No podemos
Opinión
Si la vida es como el fútbol (ojalá: ahí siempre hay otro partido, otro domingo, otra Liga para rectificar y vencer), en un supuesto partido entre el alcalde de Cádiz y el secretario general de Podemos, sin duda José María González va ganando por un par de goles a Pablo Iglesias, tras la nota hecha pública ayer, así como sin venir a cuento. Al jurar (gran peligro, señor alcalde) que nunca dejará su "piso de currante" está afirmando que él sí que sigue los principios del político que está con el pueblo sufriente, es decir con la mayoría que sufre pagando hipotecas mucho más pequeñas que la de la pareja podemita madrileña, esa masa que sufre para llegar a final de mes e incluso para pagar las comuniones de sus hijos. Diría yo que el alcalde ha conseguido conectar incluso con los muchos que tienen un 'campito' en Chiclana con una casa y una parcela un cuarto del tamaño de la adquirida por Iglesias y Montero.
Dan ganas de levantarse a aplaudir desaforadamente desde una butaca virtual en el patio del Falla cuando el antes llamado Kichi adopta ese tono acomparsado que le sale de forma natural, cuando dice en su nota que "bastante privilegio es vivir en la Viña, en Cádiz y con Teresa", sin que le dé miedo de que cualquiera pueda cuestionar el orden de estos factores.
Va ganando el partido el alcalde, sin duda, al que el secretario general de su partido le ha dejado la pelota botando y casi a meta vacía. Puestos a aferrarse a modelos, González ha preferido el mucho más identificable de Pepe Mujica, el ex presidente uruguayo que siempre vivió, y sigue viviendo, en su modesto ranchito en las afueras de Montevideo como muestra de su "austeridad republicana". Es decir, elige salvarse del gran error, escoge el modelo sobrio y ejemplar, el que pasó por Cádiz hace unos años seduciendo incluso a un público de derechas, el que sin duda representa de manera clara, limpia y hasta idealista a todos los que no podemos pagar 660.000 euros por un chalé. Gol.
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