Un recorrido tortuoso por 22 años de obras en la avenida transversal de Cádiz
La construcción de esta vía se ha topado con problemas administrativos, financieros y la existencia de muchas viejas construcciones a lo largo de su trayecto
La marcha del cuartel de la Avenida
Entre 1994-1995 comenzó el proceso de derribo de los cuarteles de la Avenida, que habían sido adquiridos por el Ayuntamiento tras un convenio firmado con Defensa, que benefició especialmente al Ministerio. Se abría ahora el plan de urbanización de estos terrenos.
La primera fase de la nueva avenida
En un primer momento se llegó a plantear construir una avenida subterránea.avenida subterránea Después se organizó un concurso de ideas para reordenar todo el suelo, al que solo se presentó una propuesta. Finalmente, el Ayuntamiento pintó un proyecto en el que incluía un gran espacio abierto partido en dos por una avenida que, en el futuro, tendría que conectar con el puente de la Constitución de 1812. Este tramo fue el más rápido en su ejecución, pues el Ayuntamiento no dependía de propiedades ajenas.
El primer conflicto
Continuar la nueva avenida más allá de Varela implicaba el derribo de los viejos bloques de vivienda vecinos con la calle García de Sola. Para ejecutarlo era necesario realojar a los vecinos, lo cual se tardó en conseguir. Hoy varias de estas familias siguen esperando su retorno a su barrio, pues quedan por levantar dos edificios municipales donde irán las viviendas que en su día le Ayuntamiento se comprometió a darles.
Junto a este "muro", el gobierno municipal de la época se topó con un problema más complicado.
El traslado del colegio Carola Ribed
El viejo colegio Carola Ribed, construido en los años cincuenta con un edificio y un patio extremadamente pequeños, también se levantaba en mitad del camino de la transversal. Había que tirar el centro escolar y buscarle un acomodo que fuera sustancialmente más digno del que ya tenía.
El gobierno de Teófila Martínez ofreció a la Junta la cesión de suelo en Varela, reduciendo espacio a la zona verde prevista. A pesar de este apoyo municipal, la Delegación Provincial de Educación, entonces comandada por Pilar Sánchez que años más tarde sería elegida alcaldesa de Jerez, no paró de poner piedras por el camino para evitar el desarrollo de este proyecto.
La llegada a este organismo de un delegado con una visión más clara de las necesidades escolares de la ciudad, Manuel Brenes, reactivó el plan. Se construyó el nuevo colegio y se pudo derribar el viejo edificio.
La conexión con la Avenida de Juan Carlos I
La urbanización de este tramo permitió ampliar la nueva arteria hasta la avenida Juan Carlos I (la actual Sanidad Pública), que ya llevaba unos años en funcionamiento. De esta forma, por primera vez se lograba la conexión viaria directa entre la Avenida y la zona del soterramiento, recortando tiempo de viaje, tanto peatonal como en vehículo, entre la barriada de La Paz y la nueva de Astilleros con el Paseo Marítimo.
La Guardia Civil
En el camino hacia el puente de la Constitución, que no estaría listo hasta 2015, había que ejecutar otra operación urbanística: buscar acomodo a la casa cuartel de la Guardia Civil. Así, la nueva sede de la Benemérita se habilitó en las antiguas oficinas de la factoría de Astilleros, a la vez que junto a ella se levantaron bloques de pisos para las viviendas de los agentes y sus familias.
Una operación muy costosa para Procasa
La empresa municipal de la vivienda, Procasa, se haría cargo de la urbanización de los terrenos de la Guardia Civil. El coste de la operación, por encima de los 20 millones de euros para la construcción de dos bloques de pisos atravesados por otro tramo de la transversal, lastró, y sigue lastrando, la capacidad inversora de la empresa municipal Procasa.
La, también, complicada operación en Cooperativa
La situación financiera de la empresa municipal de la vivienda, que le imposibilitaba pedir préstamos bancarios, afectó de lleno el desarrollo de la última fase de la nueva avenida, que además era la que menos superficie tenía.
Por lo pronto, había que desalojar a los vecinos de los bloques de la calle Cooperativa que tenían que ser derribados para dar paso a la carretera. Y buscarles acomodo. También a un pequeño chalé vecino. Se consumieron meses en cerrar las negociaciones, que llevaron a buena parte de este vecindario a las nuevas viviendas de la Guardia Civil.
Solventado este capítulo, se afrontó el derribo de estas edificaciones. Y, después, la búsqueda de financiación pues Procasa tenía la encomienda de gestión de este tramo de la nueva Avenida.
La venta de una parcela que había quedado del derribo de los edificios de Cooperativa, permitió ingresar fondos suficientes para afrontar la conclusión de la avenida de la Constitución de 1812. Esta vía conectará con la avenida de Huelva, que hace ya años se reurbanizó íntegramente. Y de ahí al puente de la Constitución de 1812.
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