El obispo de Cádiz, ante la muerte del Papa Francisco: "Mostró una valentía ejemplar al servicio de los necesitados"

Pendiente por confirmar si habrá una misa en memoria del Papa en la Catedral de Cádiz

Muere el papa Francisco a los 88 años

El Papa con el obispo Rafael Zornoza, en una imagen de 2014.
El Papa con el obispo Rafael Zornoza, en una imagen de 2014. / D.C.
R. C.

21 de abril 2025 - 11:17

La muerte del papa Francisco ha conmocionado este 21 de abril a la iglesia en todo el mundo. El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, ha llamado a la oración en memoria del Papa Francisco, tras conocerse el fallecimiento del Santo Padre en la mañana de este lunes.

Zornoza, en un comunicado público, destacó "la valentía ejemplar al servicio de los necesitados", como una de las características esenciales del papado de Francisco. "Pido a todos los fieles una oración por el eterno descanso del Papa Francisco, que muestren el afecto y administración. Ha sufrido una penosa enfermedad, uniéndose así a la Pasión de Cristo. Que San Francisco de Asís le reciba en el Cielo". La Diócesis de Cádiz tiene pendiente informar si se celebrará una misa en memoria del Papa en la Catedral de Cádiz.

Monseñor Zornoza presidirá este 21 de abril la misa del Lunes de Pascua en la Parroquia de San Antonio de Cádiz, a la 19.30 horas, que será ofrecida por el eterno descanso del Santo Padre Francisco. Pasada la semana de Pascua el obispo diocesano celebrará la Solemne Misa Funeral en la Catedral de Cádiz, con día y hora por determinar.

Tres días de luto en Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento este lunes del Papa Francisco, a los 88 años de edad, de conformidad con los días dispuestos por el Gobierno Central y autonómico. Además, las banderas ondearán a media asta en señal de duelo.

El alcalde de Cádiz, Bruno Garcia, ha destacado “la gran huella que ha dejado el Papa Francisco, defendiendo siempre la justicia social y a los más vulnerables”. Garcia ha lamentado la pérdida “de una gran persona, que demostró una gran bondad y humanidad en cada uno de sus actos y por eso siempre lo recordaremos”.

El primer Papa no europeo

El argentino Jorge Mario Bergoglio fue el primer Papa no europeo y el primer jesuita que resultó elegido el 13 de marzo de 2013, después de que durante las reuniones previas al cónclave convenciese a una mayoría de cardenales con un discurso de cambio y de descentralización de la Iglesia.

A los fieles, este cardenal argentino considerado dialogante y moderado -aunque se había opuesto con fuerza al kirchnerismo por la ley del aborto o el matrimonio homosexual-, amante del tango e hincha del equipo de fútbol San Lorenzo, se presentó con un sencillo "buenas tardes" y añadió: "Se ve que los cardenales han querido elegir al obispo de Roma en el fin del mundo".

A Francisco le tocó un pontificado anómalo tras la renuncia de Benedicto XVI, con dos papas que convivieron durante casi 10 años en el Vaticano, y, aunque según Bergoglio la relación fue muy buena, en algunos momentos sacó a relucir las dos alas de la Iglesia, la moderada y la más conservadora y reaccionaria.

El Pontífice de los pobres

El Papa que eligió el nombre de Francisco después de que el cardenal brasileño Hummes le dijese "acuérdate de los pobres", tras su elección en la Capilla Sixtina, destacó en su primer discurso la idea de una "Iglesia pobre para los pobres" y, desde entonces, todos sus esfuerzos se han centrado en reformar la Santa Sede, quitar privilegios a los cardenales y hacer más transparentes las finanzas descontroladas, lo que le ha creado más de un enemigo dentro de la Iglesia.

Su gran cambio fue la nueva Constitución Praedicate Evangelium (Predicad el Evangelio), que modificó la administración del Vaticano con nuevos ministerios como el de Evangelización o el de Economía, el cual asumió todo el control de los fondos para evitar ilegalidades.

El gran problema que tuvo que asumir fueron los abusos sexuales por parte de sacerdotes. Tuvo claro que uno de sus objetivos era la lucha contra la pederastia en el seno de la Iglesia y la escucha a las víctimas y dio una serie de reglas para que en las diócesis del mundo se pudiera acabar con esta lacra. Aunque algunos recientes casos han dejado claro que aún la Iglesia tiene mucho que hacer.

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