Los reyes y Cádiz, una estrecha relación de más de un siglo más allá del Elcano
Alfonso XIII, Juan Carlos I y Felipe VI han demostrado la estrecha conexión de la Casa Real con la ciudad de Cádiz, estando presentes en sus grandes eventos
El hoy monarca emérito jugó un papel esencial en el apoyo a la capital con motivo de la Colón 92
Cuando la ciudad se quedó sola: de la Colón 92 al Bicentenario de la Constitución
EL buque escuela Juan Sebastián de Elcano es uno de los nexos de unión que tiene la Familia Real con la ciudad de Cádiz, donde se construyó el barco hace casi un siglo y desde donde partieron, como guardiamarinas, los reyes Juan Carlos I y Felipe VI, y, ahora, la princesa Leonor, que en su día reinará en España.
El mismo barco permitió la foto de Don Juan junto a su hijo y su nieto, entonces guardiamarina, mientras que Alfonso XIII también pisó la cubierta del navío con motivo de su estreno como buque escuela de la Armada.
Pero los lazos de la Casa Real con Cádiz van mucho más allá de su relación con Elcano.
Viajemos más de un siglo en el tiempo. Alfonso XIII era un visitante asiduo a la ciudad, especialmente por su cercanía a Sevilla. Visitante y a la vez conocedor de los problemas de la capital, fundamentalmente en cuestiones de empleo.
Su papel fue esencial a la hora de que el Gobierno aprobase la creación de la Zona Franca de Cádiz, e igualmente ayudó a la apuesta por la construcción del Gran Hotel Atlántico, que pronto se integraría en la nueva cadena de Paradores del Estado.
Pero el monarca jugará otro papel esencial en nuestra historia. En plena fiebre de derribo de las fortificaciones, iniciada en 1906, Alfonso XIII prohibió expresamente que se tocase el torreón del frente de la Puerta de Tierra. Consideraba, con lógica, que era un claro exponente de la arquitectura militar de la ciudad y, como tal, debía mantenerse en pie. Si no hubiera sido por el Rey, hoy Cádiz ni tendría este torreón ni tampoco el resto de las fortificaciones que lo acompañan.
Los ayuntamientos de la época siempre supieron que tenían un contacto especial con el Palacio Real a la hora de pedir ayuda para la ciudad.
Su nieto, Juan Carlos I, pisó el Elcano como guardiamarina. Y muchas veces más pisó el suelo de la ciudad, primero recién proclamado Rey, en su recorrido por media España.
Dejando a un lado su presencia en regatas celebradas en El Puerto de Santa María o en actos militares en San Fernando, Juan Carlos I fue el único apoyo que la ciudad de Cádiz recibió a la hora de celebrar la Gran Regata Colón´92.
Abandonado el Ayuntamiento de Carlos Díaz a su suerte por la Diputación, la Junta y el Estado, que no quisieron saber nada de la organización de este evento, el monarca no dudó en acudir a Cádiz y estar presente en numerosos actos celebrados en el puerto de la capital. Él estuvo aquí, defendiendo los intereses de la ciudad.
Como también hizo suya la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, donde también faltó un apoyo más decidido de las restantes administraciones, que dejaron también solo al Ayuntamiento, en este con Teófila Martínez como alcaldesa.
Don Juan Carlos, y en varios ocasiones también la Reina Sofía, acudieron a muchos de los eventos organizados en estos meses. Y, sobre todo, fue patente su presencia, a pesar de sus problemas de salud, durante la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, también desarrollada el Cádiz. Aquí estuvo de anfitrión, del Estado y de la misma ciudad.
El Rey y la gente
Felipe VI siempre ha estado pendiente a los eventos militares celebrados fundamentalmente en San Fernando, pero su primera visita a Cádiz, ya como Rey, fue al acto de celebración del 150 aniversario de Diario de Cádiz, donde departió con los cientos de invitados y se fotografió con la mayoría de ellos.
Aunque para fotografía, la que captó Lourdes de Vicente antes del concierto inaugural del Congreso Internacional de la Lengua Española en el Teatro Falla.
Don Felipe y doña Letizia mantuvieron a lo largo de este evento una intensa agenda en clave gaditana. Pero en ese momento, en la plaza Fragela, todo se desbordó cuando el Rey rompió el cordón de seguridad y se metió de lleno en un grupo que estaba haciendo una exhibición musical con cajones. Él se sentó en uno y empezó a tocar, con destreza y con buen ritmo.
La foto no solo fue portada, sino también Premio de Fotografía de la Junta de Andalucía. Un claro ejemplo del acercamiento de los monarcas a los ciudadanos, siguiendo una norma no escrita ya establecida por su padre.
La Princesa Leonor se une ahora a este lazo invisible, pero muy palpable, de la Familia Real con la ciudad de Cádiz. Ha dado el primer paso en su puesto de guardiamarina del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, nuestro mejor embajador en todo el mundo.
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