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El sector de los cruceros deja a Cádiz muy tocada
El coronavirus está siendo muy duro para todos. Se ha llevado por delante más de 40.000 vidas en España pero está dejando una estela de negocios heridos de muerte.
El turismo necesita confianza para seguir en pie y el miedo no es el mejor consejero a la hora de planificar una escapadita. Pero “aún hay demasiado miedo en la calle y eso no nos beneficia”, según comenta Nicolás Sánchez, de la agencia Intermondo Travel.
Esta empresa, al igual que otras muchas, no pertenece a ninguna cadena sino que se autoproclama agencia independiente. Y el lunes pasado no se lo pensaron. Se liaron la manta a la cabeza y tiraron para Madrid para protagonizar una gran manifestación a la que no faltaron representantes de este sector procedentes de España entera.
Allí les lleva su situación. Una situación que se ha visto tremendamente agravada por el coronavirus, que ha provocado miles de cancelaciones de viajes, no sólo durante el confinamiento y el estado de alarma, sino ya con vistas a todo lo que queda de 2020.
La entrada en concurso de acreedores de Pullmantur ha sido la última gota que ha colmado el vaso. Las empresas Cruises Investment Holding y Royal Caribbean Cruises, dueñas del 51% y 49% respectivamente de Pullmantur Cruceros, han solicitado la “reorganización” de la firma española bajo los términos de leyes de insolvencia de nuestro país, es decir ha ido a la quiebra e incluso ya se habla de que sus buques están ya a la venta en las redes o incluso pasarán directamente a desguace.
Esta quiebra ha dejado a unos 150.000 españoles afectados. Concretamente, en Cádiz, Miguel Sánchez-Polack, gerente de la agencia MCK Tours, habla de que entre sus clientes hay en torno a una veintena que tendrá que cambiar de planes por culpa de este contagio del covid que ha llevado a Pullmantur a su desaparición.
¿Y ahora qué? ¿Quién devuelve el dinero de las reservas? He aquí el dilema. La Ley de Contratos de Viajes Combinados aprobada en 2018 señala a las agencias como responsables subsidiarios de las cancelaciones en caso de que el touroperador no reembolse el viaje al cliente, algo que no ocurre en el resto de la Unión Europea. De esta manera, tanto Miguel Sánchez-Polack como Nicolás Sánchez, como dueños de sus respectivas agencias de viaje, tendrán que hacer frente al adelanto del dinero de los viajes cancelados, ya sea por Pullmantur o por cualquier aerolínea o cualquier naviera.
De hecho, el dueño de Intermondo Travel, ubicada en San Fernando, dice que, “por suerte” el año pasado optó por cambiar de rumbo y dejó un poco de lado a Pullmantur. Por su parte son otras navieras como MSC o Costa las que le están dejando un poco con el alma en vilo. Las cancelaciones de estas gigantescas empresas están llevando hasta su local a muchos clientes que buscan no sólo explicaciones sino soluciones a una reserva de un viaje que finalmente no va a tener lugar.
En ese aspecto la Ley de Viajes Combinados se lo pone igual de difícil que al responsable de MCK Tours. Se ven ambos obligados a adelantar un dinero que, en muchos casos, ya han reinvertido en otras causas, por lo que tienen que buscar debajo de las piedras para dejar a sus clientes satisfechos. Y para colmo, en el caso de MSCo Costa Cruceros, si quieren recurrir o denunciar, se ven obligados a acudir a los tribunales de Ginebra o de Génova, según sea un caso u otro.
Estas reivindicaciones y otras muchas más llevaron a unas 1.500 personas de agencias de toda España hasta Madrid el lunes pasado a manifestarse desde Cibeles hasta San Jerónimo para intentar reivindicar más apoyo económico para el sector. A eso le suman la petición de apoyo legal para que no sean ellos los que tengan que adelantar en dos semanas la devolución del dinero de las reservas canceladas.
“Menos mal que aquí en Cádiz la gente tiene el carácter que tiene y finalmente optan por el bono para el año que viene. Sólo un par de casos me han pedido la devolución y sé que ha sido porque la situación económica está complicada para muchos”. Así lo expresa Sánchez-Polack, que en días pasados fue recibido por el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco, que se comprometió a llevar sus peticiones hasta altas instancias. “Se mostró muy sensible con nuestras reivindicaciones, algo que le agradeceremos de manera infinita”.
Otra cuestión viene a agravar esta situación descrita. Al parecer, según el dueño de MCK Tours, la Junta ha impulsado una normativa que permite vender viajes a empresas que no sean agencias de viajes, de manera que hasta una panadería puede ya vender excursiones. “No tiene sentido, entre el intrusismo y la falta de apoyos la cosa se hace insostenible. Cada vez nos echan más enemigos al caldero”.
Sánchez-Polack y Nicolás Sánchez, de Intermondo Travel, relatan que al principio del Covid el Gobierno “se mostró algo más sensible con nosotros” y les permitía entregar a los clientes unos bonos mientras que no llegaran las devoluciones por parte de las navieras o de las aerolíneas, pero “a los diez o quince días llegó una directiva europea que nos obligaba a pagar en 15 días el dinero al cliente, de manera que la agencia tiene que adelantar ese dinero”.
El verano para todos ellos está ya perdido y ya piensan en el otoño. Tanto es así, que Nicolás Sánchez recuerda que el año pasado a estas alturas del año tenía ya en su bolsillo el 70% de los beneficios del año. El 30% restante llegaba de la mano del otoño. Por contra este peculiar 2020 le ha dejado desde que empezó sólo un 20% de los beneficios anuales, “y eso gracias a que tuvimos un primer trimestre bastante buenecito”. Ahora miran al otoño. “Todo dependerá de que el cliente pierda el miedo, pero es difícil recuperar esa confianza, por lo que se nos hace estrictamente necesario reclamar más apoyo económico al Gobierno”, insiste Sánchez.
“A ver si recuperamos en invierno los grupos, la normalidad, nuestra excursiones. Al menos ya podemos llenar los autobuses, lo que hace que podamos organizar ya alguna excursión pensando en algo rentable”, comenta Miguel Sánchez-Polack. “Y lo vemos lógico: gente sufriendo ertes, que se han quedado incluso sin vacaciones. A ver cómo escapamos”.
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