Al portugués errante le agredieron y le quemaron la bici musical en Cádiz y huyó a La Isla
El peligro de vivir en la calle
"No pude llamar a la Policía porque el teléfono también ardió; lo he perdido todo", relata a Diario de Cádiz Fernando Manuel Suárez
Actualmente está siendo atendido en el comedor del Pan Nuestro de San Fernando, que le ha puesto en contacto con Cáritas, porque necesita medicación
La pérgola del Paseo de Santa Bárbara se ha convertido en una zona muy peligrosa, sobre todo para las personas que viven en la calle
Cádiz/A Fernando Manuel Suárez Bento, ingeniero técnico electrónico portugués de 48 años, muy conocido en Cádiz por la singular bicicleta musical singular bicicleta musicalcon la que amenizaba las calles del centro, le agredieron y le quemaron su medio de vida y todas sus pertenencias en la pérgola del Paseo de Santa Bárbara, donde dormía.
Se confirman así las sospechas de los vecinos que dieron la voz de alarma el pasado domingo cuando encontraron la bicicleta y sus enseres quemados en una zona abandonada y muy peligrosa, sobre todo para las personas que viven en la calle.
La misma noche que le golpearon en la cabeza y le quemaron todo lo que tenía, Fernando Manuel huyó a pie hasta San Fernando, donde está siendo atendido en el comedor social 'El Pan Nuestro'. Allí le han puesto en contacto con Cáritas. Necesita medicación urgente y un lugar bajo techo donde dormir, relató una voluntaria que supo de él por la noticia publicada por Diario de Cádiz.
"Lo he perdido todo: la bicicleta, el remolque con el equipo de música, mi ropa, mi documentación...", lamenta en un amable portugués con acento sureño, como del Algarve. "No pude llamar a la Policía porque el móvil también se quemó", dice rompiendo a llorar.
Según ha podido saber este periódico, el supuesto agresor de Fernando Manuel y autor del incendio de todo lo que tenía en este mundo sería un hombre que también pernocta en la pérgola de Santa Bárbara, en los accesos del parking, junto al Parque Genovés. Tanto la agresión como el incendio de un edificio municipal con riesgo para las personas parecen motivos más que suficientes para que intervenga la Policía.
El portugués errante de la bicicleta musical lleva años viviendo en las calles de varias poblaciones de la Bahía, como San Fernando, Puerto Real, Chiclana y la propia capital gaditana. "En los albergues sólo te dejan dormir tres, cuatro o cinco días, no más. Además, tienen unos horarios muy rígidos, para comer, para ducharse, para dormir, y yo ya no soy un niño chico", comenta, pero con respeto por la labor que se hace en estos centros.
La situación de absoluta precariedad que vive Fernando Manuel es similar o quizá más grave que la del centenar de personas que duermen en las calles de Cádiz, tal y como puso de manifiesto un censo elaborado por los Servicios Sociales Municipales en colaboración con asociaciones, colectivos y ONGs que trabajan en su atención. De media llevan tres años y cuatro meses pernoctando a la intemperie, según el mismo estudio.
El Centro de Alta Tolerancia 'Fermín Salvochea', situado en el Campo del Sur, en el edificio de la antigua jefatura de la Policía Local, está todavía pendiente de apertura, después de que el Ayuntamiento adjudicase el nuevo pliego de servicios para la atención de personas sin hogar de la ciudad.
El documento aglutina la prestación de servicios del albergue municipal, del nuevo centro de alta tolerancia e incorpora un equipo de calle que informará a las personas que carecen de un techo de los recursos municipales que tienen a su disposición y aumenta su capacidad de actuación a pie de calle, explicaron desde el Ayuntamiento.
La pérgola del Paseo de Santa Bárbara es todavía de propiedad municipal, aunque hay un convenio de cesión a la Universidad de Cádiz. Tal y como publicamos hoy en este periódico, la UCA todavía no ha recepcionado el inmueble, donde pretende montar un centro de arqueología, con aulas y talleres de arqueología abiertos al púbilco, porque el Consistorio no ha cumplido todavía con su compromiso de entregarlo en buenas condiciones y sin las personas sin hogar que allí viven y pernoctan. Desde la administración local no se ha dado fecha para el arreglo, aunque se baraja un plazo de un año.
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