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¿Quién fue el ilustre gaditano Augusto Arcimis?

Reconocimiento

La memoria de esta gaditano será recordada en las XXXVI Jornadas Científicas de la Asociación Meteorológica Española que se celebran en Cádiz

Más de un centenar de meteorólogos se reúnen en Cádiz en sus jornadas científicas

Augusto Arcimis, durante su juventud en Cádiz.

Cádiz/Además de los temas a debate de las ponencias que componen el programa, las XXXVI Jornadas Científicas de la Asociación Meteorológica Española, que se celebran a partir de este miércoles 13 de marzo en Cádiz, tienen la intención de reivindicar a una figura que, quizás, es desconocida para la sociedad general pero tuvo una especial incidencia en la historia de la meteorología española, la del gaditano Augusto Arcimis (1844-1910), primer director del servicio meteorológico oficial español, la actual Agencia Estatal de Meteorología.

Teodoro Arcimis Werle -según la información que recoge Manuel Palomares del artículo Augusto Arcimis y Cádiz. Breve reseña biográfica de Antonio Cabañas Cámara- nació en Sevilla el 4 de diciembre de 1844, siendo el hijo menor de Teodoro Arcimis Laborde, natural de Bayona, casado con Rosario Werle, natural de Cádiz. A principios de la década de 1840, Arcimis padre fue enviado a Sevilla por Augusto Barthou, propietario del famoso Bazar Gaditano, para abrir y hacerse cargo de una nueva sucursal, El Bazar Sevillano, en la calle Sierpes. Tras asegurar la continuidad de éste, la familia volvió a Cádiz sobre 1850.

El niño Augusto empezó a estudiar en el colegio de San Felipe Neri donde su director, Eduardo Benot Rodríguez, implantó unos planes de estudios innovadores y revolucionarios como el Nuevo método del Doctor Ollendorf, para aprender a leer, hablar y escribir un idioma cualquiera. Este hecho quizás pudo incidir en el joven Augusto el talante liberal, libre pensador y, sobre todo, científico que evocaba este director, cuya sabiduría también impartió como titular de las Cátedras de Astronomía y de Geodesia en el Observatorio

de la Marina de San Fernando (Cádiz).

El pequeño Augusto, empezó los estudios de Segunda Enseñanza en el curso 1852/53 en este colegio y con 13 años solicitó matricularse en la Escuela Industrial, de Comercio y de Náutica de Cádiz. Esos estudios, junto al de Industria, eran llamados "estudios de aplicación" y constaban de tres cursos cada uno, obteniendo al concluirlos el título de perito. Con 16 años, y aunque la información que tenemos es escasa, se sabe que hizo lo que muchos jóvenes acomodados y burgueses de aquella época: recorrer Europa y absorber toda la experiencia y sabiduría posible. Las holgadas condiciones económicas de su familia le permitieron visitar diferentes países: Francia, Alemania e Inglaterra, quedándose a vivir en Londres durante un largo periodo de tiempo.

En estos países visitó sus diferentes observatorios ya que, quizás, el primer influjo del gran maestro Benot hizo que su vocación se dirigiera hacia la astronomía, en un primer momento, y posteriormente a la meteorología. Sus viajes también le sirvieron para perfeccionar los idiomas que ya conocía desde su época de estudiante (francés, inglés, italiano y alemán) facilitándole la construcción de una red de contactos con científicos e intelectuales de prestigio que además de resultar esencial en su formación le puso en contacto

con las corrientes regeneradoras que latían en Europa.

Arcimis volvió a Cádiz tras la muerte de su padre y empezó a trabajar en los negocios familiares. El 23 de febrero de 1868 contrajo matrimonio con Elodia Mora fijando su residencia en el número 14 de la plaza de la Mina, donde Augusto fue instalando un pequeño observatorio astronómico-meteorológico al que bautizó con el nombre de La Specola (del latín specula, que significa torre vigía y probablemente en referencia a la torre octogonal usada como uno de los primeros observatorio astronómico y meteorológico europeos, situado en el Palazzo Torrigiani de Florencia). La Specola contenía entre otros instrumentos, una ecuatorial, anteojo de pasos, quintante, cronómetro normal y péndulo de segundos muertos, barómetro normal, garita…

Con 24 años y sin dejar sus quehaceres comerciales y científicos, validó sus estudios en el colegio San Felipe matriculándose en el Instituto de Segunda Enseñanza de Cádiz. Así, en 1870 recogió su título de Bachiller y en los años siguientes cursó estudios tanto en la Facultad Libre de Farmacia de Cádiz, como en la Facultad de Medicina en Cádiz, superando la mayoría de las asignaturas de ambas carreras. Hubo varios cambios en los planes de estudio en aquella época y se concedió la facultad de expedir el título de doctor a alguna de las universidades libres. Es posible pero no está confirmado, que Arcimis lo aprovechara para obtener el título de doctor en Farmacia.

Los conocimientos adquiridos en sus estudios le serían útiles en el desarrollo de sus actividades científicas, pues realizó múltiples estudios astronómicos donde ponía de manifiesto el dominio de las técnicas de espectrometría, técnica que se impartía en los estudios de farmacia. Impulsado por su vocación científica desde su humilde torre de La Specola, y siendo un simple aficionado, Augusto Arcimis desarrolló observaciones y trabajos cuyos innovadores planteamientos y métodos pioneros llamaron la atención más allá de nuestras fronteras. De esta forma, logró publicar sus estudios en el órgano de la Società degli Spettroscopisti Italiani y en el Bulletino Meteorológico del Collegio Romano, que dirigía el Padre A. Secchi.

En la memoria anual de esta sociedad Arcimis publicó, en el año 1874, el Studi spettroscopici delle Stelle cadenti fatti dal signor Arcimis a Cadice con presentación del mismo Secchi. Al año siguiente publicaría Observazioni sulla luce zodiacale fatte in (Cadice) Spagna. Los trabajos de Arcimis tuvieron tanta repercusión que su eco llegó hasta Londres, donde empezaron también a ser publicados en el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society o en The Observatory, la revista mensual del Observatorio de Greenwich.

El “castillo” del parque de El Retiro en Madrid, sede inicial del Servicio meteorológico en España, en una imagen de 1912).

De esta manera, se fue integrando en los círculos académicos europeos más prestigiosos y consolidando amistad con reconocidos astrónomos como Ángelo Secchi, F. Denza, Urbain Le Verrier, William Huggins, Browning y un largo etc, y en diciembre de 1875 fue nombrado miembro de la Royal Astronomical Society británica.

En ese mismo año, Augusto Arcimis conoció a Francisco Giner de los Ríos, algo que supuso un punto de inflexión en su vida, pues le influyó tanto a nivel intelectual como, científico, y hasta personal, ético y moral. Giner de los Ríos había sido confinado el día 2 de abril en la prisión militar del Castillo de Santa Catalina de Cádiz, como consecuencia de firmar un manifiesto contra el Decreto Orovio, que prohibía la libertad de cátedra (Azcarate, Salmerón, y otros muchos también sufrieron ese tipo de represalia). El caso es que en su estancia en Cádiz Giner entabló amistad con muchos intelectuales krausistas entre los que se encontraban Macpherson y Arcimis. La amistad entre Giner y Arcimis se estrechó cada vez más haciéndose sólida y perdurable en el tiempo. A través del nieto de Arcimis, el historiador Luis García de Valdeavellano, se conserva una abundante correspondencia entre ambos.

Entre los años 1876 y 1884, Arcimis siguió residiendo en Cádiz alternando con algunos periodos en los que se instaló en Chiclana, donde se alojaba en la finca El Doctorado, que le cedía su íntimo amigo Macpherson y donde ubicó un nuevo observatorio. En estos años además de trabajar en el Bazar Gaditano y desarrollar otros negocios, intervino en la vida social de la ciudad. Se puede ver su nombre estampado en los periódicos locales y provinciales dando cuenta del desarrollo de diferentes actividades como juez de regatas, secretario de la asociación para el Colegio de Institutrices, participante en congresos de farmacia (como naturalista), conferenciante sobre astronomía y meteorología en diferentes foros, colaborador para la reconstrucción del incendiado Gran Teatro, accionista de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y de la Sociedad Cooperativa de Gas de Cádiz, entre otras actividades.

Todo ello sin dejar de cultivar la astronomía y la meteorología pues siguió incansable realizando observaciones, estudios y artículos muchos de los cuales los dio a conocer, en una gran labor divulgativa, a través de diferentes periódicos y revistas de los que se hizo colaborador: El Comercio, La Verdad, La Academia o La Ilustración Española y Americana. En el año 1879 salió a la luz el primer volumen de El Telescopio Moderno y al año siguiente el segundo. Estos dos libros tuvieron gran difusión y situaron a Augusto Arcimis como referente en la astronomía española superando a la anquilosada astronomía oficial.

En enero de 1880 se aprobó el Proyecto de Mejora del Puerto de Cádiz, las obras en un principio iban a ser sufragadas por la testamentaria de Diego Fernández Montañés. Este rico gaditano, fallecido en 1874, había dejado toda su millonaria herencia para la construcción de nuevas instalaciones que adecentaran y dieran más esplendor a la ciudad. Arcimis vio una oportunidad de negocio y contrató las obras iniciales del Puerto de Cádiz invirtiendo gran cantidad de dinero en la compra de maquinaria y material. A finales del año 1882 debido a las discrepancias entre el Ayuntamiento de Cádiz, la testamentaria Montañés, las empresas concesionarias y el Ministerio de Fomento, las obras del puerto fueron finalmente suspendidas y los Arcimis se vieron abocados a la ruina económica. Tras unos meses de dramática incertidumbre, el Ministerio de Fomento se hizo cargo de las obras y de los contratos pendientes, con lo que los Arcimis pudieron resarcirse de las pérdidas.

El varapalo empresarial del Puerto de Cádiz desestabilizó la vida de la familia Arcimis e hizo replantearse el futuro al cabeza de familia. Así, después de un periodo dubitativo Augusto aceptó la proposición de Giner de los Ríos para hacerse cargo de las cátedras de astronomía y física en la Institución Libre de Enseñanza en Madrid. Dejó su querida Cádiz y con su familia se instaló en la capitaly en el curso 1884/85 comenzó a dar clases en la ILE. Desempeñó esta tarea hasta que en 1888 se convocó a oposición la plaza de director del recién creado Instituto Central Meteorológico. Arcimis aprobó con el número uno las oposiciones y el 19 de marzo de 1888 tomó posesión como director del ICM.

A sus 44 años Augusto Arcimis se convirtió en el primer meteorólogo oficial en España y primer director de lo que hoy es la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y consiguió algo todavía más inaudito; ser el único director de este organismo que obtuvo esa plaza por oposición.

El singular director buscó la sede sede para instalar el ICM y la encontró en el no menos singular Castillo de El Retiro. Desde esta almenada atalaya y durante más de veinte años Augusto Arcimis, junto a su querido ayudante Nicolás Sama, luchó contracorriente frente a la ignorancia oficial, la burocracia, los intereses políticos y los poderes científicos establecidos consiguiendo arraigar, cimentar, sostener y desarrollar la meteorología institucional española llevándola por el rumbo del regeneracionismo científico.

Precursor de la modernización de sus métodos, puso en marcha la predicción meteorológica oficial española con la publicación diaria, a partir de 1 de marzo de 1893, del Boletín Meteorológico y consolidó el ICM en el Observatorio del Parque del Retiro en espera de que los vientos de la concienciación institucional propiciaran el empujón presupuestario que elevase al Instituto Central Meteorológico, y a la meteorología española, a un nivel similar al de los países europeos.

Constante y luchador siguió en la brecha hasta el día de su fallecimiento, un 18 de abril de 1910, sin poder ver que un par de años después aquellos ambicionados vientos de la regeneración meteorológica iban a soplar con fuerza sobre aquel modesto organismo meteorológico cuyo artífice principal fue un gaditano

llamado Augusto Teodoro Arcimis Werle.

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