Pleno extraordinario de Vivienda en Cádiz: Demasiada bronca y la casa sin barrer
Lo que debería haber sido este miércoles un debate político sobre el problema de la vivienda en Cádiz quedó en una lista de acusaciones y salidas de tono aliñadas por un público provocador que parecía convocado para la ocasión
![El alcalde, Bruno García, durante el pleno extraordinario de Vivienda de este miércoles.](https://static.grupojoly.com/clip/42f1f184-c7dc-4f1e-b29f-efe57f8e1de2_source-aspect-ratio_1600w_0.jpg)
Debería haber sido una de las citas políticas más importantes del año en Cádiz, incluso del actual mandato; una convocatoria en la que se pusiera sobre la mesa algo en lo que todos coinciden, que la vivienda es uno de los problemas más graves que tiene la ciudad en el momento actual, y a partir de ahí explorar posibles soluciones que entre todos plantearan y se comprometieran a perseguir su logro. La cita en el Salón de Plenos era, o debería haber sido, una ocasión para analizar una a una las propuestas, hasta 35 en total, que se han planteado para mejorar el escenario actual, que pasa por facilitar el acceso de los gaditanos a la vivienda y su permanencia en ellas, sin necesidad tampoco de reventar un espectro económico (el del turismo) que en buena medida está sosteniendo a la ciudad.
Pero el pleno extraordinario sobre la vivienda no ha servido para nada de eso, no ha dejado nada a lo que aferrarse, salvo pinceladas aportadas por los tres grupos a modo de datos sobre la materia y propuestas de solución. La Corporación municipal no ha estado este miércoles a la altura de lo que la ciudad requiere en un momento así; y para colmo ha estado complementada por un público que tampoco ha estado a la altura (porque los problemas de la vivienda no se solucionan chillando ni insultando a concejales o al alcalde).
En el despropósito en que se ha traducido un pleno que debiera haber dejado otros resultados y, por supuesto, otras impresiones, han errado todos los partidos. Sin excepción. El baile de propuestas, de medidas de uno y otro partido, y de trueques de adiciones, sustituciones, apoyos y rechazos ya evidenciaban que no iba a ser una cita para buscar soluciones, sino para generar más ruido.
El primer derrape político llegó con la primera intervención, la de la concejala de Vivienda (Ana Sanjuán) que era la encargada de presentar y defender la propuesta que justificaba la celebración del pleno. Y frente a los llamamientos al consenso y al esfuerzo global que venía haciendo el PP, Sanjuán optó por un discurso que empezó siendo brusco y que terminó lanzando insultos rotundos a los dos partidos de la oposición. "Hipocresía y mezquindad" dijo la concejala que definían a PSOE y AIG, deseando que los vecinos de Cádiz "nunca olviden lo que ustedes han hecho en Cádiz". Difícil buscar acuerdo con esas acusaciones y manifestaciones, con las que además remataba una exposición que huyó de los problemas de la alabanza para centrarse en aplaudir la acción del gobierno de Bruno García en este año y medio frente a la inacción de Adelante los ocho años anteriores. "Es una canallada lo que habéis hecho durante ocho años", regaló también la titular de Vivienda en alusión a proyectos anunciados en tiempos de Kichi y no realizados y en teóricos "engaños" a vecinos.
Este brusco arranque del debate fue respondido por la oposición con constantes pildorazos al gobierno municipal. Como los que lanzó el concejal José Ramón Ortega, del PSOE, que primero criticó a Sanjuán hacer "un pleno de romanceros" como crítica a "los cartelitos" que utilizó la edil durante su exposición comparando la gestión del PP con la del gobierno anterior, para referirse luego al alcalde como "el concejal de desempleo" en su anterior etapa en el Ayuntamiento dentro del gobierno de Teófila Martínez. "Tecno Bruno, al que le falta la corbata verde", refirió también Ortega en rechazo a las gestiones realizadas por el alcalde en relación a espacios como el Campo de las Balas o la carta enviada al Gobierno de España para que participe en la propuesta ideada para el edificio de Náutica.
El debate se sucedió entre la crítica por que el pleno se convoque "casi a la mitad de su mandato", y la de que AIG proponga medidas ahora "cuando no lo han hecho en 8 años". Entre el PP anunciando que hará suyas 17 medidas propuestas hoy por la oposición -y rechazadas-, y el PSOE asegurando que si la norma urbanística "permitiera más viviendas públicas en Navalips, habría más viviendas públicas" en palabras de Óscar Torres respecto al proyecto liderado por Zona Franca que contempla 400 viviendas públicas y otras 400 privadas.
Tanta brusquedad en los mensajes y tanta distancia política en lo que necesita una postura común que marque el camino correcto estuvo aderezada durante el pleno por las constantes interrupciones del público, parte del cual ya había protagonizado alguna movilización con pancartas varias a las puertas del Ayuntamiento. Desde antes incluso de que arrancara la sesión llegaron los primeros gritos, en este caso por un portavoz del colectivo de personas sin hogar que reclamó un minuto de silencio por el fallecimiento que tuvo lugar este pasado domingo en la plaza de Candelaria, que ya habían pactado los portavoces previamente.
La movilización para nada improvisada del público asistente derivaría en constantes interrupciones y gritos, con algún insulto incluido, que terminaron por enmarañar y distorsionar el tramo final del pleno, recordando peligrosamente tiempos pasados de tensión en el Salón de Plenos. Hasta el alcalde ha sido este miércoles llamado al orden, en este caso por el concejal de AIG Carlos Paradas, que tenía razón en su denuncia pero sin guardar las mínimas formas que debe requerir un órgano como el pleno municipal al afear el exceso de tiempo utilizado por Bruno García (que efectivamente frente a los 7 minutos que permitió intervenir al portavoz de Adelante, fue amonestado a gritos por Paradas cuando llevaba 9 minutos de una intervención que se prolongó hasta los más de 13 minutos).
Al final, entre los gritos del público, el cruce de comparativas entre la gestión de Adelante y la del PP, el cruce de demandas entre la Junta y el Ayuntamiento, los exabruptos y afirmaciones poco maduradas, lo que apenas cobró relevancia fueron las medidas, y eso que había hasta 35 para analizar y debatir, y los acuerdos, que fueron del todo imposibles entre un gobierno pendiente de atizar a la oposición y una oposición pendiente de atizar al gobierno. Y mientras, la casa (nunca mejor dicho) sin barrer.
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