Policías locales de Cádiz en Benetúser ayudando tras la DANA: “Se ve mucha tristeza”
Los agentes voluntarios en uno de los pueblos más afectados por la riada realizan principalmente labores de control de tráfico
"Trasladamos a personas mayores hacia puntos de recogida de comida y luego las devolvemos a sus domicilios"
Policías locales de Cádiz viajan a Valencia para ayudar tras el paso de la DANA: "Estamos muy orgullosos de vosotros"
“Aquí ves cosas que nunca has visto”. Kiko Gallardo, inspector de la Policía Local de Cádiz, atiende a este periódico el segundo día, viernes, de su estancia en Benetúser liderando un equipo de 20 agentes -12 de la capital, seis de Rota y dos de Benalup-Casas Viejas- que están realizando desde el jueves labores de ayuda en uno de los pueblos más afectados por la riada que ha devastado varias zonas de Valencia.
“Son cuatro o cinco pueblos juntos, como si formaran una gran ciudad, separados por una acera. Y el mismo río ha inundado estos pueblos”, explica Gallardo. El contingente gaditano pernocta en El Saler, a 15 kilómetros de la ‘zona cero’ que incluye a Benetúser. “Muy cerca, aunque allí no ha ocurrido nada”, apunta.
El primer día, el jueves, fue “una locura de tráfico”. Gallardo explica que “las mayores labores que estamos realizando son de regular la circulación. Hacemos más falta de día, escoltando a tractores que recogen barro, y evitamos choques con voluntarios, que hay cientos“.
“Hay mucho peligro en la coincidencia entre vehículos, voluntarios y vecinos. Eso es lo que tratamos de organizar, de ordenar. Es difícil encontrar el equilibrio, pero ese es nuestro trabajo”, añade.
Otro de los cometidos de los policías de Cádiz es controlar el acceso al pueblo “para evitar que voluntarios o curiosos quieran entrar hasta dentro con sus coches, cosa que es imposible. El tráfico es excesivo y les pedimos que aparquen fuera del pueblo y entren andando”.
El paisaje es desolador. “Hay marcas de agua de hasta tres metros”, comenta. Gallardo guardará para siempre en su retina imágenes como la de un campo de fútbol “que por la mañana estaba vacío y por la noche tenía como 400 coches. Muchos coches tienen un cartel donde se especifica que son ‘vehículos en funcionamiento’, para distinguirlos de los inutilizados que irán directos a los desguaces”.
Además de regular el tráfico, los agentes gaditanos realizan servicios humanitarios “como trasladar a personas mayores hacia puntos de recogida de comidas y luego devolverlas a sus domicilios. Y es que no hay ni un negocio abierto, todos están inutilizados por la riada. No hay donde comprar un barra de pan, no hay supermercados”.
Dice Kiko Gallardo que “dentro del caos se está tratando de organizar todo poco a poco. Los voluntarios ya están mejor dirigidos hacia un lado u otro. Mi impresión el primer día era que esto estaba muy desorganizado y poco a poco hay más orden. Fue duro el primer día, pero ya estamos mejor organizados. Y lo mismo ocurre en el pueblo. Ya se ha recuperado parte de la corriente eléctrica”.
Los agentes gaditanos echan muchas horas al día, casi sin descanso hasta la noche, a la que llegan muy cansados pero felices de haber contribuido a una buena causa. “Comemos cuando podemos, gracias a la ayuda humanitaria. Voluntarios que te ofrecen un bocadillo o un café. Emociona tanta solidaridad”, expone Gallardo.
La Jefatura de la Policía Local de allí está inutilizada
La Policía Local de Benetúser ejerce de anfitriona con los agentes gaditanos. “Estamos bien coordinados con el jefe de allí, está muy agradecido con nuestro apoyo y nos dice que no sabrían qué hacer sin nosotros. La Jefatura se ha perdido en la riada y la Policía Local se ha instalado en el Ayuntamiento. Allí es donde empezamos la jornada y donde la terminamos”, indica Gallardo.
El inspector de la Policía Local de Cádiz afirma que “aquí hacen falta policías, bomberos y sanitarios. Hay muchos accidentes menores por caídas, porque el suelo resbala. Todo el mundo, incluso nosotros, lleva botas de agua”.
En general, según Gallardo, “los vecinos del pueblo están ya mentalizados, lo han asumido, aunque hay mucha desmoralización. Hemos tenido que tranquilizar a personas mayores y se ve mucha tristeza después de los nervios de los primeros días”.
El martes partirá de Cádiz un nuevo contingente que relevará al actual, que tiene previsto regresar este lunes. “El policía que venga debe estar mentalizado porque es duro. Hay que tener mano derecha para comprender a las personas que lo han perdido todo y se muestran nerviosas y alteradas. Lo bueno es que los compañeros que vienen están ya aleccionados por nosotros, que vinimos un poco a ciegas”, admite.
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