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Aquí quien manda es Royal Caribbean, que es la que finalmente ha corrido con los gastos que ha ocasionado la quiebra de Pullmantur por culpa del coronavirus. Es cierto que esta naviera, la única que ya existía en España en la que su idioma oficial a bordo era el español, ha pasado momentos muy difíciles pero en su último período económico obtuvo algunos beneficios que lograron mantenerla a flote.
Pero el covid se la ha cargado y, como consecuencia, en tornos a unas 4.000 personas que dependían directa o indirectamente de Pullmantur se ven ahora en dique seco a la espera de qué le depara el destino a esta marca, ya que se calibra la posibilidad de no desperdiciar ese nicho de mercado que tenía prácticamente copada Pullmantur. De hecho, esta compañía netamente española, era ya la única que quedaba con este espíritu, tras la desaparición de Iberocruceros y Happy Cruises.
Pero el ahora de esta compañía pinta muy gris tirando a negro. Sus barcos, según informan en webs especializadas en el sector, los tres únicos buques que le quedaban a Pullmantur (Horizon, Sovereign y Monarch) van ya camino del desmantelamiento y desguace, lo que pone fin a tres buques muy queridos por los adictos a los cruceros.
Mariano Pastrana, el que fuera hasta hace tres meses el último director de crucero del Horizon destaca lo bien que se ha portado con todos ellos y con los clientes que ya tenían contratado un trayecto con Pullmantur la Royal Caribbean, como responsable subsidiario.
El problema más serio lo tiene la tripulación que dependía de estos tres buques. Al parecer, el 80% de la tribulación pertenece a lo que ellos denominan hoteles flotantes, el 20% restante es personal de máquinas y cubierta. Los del hotel flotante caen cuando cae Pullmantur. El 20% restante sí tiene la posibilidad de reincorporarse a otros buques de la Royal. La tripulación no la puede asumir Royal Caribbean porque ellos ya tienen sus propias tripulaciones para el resto de su flota.
De esos afectados, Pastrana aclara que son muy pocos los españoles. Habla de un 1% y recuerda a otro gaditano, por ejemplo, de El Puerto de Santa María que llegó como camarero y alcanzó el puesto de gerente de restaurante.
Pullmantur, al parecer, ya había sufrido varios reveses económicos. La feroz competencia de Costa Cruceros le hacía mucho daño a pesar de su origen italiano porque se vende también como muy española, pero es nicho de mercado quedaría realmente “en venta” si termina por desaparecer Pullmantur.
Costa, según Pastrana, ofrece barcos muy nuevos, “pero ni de lejos el mismo ambiente que vivíamos en los Pullmantur”. Lo cierto es que la demanda sigue ahí puesto que hay españoles que huyen de embarcarse en buques en los que el español sea el cuarto idioma a bordo después del inglés, francés y alemán. “Sin olvidar que el tipo de cruceros de Pullmantur es más familiar y cercano”.
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