Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Mejora de la trama urbana
Los dos ficus de la glorieta de Carlos Cano fueron plantados a la vez, mientras se construía el nuevo hospital de Cádiz a principios del siglo XX, pagado íntegramente por José Moreno de Mora. Con el paso del tiempo tanto al centro sanitario como a los dos árboles se les conocerá por el apellido del benefactor gaditano.
El hospital dejó de serlo para transformarse en la Facultad de Económicas mientras los dos ficus seguían un proceso de crecimiento espectacular. Hay fotos de 1903 donde la fachada del Moro se visualiza con toda su amplitud. Décadas más tarde, ésta se oculta ya tras los gruesos troncos y extensas ramas de los ficus ya crecidos.
Los ficus son por ello uno de los emblemas de esta ciudad. Como lo era el drago de la Facultad de Medicina o el del Callejón del Tinte, ambos perdidos.
La amplitud de las ramas hace más endeble a los dos ficus. Algunas han tenido que protegerse para evitar su desgarro por el peso. A todo ello se le ha unido el daño que provoca la contaminación producida por el paso constante de vehículos por esta zona.
La edad y el efecto perverso de la circulación ha llevado a la concejalía de Medio Ambiente, que dirige Rocío Sáez, a plantear a la de Urbanismo la necesidad de adoptar medidas para evitar la decadencia de estos dos árboles.
Así, se ha iniciado el proceso de elaboración de un proyecto de peatonalización de esta glorieta, según indica a este diario el edil de Urbanismo Martín Vila.
El plan consiste en eliminar la zona de paso de taxis, y por el que se cuelan otros vehículos, y eliminar el concepto de glorieta para convertir esta trama urbana en una gran plaza peatonal. Con ello se libera a los ficus de la contaminación que produce la cercanía de estos vehículos.
Antes de ejecutar las obras el Ayuntamiento estudiará con el sector de taxi la reubicación de la parada, que se situará presumiblemente en la acera de la Facultad de Ciencias del Trabajo y Valcárcel.
Este proyecto, que necesita el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio, se une a la peatonalización que ya se ejecutó de la vía de acceso a la Facultad de Económicas.
Urbanismo está trabajando también, aunque en una fase más embrionaria, en la peatonalización de la glorieta de Simón Bolívar, creando una plataforma única con acceso limitado a vehículos para los garajes de la zona y el centro de salud. Este gran espacio peatonal conectará el nuevo centro de la UCA del Olivillo con la Casa del Estudiante, que la misma Universidad está preparando en el antiguo Aulario Simón Bolívar.
Tanto la operación más adelantada en el Mora como la de Bolívar irán parejas, si los presupuestos así lo permiten, a la penúltima fase de la instalación de la banda de rodadura en la circunvalación del casco antiguo.
Este proyecto se va a financiar con los fondos que la Diputación destina a los municipios de la provincia. Será el pleno de la Corporación el que dé su visto bueno antes de poder iniciar su ejecución. La idea es ejecutar las obras ya en 2022, una vez se cubran todos los trámites administrativos pendientes.
Esta fase, que tiene un presupuesto que agota toda la partida con algo más de medio millón de euros, se centra en los 700 metros que hay entre la calle Venezuela y la glorieta Simón Bolívar, actuando en un tramo que se encuentra especialmente deteriorado como es el de Santa Teresa y la entrada a la Caleta.
El Ayuntamiento instalará tres pasos de peatones elevados para controlar la velocidad del tráfico.
Tras esta obra solo quedará instalar la banda de rodadura entre el Anteojo y Argüelles.
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