intención inicial de acabar con este organismo y que todo se gestionara a través del ayuntamiento, que se perdiera el primer plazo de la Edusi y el relevo de la que era directora de Fomento, fue un no parar.

Ahora ha vuelto la polémica

tras las dimisión de que ha sido el director del IFEF en estos dos años, Fernando García González-Betes. Ante la falta de claridad por parte del equipo de Gobierno para explicar las causas de la dimisión del que todavía sigue siendo director de Turismo, éste lo dejó meridianamente claro: "La concejala Laura Jiménez me dijo que no había cumplido con las expectativas". Ante eso, no cabía otra que la dimisión de un dolido García por las causas que argumentó el equipo de Gobierno por su dimisión.