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Frente a las dos piezas más emblemáticas del Museo Provincial de Cádiz, los sarcófagos antropoides femenino y masculino, el arqueólogo e historiador, Juan Miguel Pajuelo y Francisco José Ramírez, de Tripmilenaria, guiaban la última de las rutas de la programación de Cádiz fenicia, en la que ha sido la aportación de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.
"Poseer estos sarcófagos era como el que hoy tiene un Ferrari", tiraban de humor, para escenificar el prestigio de las personas que se enterraron en ellos, seguramente personas influyentes de Gadir. "Cualquiera no podía ser enterrado en esta pieza procedente de una isla griega", que fue encargada e importada en barco, dijeron de estos dos joyas de la arqueología gaditana. Tras repasar la semblanza marmórea labrada de ambas, recordaron que no "eran pareja, aunque ahora son pareja de hecho en el Museo", y que no pertenecían a los enterramientos de un hombre y una mujer, pues los cadáveres enterrados eran de sexos opuestos a la apariencia física del labrado, aunque esto se ocultara en la pinacoteca durante mucho tiempo. Informaron de "la reutilización de los sarcófagos en aquella época, cuya palabra significaba devorador de carne", rememorando que en el primer momento de exposición del sarcófago femenino exhibía otro cadáver que estaba en mejor estado, en seña de los cambios de parámetro en la concienciación de la conservación del patrimonio.
También mostraron algunas piezas de las vitrinas como el maravilloso anillo fenicio localizado en el monumento funerario de la Casa del Obispo, donde se erigía un santuario a Esculapio. Aquí hallaron restos de púrpura y de manufactura de hilos de oro, "que eran elementos que otorgaban mucho prestigio y entidad, cuando alguien portaba una prenda color púrpura, que por cierto es el color del pendón de Cádiz".
Como curiosidad, dijeron que la palabra 'fenicios' procede de los griegos, que los llamaron así y significaba los rojos precisamente por el color púrpura que se extraía de la cañaílla que importaron, "pues ellos no se hacían llamar a sí mismos fenicios, sino cananeos".
El resto del recorrido transcurrió por la calle Ancha, ante el edificio de Telefónica donde se descubrieron restos de un asentamiento fenicio y una estatuilla denominada 'El sacerdote de Cádiz', de unos 13 centímetros. El hallazgo fue en 1927 y aunque se entregó al Museo Arqueológico de Cádiz para que se expusiese allí, se trasladó a la dirección general de Bellas Artes la trasladó al Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
En este punto recordaron que a lo largo de las últimas décadas se han encontrado restos de asentamientos fenicios en la plaza de San Antonio, en la calle Cánovas del Castillo, en la Casa del Obispo y en el Cómico, en la zona de la entonces isla de Erytheia, "por lo que era una ciudad con una entidad importante". Y que, "integraban la provincia de Gadir junto a Doña Blanca en El Puerto; Chiclana, donde acaba de inaugurarse Nueva Gadeira; Puerto Real, donde se encontraron restos de alfarería, y San Fernando, donde localizaron también hornos púnicos".
El Cómico, donde se encuentra el yacimiento Gadir, fue parada indispensable, pues allí puede verse uno de los descubrimientos más importantes realizados en la ciudad, los restos "de ocho viviendas construidas en pendiente con vistas a la orilla del canal, tenían cocina, horno y tenían unos 70 metros cuadrados".
Y en la plaza de la Catedral, en la calle Arquitecto Acero, hablaron del canal que por ahí pasaba en tiempos fenicios, como atestiguaron las obras de construcción de los cimientos de la seo gaditana, "donde encontraron mucha arena de playa", así como "el cantil de un muelle en la calle San Juan en el siglo III a.C.", en la finca anexa a lo que era la Cueva del Pájaro Azul, cuna del artisteo flamenco en los años 80. Hallazgos que tuvieron lugar en 2020, al hilo de las obras de reapertura de este mítico establecimiento.
La visita al exterior de la Casa del Obispo, cerrada desde hace años, puso el punto y final de una ruta en la que se indicó la recién inaugurada exposición en la explanada exterior de Entre Catedrales, con la recreación del monumento funerario allí localizado, entre otros elementos que contextualizan los elementos localizados en el yacimiento.
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