El plan para restringir el acceso en coche al casco antiguo de Cádiz comenzará entre enero y febrero de 2025

El Ayuntamiento de Cádiz pretende iniciar el proceso de puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones en el casco antiguo a lo largo de enero o febrero del próximo año.

Esta operación, diseñada inicialmente por el anterior gobierno municipal, forma parte de los planes de reducción de la contaminación urbana impulsados desde la Unión Europea. En España son los municipios de más de 50.000 habitantes los que están obligados a desarrollar estas ZBE. En el caso de Cádiz, en su momento se eligió todo el casco antiguo y el tramo del Paseo Marítimo ya semipeatonalizado.

El proyecto ha sido desde el principio muy ambicioso. Supone el espaldarazo definitivo al proceso de peatonalización del casco antiguo iniciado tímidamente en la etapa de Carlos Díaz, continuado con fuerza en la etapa de Teófila Martínez, y reforzado con este plan y la creación de la zona verde de estacionamiento con el gobierno de José María González.

Cádiz es, además, una de las ciudades donde se realiza una apuesta más clara por la ZBE. Hay otras grandes urbes donde sus ayuntamientos han concentrado esta zona en espacios ya casi peatonales o en zonas del extrarradio poco utilizadas por la ciudadanía. Aquí, por el contrario, la ZBE se ubica en pleno corazón comercial, administrativo, cultural y social de la ciudad.

Aunque la puesta en marcha de este proyecto se ha ido dilatando en el tiempo, pues la propia administración central ha modificado documentos esenciales para de las normas de gestión sobre las que los municipios debían basar sus ordenanzas, los principios esenciales del plan primitivo se mantienen.

Así, la intención del gobierno de Bruno García es poner en marcha la ZBE en un periodo de prueba, durante el cual no se multará a quienes acceden a intramuros sin tener la autorización, a la vez que se realizará una campaña de información y se verá cómo evoluciona el tráfico.

En estos días, el Ayuntamiento ha puesto ya en uso la oficina informativa, a la vez que se está pendiente de contar con el proyecto técnico medio ambiental. Junto a ello se están realizando reuniones del equipo de coordinación a fin de recaba datos de la DGT, el Catastro y Hacienda.

Estos datos formarán parte de una potente base de datos, con la que se sabrá si el coche que acceda al casco antiguo es propiedad de residentes en la zona. Todos los equipos de control (las cámaras ya son claramente visibles en las principales calles de entrada al casco) estarán sincronizados con Emasa, la empresa pública de aparcamientos que se va a hacer cargo de la gestión de la Zona de Bajas Emisiones.

Una vez esté todo el funcionamiento, con la ordenanza municipal ya totalmente vigente (incluyendo las multas que se impondrán a los infractores, que puede alcanzar los 200 euros), el Ayuntamiento espera que la densidad de tráfico en el Cádiz interior se reduzca un 35%, respecto a la presión que actualmente se soporta.

Limitaciones de entrada al casco antiguo

Aunque el plan del Ayuntamiento es dar prioridad a los residentes en intramuros, se abre también un abanico para el acceso a coches “ajenos”.

Será el caso de usuarios de los hoteles que funcionan en la zona, de los centros médicos o de servicios como los talleres de vehículos y las cargas y descargas de los negocios que funcionan en el centro, así como todos los vehículos de uso público. En estos casos, todas estas empresas comunicarán al Ayuntamiento la matrícula del vehículo que ha entrado dentro del ámbito de la ZBE para evitar la sanción. Todos estos coches tendrán prefijada una ruta de paso, a fin de evitar así el callejeo.

En cuanto a los coches de los no residentes, se podrá obtener autorización para entrar en el casco en determinados casos, como la de asistencia a un familiar. Se prevé fijar un cupo de autorizaciones por residentes, pero se valorará la evolución de este sistema para evitar que un uso abusivo de estas autorizaciones desborde de nuevo la circulación interior.

Toda la ronda exterior del casco estará fuera de la ZBE, desde la Cuesta de las Calesas hasta el Campo del Sur, aunque es de suponer que se reducirá la presión del tráfico, una vez que los usuarios sepan que circular por el interior buscando un aparcamiento en superficie será una misión inútil. Todo ello facilitará la llegada a los aparcamientos de Santa Bárbara, muelle y el futuro de la estación, a pie mismo de la muralla de la Cuesta de las Calesas, que junto al anunciado en la avenida de Astilleros tendrá un carácter disuasorio.