El parqué
Caídas ligeras
Si hubiera una lista negra del patrimonio en Cádiz, hay una serie de enclaves que no se escaparían de ella. Y no solo que no se escapen, sino que parecen abocados al abandono porque apenas hay inversión y solo alguna tímida intención de devolveros al circuito patrimonial y turístico de la ciudad. Todo ello en una ciudad que no presume de un monumento referente de esos aguardados con largas colas, pero que atesora un casco histórico colmado de rincones patrimoniales de gran valor, muchos de los cuáles se van deteriorando sin nadie ni nada que lo remedie. Estos son algunos sobre los que urge actuar o avanzar.
La Casa del Obispo es uno los elementos de los enclaves del patrimonio gaditano claramente abandonado a su suerte. Nueve años acaba de cumplir cerrada y más de dos años en manos del Ayuntamiento de Cádiz, que no ha movido ficha.
Hace dos años que el equipo de gobierno anterior presentó un plan para su rescate, pero lo cierto es que nunca hubo presupuesto para ello. La iniciativa incluía la reforma básica de pasarelas, techos, sistema eléctrico, paredes y la unión con Entre Catedrales para sacarla a licitación. Se dijo entonces que la delegación de Urbanismo tenía pendiente la redacción del proyecto que se llevaría a cabo antes de sacarlo a licitación, pero nunca arrancó.
Cuando el Consistorio consiguió recuperar la llave del enclave repleto de restos fenicios, romanos, republicanos, medievales y modernos, apareció bastante deteriorado en cuanto al continente, pero en muy buen estado en cuanto a lo verdaderamente importante, el contenido, que son los restos arqueológicos que allí aguardan para ser de nuevo exhibidos.
En tiempos de Teófila Martínez empezó este litigio entre concesionaria y Ayuntamiento, que concluyó en época de González y que ahora queda en el tejado del nuevo gobierno municipal del PP con Bruno García al frente. Ahora les toca decidir cómo afrontar el futuro de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Cádiz, incluido Entre Catedrales, con un aspecto que también deja que desear.
El barrio más antiguo de Cádiz y de Occidente presenta un estado cada vez más decadente, pese a ser punto de paso obligado de los turistas que llegan con el reclamo de su antigüedad. Nada más entrar en el barrio ya se percibe el pésimo estado de las puertas de acceso, el del Arco del Pópulo, donde se encuentra la capilla perteneciente al Obispado repleta de desconchones y fuera del circuito de visitas, y el de los Blanco. En este último, anexo al recinto amurallado y al patio medieval cuyas llaves de acceso aguarda la Junta de Andalucía, se observa acumulación de desperdicios.
El barrio también es la puerta de entrada a uno de los monumentos más importantes de la ciudad, el Teatro Romano, y entre sus calles se observan cada vez más fachadas deterioradas, llamando poderosamente la atención en uno de sus puntos neurálgicos, la plaza de San Martín, con una Casa del Almirante durante años abandonada y a la espera de reforma, así como varios edificios con un estado lamentable.
Es la joyas de la corona peor maltratada. Su ubicación en un entorno especialmente hostil por encontrarse prácticamente rodeado de mar no facilita su mantenimiento, pero hacerlo debería ser un mandamiento, al tratarse de los elementos históricos más bellos de la ciudad, cuyo legado se remonta a época fenicia, cuando venían a rezar al santuario Krónion, siguiéndole un sinfín de utilidades ahora imposibles por el mal estado que presenta. Tras dejarse pasar durante el Bicentenario la oportunidad de su recuperación integral como gran hito de aquella efemérides en 2012, año en el que se invirtió en determinadas zonas, el Consistorio ha manifestado recientemente su intención de recuperar el acuerdo de colaboración que hasta 2017 estuvo vigente entre el Ayuntamiento y Estado, a quien pertenece.
El fin es firmar un convenio de colaboración que suponga la inversión plurianual y constante de ambas administraciones en la rehabilitación y cuidado del Castillo de San Sebastián, posibilitando así la apertura del mismo al gaditano para disfrute cultural y de ocio. Aunque es tal el estado de deterioro, que o se actúa rápidamente, o la pérdida será irreparable, pues ya presenta un estado ruinoso en buena parte del enclave.
Asimismo, Medio Ambiente declaró a mediados de este septiembre el procedimiento excepcional de emergencia para la reparación de los daños en tramos de la muralla del Castillo de San Sebastián y en alguna estructura del interior de la histórica fortaleza. El presupuesto asciende a 865.000 euros.
Las murallas de Cádiz están constantemente en peligro por estar precisamente combatiendo con uno de los agentes naturales más destructivos, el mar. Uno de los problemas a los que históricamente se ha enfrentado es la ausencia de una plan director que marque una verdadera hoja de ruta a seguir no solo en la recuperación en los tramos más afectados, sino en el mantenimiento de un conjunto -baluartes, castillos y murallas-. Si bien, es justo mencionar la labor de Costas en los últimos años, en los que está acometiendo obras de recuperación y restauración en los tramos más deteriorados en función de la urgencia, desde que recuperó este plan hace unos meses. Así, se inició una primera fase centrada en la playa de Santa María del Mar y, posteriormente, en el tramo del Campo del Sur entre los baluartes de Capuchinos y los Mártires y el Castillo de Santa Catalina, así como el Baluarte de los Mártires. En total, el presupuesto alcanza los 896.448,84 euros, procediendo este del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
También se está actuando en el Campo del Sur comprendida por el colegio del Campo del Sur y el Pabellón de la Mirandilla, en las conocidas como murallas del Vendaval, San Miguel y San Rafael. En este caso, será la empresa pública Tragsa quien realice los trabajos por un valor de 735.601,07 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. La inversión en estos dos proyectos asciende a 1.632.079,91 euros.
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