A la reconquista de Marruecos
Marítimas
El puerto de Cádiz salta el Estrecho en busca de carga y negocio
Casablanca, Kenitra o Agadir se convierten en la novia perfecta para las aspiraciones gaditanas
Cádiz/Si es cierta la máxima de que el que la sigue la consigue, el puerto de la Bahía de Cádiz no debería tardar en recuperar los tráficos con el vecino Reino de Marruecos. Una suculenta representación empresarial del entorno del Muelle de Cádiz, de la mano de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz y de la Junta de Andalucía a través de Extenda viajaron estos días hasta distintos puntos de Marruecos en misión comercial para poner allí sobre la mesa el minuto y resultado del puerto de Cádiz, sus infraestructuras y, en general, sus fortalezas y posibilidades.
El Gobierno de Marruecos contempla para los próximos cinco años un programa global de inversiones por 6.000 millones de dírhams, unos 563 millones de euros, de los cuales más de la mitad se ejecuta en 2017, para la modernización de sus puertos.
Entre las obras que contempla este plan se incluyen la construcción de una terminal multipropósito en Agadir o la mejora de las conexiones marítimas del acceso norte al puerto de Casablanca. Otros puertos marroquíes que se verían de manera inmediata beneficiados por el proyecto marroquí sería un nuevo astillero en Casablanca. Así, el Gobierno alauí quiere acelerar la aplicación de la estrategia del puerto 2030, con la construcción de nuevos terminales en localidades como Kenitra. Todo esto se une al empuje que Maersk propinará al proyecto de la todopoderosa Tánger Med.
Estos planes incluyen unas previsiones para este 2017 de tráficos, sin contar con Tánger Med de alrededor de los 79 millones de toneladas, un 3,8% más respecto de 2016, y una facturación por encima de los 150 millones de euros.
Todo esto convierte a los puertos marroquíes en el perfecto novio para cualquier puerto que se precie y que necesite, como el de Cádiz, el empuje definitivo para asentar su proyecto de futuro.
Así, más de una veintena de empresas de la provincia de Cádiz se sumaron estos días a la misión comercial a Marruecos en la que participó la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC). La agenda incluía una reunión de la delegación gaditana con la Dirección General de la Agencia Nacional de Puertos de Marruecos así como la celebración de unas jornadas técnicas que tuvo lugar en la sede de la Cámara de Comercio Española de Casablanca. Esa misma jornada incluyó una visita al puerto de Mohammedia, donde el Gobierno marroquí contempla la construcción de una estación de gas licuado de petrolero (GLP).
La expedición comercial se desplazó también hasta el puerto de Kenitra, ubicado a 150 kilómetros al norte de Casablanca, donde se contempla la construcción un nuevo puerto, con una capacidad inicial de 8.000 toneladas y un presupuesto de más de 450 millones de euros. Esta ciudad acogerá también la nueva fábrica de coches del grupo Peugeot Citroën, que abrirá en 2019, con una producción inicial estimada de unos 90.000 vehículos al año.
Empresas como Carlos Rosell, Concasa, Europea de Expediciones, GyJ Macpherson, Sertrain, Bayport, Transmaroc Andalucía y Aeroserv Puerto Real cruzaron el Estrecho con la clara intención de arañar cualquier tipo de tráfico, ya sea en forma de ro-ro, pesca, contenedores, graneles, cruceros o incluso reparación naval o industria off-shore. Si esto se consiguiera, se lograría recuperar unos lazos comerciales rotos hace cuatro años, cuando Cádiz se despedía definitivamente de los rústicos atraques del Fes y del Mekness, los dos últimos buques embajadores que traficaban con Casablanca.
Para ello, la APBC y empresarios gaditanos se llevaron bajo el brazo un carpetón con las fortalezas del puerto de la Bahía de Cádiz, basadas, sobre todo en sus infraestructuras y servicios.
Y como carta de presentación, la situación geográfica de Cádiz, en el epicentro de las principales rutas marítimas mundiales, muy cerca del Estrecho de Gibraltar, uno de los puntos más transitados del planeta, que anualmente ve pasar a más de 110.000 buques. A su vez, las cifras sirvieron para intentar convencer a los operadores marroquíes de las posibilidades del puerto gaditano, que se ofrece al mundo como una opción fiable al saturado puerto de Algeciras.
Kate Bonner vendió las cinco dársenas gaditanas abiertas al tráfico y sus 4,2 millones de metros cuadrados de dominio público, donde desarrollan sus actividades un directorio formado por un total de 264 empresas. Y más cifras: Sus 3,6 millones de toneladas de tráfico total o las 300 escalas de cruceros, con más de 575.000 personas a bordo. Y más para abrirle el apetito a los potenciales clientes del puerto gaditano: Los 26 millones de euros de inversiones propias o los 4,5 millones de euros de inversión privada en 2016, o el título ganado a pulso por el puerto de la Bahía de Cádiz como primer puerto andaluz en pesca fresca, con sus 17.332 toneladas tocadas el año pasado.
Los miembros de la expedición regresaron con la miel en los labios pero con la idea clara de que la reconquista de Marruecos no se producirá a corto plazo sino que habrá que esperar, al menos, hasta 2019 para, a la vista del desarrollo industrial de zonas como Kenitra, saber si es recuperable esta alianza con el país vecino con Cádiz como nueva puerta de entrada a Marruecos. Mientras tanto, la tarea de Cádiz será asentar sus infraestructuras para demostrar que las aspiraciones de Cádiz son reales y que lo allí vendido no es un ningún espejismo.
Con la mirada puesta en Kenitra
Marruecos cuenta con 3.700 kilómetros de costa y más de treinta puertos y con 6.000 millones de dirhams para el impuso de su desarrollo portuario. En todo ese plan de futuro, Kenitra se convierte en uno de los oasis industriales en los que más vale poner el punto de mira. Allí aún no hay puerto aunque sí un ambicioso proyecto de la futura Zona Industrial Atlantic Free Zone, que acogerá la futura planta del grupo Peugeot Citroën y otros subcontratistas del sector de la automoción. Los alrededores de Kenitra, conocida hasta ahora como paraíso turístico, cuenta ya con varias fábricas instaladas de más de diez países para la fabricación de piezas y materiales para la construcción automovilística. Toda esa producción llega a Europa a través de Marsella desde el puerto de Tánger Med, por lo que Cádiz puede aspirar a convertirse en su nueva puerta de entrada al viejo continente.
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