Puesta en común en torno a la iniciativa ‘Farmacia, espacio seguro' en Cádiz

‘Farmacéuticos, más que un compromiso social’ es el título de la jornada con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz celebró ayer el Día Mundial del Farmacéutico. Fue un encuentro abierto al público y que se celebró en la sede de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz con la presencia de profesionales del sector y responsables de las fuerzas de seguridad del estado, Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil. La jornada estuvo presidida por Blanca Flores, subdelegada del Gobierno en la provincia de Cádiz.

Alberto Virués, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, valoraba para este periódico antes del comienzo de la jornada que el objetivo del encuentro era ofrecer a la sociedad “una visión global del farmacéutico y de su papel tanto en el campo de la salud como en el social”.

En este sentido, Virués indica que la idea de esta jornada surgió cuando el Colegio que preside mantuvo una reunión institucional con Blanca Flores al llegar al cargo: “Ella estaba interesada en abrir las puertas de la Subdelegación a los distintos sectores profesionales en jornadas abiertas al público. Y pensamos en este encuentro y en organizarlo de manera que sirviera también para celebrar el Día Mundial del Farmacéutico”, que se celebró ayer y que en Cádiz, además, iluminó de verde el puente de la Constitución.

Así, la jornada de ayer se centró, sobre todo, en dar a conocer públicamente, aún más, el proyecto ‘Farmacia, espacio seguro’, una iniciativa impulsada desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz y que cuenta ya con el compromiso de la Junta de Andalucía para que se implante en toda la comunidad autónoma.

Por eso, el encuentro contó con la participación de responsables del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil en la provincia de Cádiz, de forma que ambas instituciones ofrecieron a los ciudadanos su visión de esta iniciativa y la claves de la lucha contra la violencia de género. Por parte del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz fue Lola Palomino, vocal de Farmacia Asistencial y Relaciones con Asociaciones de Pacientes, quien habló sobre este proyecto implantado ya en la provincia gaditana.

Recuerda Alberto Virués que el 92% de la población tiene a su disposición una farmacia a menos de 200 metros de su domicilio, lo que convierte a esta potente red de establecimientos en un espacio “cercano cuyo trabajo se puede poner al servicio de la sociedad, más allá de la ya importante labor relacionada con la salud y los tratamientos de los enfermos”.

Según los datos aportados en una nota de prensa sobre estas jornadas, en la provincia de Cádiz hay en la actualidad un total de 1.904 farmacéuticos colegiados (según las estadísticas del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos del año 2023), un 2% más que en el año anterior (35 farmacéuticos colegiados más en total). En cuanto al perfil del licenciado en farmacia en Cádiz, es femenino, ya que las mujeres representan el 65,4% de los colegiados”. 

“En cuanto a las farmacias comunitarias -prosigue el comunicado-, hay un total de 497 en la provincia gaditana, de las que 61 (el 12%) están situadas en la capital de la provincia. Esto permite a las farmacias ser el recurso sanitario más cercano y el más accesible a la población de Cádiz y, en gran medida, garantizar una atención y trato sumamente personalizado”.

Estos son los datos que maneja Virués a la hora de defender las farmacias como espacios seguros contra la violencia de género, en un protocolo que el profesional puede activar en caso de que una mujer entre en la farmacia y pronuncie una palabra en clave (en caso, por ejemplo, de que vaya acompañada por su maltratador) o que simplemente entre sola en la botica y reclame ayuda. En alguno caso ya, explica Virués, se ha activado el protocolo y el farmacéutico tuvo que echar la baraja de su establecimiento ante la cercanía de un potencial agresor tras recibir la petición de ayuda de una mujer.

También es posible, señala el presidente de los farmacéuticos gaditanos, que desde la farmacia se active el llamado ‘protocolo cero’, a través del cual el personal del establecimiento puede poner en conocimiento de las fuerzas de seguridad de la sospecha de un posible caso de maltrato en el barrio: “El farmacéutico puede observar algo raro en una usuaria habitual, de manera que lo comunica a la Policía que se encarga de investigar de manera profesional ese posible caso de malos tratos”.