Refinada y armoniosa: así es la espectacular casa en Tánger de un reconocido interiorista americano

Para los colores y decoración de los espacios, el propietario se ha inspirado en la luz y en la artesanía del lugar y en la proximidad con Andalucía

Imágenes de la vivienda en Tánger del interiorista americano Frank de Biasi

Una colección de cuadros de flores frescas impresas de Stuart Thornton junto con una librería Jorge II preside parte del hall de entrada.
Una colección de cuadros de flores frescas impresas de Stuart Thornton junto con una librería Jorge II preside parte del hall de entrada. / Ignacio Casas de Ciria/Javier Reina

Nos trasladamos de Tarifa a Tánger en el ferry para visitar la casa del interiorista americano Frank de Biasi y mostrar todas las estancias de su espectacular vivienda.

De Biasi, nacido en Virginia, vivió parte de su vida entre Nueva York y París y en el año 2007 adquirió un casa abandonada en el centro de Tánger. Ya en 2018 compró las dos contigua creando este espacio singular que mostramos y donde reside actualmente. Allí, junto con Gene Meyer, reside habitualmente desarrollando su profesión de interiorista y con la tienda de decoración Habibi Burton.

La casa tiene una superficie de 450 metros cuadrados dividida en un gran hall, dos salones, tres dormitorios con sus baños, vestidor, comedor, cocina y terrazas. En su mayoría las diferentes estancias de la casa hacen un guiño a Andalucía con la gran variedad de suelos hidráulicos.

La entrada de la casa conduce a un gran hall donde también se ubica la biblioteca. Esta estancia está protagonizada por una colección de cuadros de flores secas impresas realizada por Stuart Thorton. Una mesa inglesa de la época Jorge II ocupa la parte central junto con un grupo de sillones tapizados en tonos beige y flores. Otro de los espacios del hall lo preside una biblioteca con libros en su mayoría de decoración. En sus paredes cuelgan varios retratos pintados por Gene Meyer junto con grabados. Una escalera con el suelo hidráulico y con una gran colección de platos moriscos, en sus paredes, conduce a la primera planta.

Un antiguo techo de madera moruno ornamenta una de las paredes del dormitorio principal.
Un antiguo techo de madera moruno ornamenta una de las paredes del dormitorio principal. / Ignacio Casas de Ciria/Javier Reina

En esta se ubica el ala para invitados con dos dormitorios separados por un pequeño hall que lo decora una pareja de acuarelas de Babe Paley que cuelga en sus paredes. Uno de los dormitorios lo ocupa una cama con un baldaquino con columnas salomónicas. Un pequeño espacio se dedica a zona de estar con un conjunto de muebles de mimbre tapizados en tonos beige todo ello sobre una alfombra marroquí. Dos relevantes muebles portugueses decora la estancia descrita. El cuarto de baño que acompaña al dormitorio tiene una arquitectura central oval y lo preside una gran bañera de cobre que descansa sobre un original suelo de cerámica siciliana. Para revestir la pared de esta bañera se utiliza el mosaico Zellige realizado a base de trozos de azulejos.

Todos los elementos arquitectónicos, decorativos y colores proceden de Marruecos.

En el baño se utiliza el color verde pistacho para la carpintería que combina con el suelo siciliano.
En el baño se utiliza el color verde pistacho para la carpintería que combina con el suelo siciliano. / Ignacio Casas de Ciria/Javier Reina

La otra estancia de invitados utiliza en sus paredes los tonos pistacho y albaricoque. Para la cama se utiliza un cabecero de madera y enea y la cubre con una tela confeccionada por artesanos de Tánger. Uno de los espacios de esta habitación la ocupa un mueble de caoba ingles de la época de Jorge II y en sus paredes cuelgan parte de la colección de flores frescas impresas. El cuarto de baño utiliza el color rosa para la pared que lo combina con el color pistacho de su carpintería y el suelo siciliano. Una lámpara de cerámica verde realizada en la zona que cuelga del techo y una pareja de apliques moruno de metal se utiliza para su iluminación.

En la segunda planta se encuentra el salón principal que lo ocupa en gran parte un conjunto de sillones de mimbres y otro conjunto de sillones tapizados en flores .

Alacenas con puertas pintadas del siglo XVIII de Fez decoran las paredes del comedor.
Alacenas con puertas pintadas del siglo XVIII de Fez decoran las paredes del comedor. / Ignacio Casas de Ciria/Javier Reina

En el otro ala de la casa, a través de unos bonitos suelos hidráulicos de diferentes colores y ventanales de carpintería industrial, de los cuales se recibe la luz exterior, se llega al comedor. La parte central la ocupa una gran mesa de caoba para 18 comensales de finales del mediados del siglo XIX junto con un conjunto de sillas del mismo periodo. Entre sus muebles destaca una librería Jorge II con fondo rojo en el que custodia una colección de cristales, cerámicas, cajas y objetos de cobre. Cuatro alacena de Fez con puertas pintadas del siglo XVIII decora parte del espacio. Todo ello se apoya sobre un suelo hidráulico azul y rojo.

Los rincones y espacio de la casa son reflejo del lugar en el que se ubica.

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