La princesa Leonor y el Juan Sebastián de Elcano dicen adiós a Cádiz en el inicio de un histórico crucero

Leonor de Borbón y Ortiz ha iniciado este sábado, desde Cádiz, como guardamarina su crucero de instrucción en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, que es el XCVII de este barco tan gaditano y tan ligado a esta tierra. La real guardamarina ha recibido el calor del numeroso público apostado en el muelle ciudad que ha despedido a la tripulación y ha vitoreado a los padres de Leonor, los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, presentes para presidir el acto y despedir a su primogénita, princesa de Asturias y heredera al trono.

En una mañana brumosa, entre grandes medidas de seguridad y con la presencia de numerosas autoridades civiles y militares, llegaba hasta al muelle la comitiva de guardamarinas, con la princesa Leonor en la cuarta fila, portando la imagen de la Virgen Galeona. La sagrada figura subía después al barco, observando la escena desde tierra el prior de los dominicos en Cádiz, fray Pascual Saturio. La princesa llegaba a bordo acompañada de piropos desde el público. “¡Guapa!”, le gritaban.

En una jornada amenizada por Unidad de Música del Tercio Sur de Infantería de Marina, que interpretó marchas militares y algún que otro pasodoble, desde el buque se preparaban sin prisa pero sin pausa para zarpar. “¡Listos para cubrir vergas, jarcias y botavaras por la banda de estribor!”, sonaba por la megafonía antes de la llegada del alcalde de Cádiz, Bruno García, que accedía al barco a través del portalón. Luego llegaba el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que precedió a Sus Majestades los Reyes de España. Siete ‘Viva España’ y 21 salvas tronaron en honor de la pareja real, que saludó al pueblo una vez a bordo. Poco después llegaba la ministra de Defensa, Margarita Robles, apurada de tiempo porque su vuelo, a causa de la niebla, tuvo que ser desviado hacia la base aérea de Morón, cuando estaba previsto que aterrizara en Rota. La ministra tuvo que soportar mientras subía al Elcano una sonora pitada de parte del público y algunos “¡fuera, fuera!”.

Llegó el momento más emotivo, bajando los guardamarinas a saludar a sus familiares. Después de desembarcar Bruno García lo hizo Juanma Moreno, que estuvo saludando al público un buen rato. Luego bajaron los Reyes y la ministra, de nuevo abucheada, mientras desde la megafonía del buque escuela se escuchaba un “larga trinquete en nombre de la Santísima Trinidad”, encomendándose a Dios la tripulación para una buena travesía.

En el cantil del muelle aguardaban Felipe y Letizia la maniobra de salida del Juan Sebastián de Elcano. La reina, visiblemente emocionada, conversaba con el rey, de uniforme, que tarareaba la Salve marinera que interpretaba en ese momento la coral de la Universidad de Cádiz a la vez que despedía a su hija Leonor. Zarpando el barco, Don Felipe sacaba su teléfono móvil para inmortalizar la salida del buque insignia de la Armada Española.

Una vez que el Juan Sebastián de Elcano soltaba amarras y era remolcado hasta la bocana del puerto, las autoridades, incluyendo a los Reyes, embarcaban en la patrullera de la Armada ‘Vigía’, desde donde iban a acompañar al buque escuela en su salida durante un trecho.

De esta manera se iniciaba el XCVII crucero de instrucción del Juan Sebastián de Elcano, con seis meses por delante tocando puertos de ocho países. En este viaje, Leonor de Borbón continuará su formación militar junto a otros 75 guardamarinas y algo más de 200 personas de tripulación, para regresar el puerto de Cádiz el 21 de julio.