La otra ruta Quiñones

El escritor debe moverse, contrastar las suyas con otras tierras y adquirir una experiencia exterior acorde con el esquema general que nos convierte en seres humanos más amplios de mente”. Escriba o no, querido lector, atienda a las palabras de Fernando Quiñones. Nosotros las hemos tenido bien en cuenta y le presentamos sus ‘rutas quiñones’. La gaditana, que cumple su VI edición, y una más aventurera, la ruta que hila sus viajes. mí me gusta la palabra gadita. Gadita como gadita era Fernando Quiñones. Como Fernando Quiñones entendía el gaditanismo. Gadita lejos del hermetismo y el enrocamiento de una ciudad que, como dice Salvador Catalán, ha pasado de ser una esponja a una piedra pómez. Gadita con la más bella cualidad del gaditanismo por bandera, “la porosidad y comunicatividad con otras culturas, ya que Cádiz está caracterizado en la Historia por su capacidad de aglutinar culturas muy distintas”. Palabra de Fernando. Porque Fernando Quiñones, el gadita más gadita nacido en Cádiz o en Chiclana, nunca renunció a comerse y beberse el mundo, a cantar las bondades de muchos de los rincones del globo, a mezclarse, a camuflarse en ciudades grandes y chicas, en unos y otros idiomas, sin menoscabo alguno de su manera, gaditana, de ser y de sentir. Por eso para este fin de semana quiñonesco, con la VI edición de la Ruta que organiza la Asociación de Amigos Fernando Quiñones, proponemos recordar y, por qué no, dejarse tentar por otras ciudades, por otros países, que también marcaron su vida. La otra Ruta Quiñones.

Ayudados por los propios fondos de la Fundación que lleva su nombre, por el archivo RODIN de la Universidad de Cádiz (valioso el estudio de Rosario Moya) y por los relatos que el propio literato contaba a los que lo conocieron –entre las cuatro paredes del Diario de Cádiz de la calle Ceballos están emparedadas muchas de ellas– trazamos una senda que, cómo no, puede empezar en Madrid, la ciudad en la que vivió a medias con Cádiz y donde explotó como autor.

De Madrid, muchos lugares están ligados a Quiñones. Estación de Atocha, diez de la noche, Caballero Bonald y Carlos Edmundo de Ory lo esperan en el que será su primer día en la capital. “Quiero ver el Café Gijón enseguida. Vámonos para allá”. No eran las once, y con el equipaje de Fernando incluido, los tres amigos se plantaron en el santuario de las letras.

Madrid es el Madrid de su casa de María Auxiliadora, 1 –la que maravilló a Caballero Bonald que tras visitarlo a su vuelta de Colombia en 1963 decidió comprar el último piso en venta del edificio– y el Madrid del chalet de Cercedilla, Villa Nines, se llamaba, donde nacieron muchas de las ediciones de Alcances y “la primera Casa de América que hubo en el mundo, y si no la primera, la más cálida y fraternal”, como la bautizaría el poeta nicaragüense Luis Rocha, debido a la cantidad de autores del continente hermano que hicieron parada y fonda en aquel hogar de la sierra de Guadarrama. Madrid es el Madrid del tapeo en Farra, El Quinto Toro y Las Palmas. Y de la redacción de la revista Selecciones (Reader´s Digest), la catapulta que le permitió emprender muchos de sus amados viajes por España y el extranjero y la que fue su sustento en la capital del país hasta que en 1968 la abandonó para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Una salida del confort al riesgo por la puerta grande. Vestido de torero, indumentaria que le prestó su paisano y amigo Luis Balaguer que estaba en Madrid dirigiendo la ópera Carmen.

Pero Fernando Quiñones es también Venecia desde el momento en que cruzó su mirada con “una burguesita veneciana”, como se autodenomina con gracia la ya gaditana Nadia Consolani. Y cuando tengan el gusto de pasear por una de las ciudades más bellas del mundo, no se olviden de pararse frente al Puente de Guglie (Puente de las Agujas) e imaginar al autor de La Canción del Pirata esperando a que la bella Nadia saliera del colegio para cantarle unas letrillas flamencas que ella no entendía muy bien del todo.

Y sin salir de Italia, sigan esta otra ruta Quiñones que les llevará a Milán, ciudad donde contrajo matrimonio con Nadia ya que a su padre, el ingeniero Aldo Consolani, le habían encargado hacer un oleoducto y se habían trasladado a la ciudad.

Recorran los territorios de la que fue Yugoslavia y vayan, también, a Yemen. O lean sus correspondientes Crónicas. Amen Marruecos, como lo amó Fernando, de Agadir a Asilah, de Tánger a Marrakech– “no poder ir a Marruecos es como si no te dejaran entrar en una habitación de tu casa”–. Viajen a Francia. Adoraba hablar francés. Y crucen el charco, por favor, si quieren empapaparse de lo que se empapó Quiñones, que viajó a Nicaragua, su querida Nicaragua, en muchas ocasiones, la primera, para el centenario de Rubén Darío. Vayan, y vuelvan, y vayan, a Cuba y a Buenos Aires (Argentina)

Pero si no quieren salir de la Piel de Toro tienen muchas otras posibilidades de trazar su propia otra ruta Quiñones. No dejen de visitar Barcelona, donde conoció a Carlos Barral y donde su Canción del pirata se coronó como Finalista del Premio Planeta, ni Bilbao, donde trabó amistad con Blas de Otero, ni San Sebastián donde entabló amistad con Gabriel Celaya.

Y visiten los mercados. Los mercados de todo el mundo. Verdadero corazón de las ciudades. Penetren en su latido y acompasen el paso a su ritmo. Lograrán vivir las ciudades como Fernando las vivió. Seis años siguiéndole los pasos

Por sexto año consecutivo, la Ruta Quiñones echa a andar en Cádiz tras los pasos del escritor gaditano. La iniciativa cultural, que persigue mantener viva la memoria y la obra del literato, está organizada por la Asociación de Amigos Fernando Quiñones con la escritora Blanca Flores a la cabeza.

10:15 Horas l Plaza Mina Se inaugura la VI edición de la Ruta Quiñones con un recibimiento especial de Los Pimpis de Cádiz que los últimos años no han faltado a la cita. En la misma plaza, en la librería Manuel de Falla, su regente, Juan Manuel Fernández, sorteará un folio original manuscrito de La canción del pirata, que Juan Manuel ha donado pese a su coste sentimental como contribución especial a esta quiñonesca actividad, tal y como se anunció en la presentación de la Ruta. En esta parada también se podrá disfrutar de las lecturas de José Luis Rubio Zarzuela, de Azahar e Indocencias y de la música de Paco Luque.

10:30 Horas l Calle Ancha. Los Italianos Aprovechando la reciente apertura de temporada de la veterana heladería gaditana, la comitiva hará una primera parada de avituallamiento. Fernando Quiñones también lo haría.

10:45 Horas l Calle Ancha. Rectorado. El director del área de Biblioteca y Archivo de la UCA, Ricardo Chamorro, recibirá a los participantes. Tras la bienvenida, tendrá lugar el Momento Alcances con una mesa donde participarán Paqui Ayllón, de Personas Lectoras, Los Puppets y Elena Quirós, autora del libro En el curso del tiempo. 30 años de Alcances.Presenta Tamara García

11:45 Horas l Calle Sopranis Tras recorrer el tramo de Ancha, Novena, Palillero, Candelaria y San Juan de Dios, se llegará a Sopranis, a la sede de la Cátedra de Flamencología donde su presidente, Antonio Barberán hablará de la relación de Quiñones con el flamenco. Este momento será ilustrado al cante por Carmen de la Jara y con la participacion de Désirée Ortega.

12:45 Horas l Calle Silencio En el café teatro Pay Pay recibirá a los participantes su regente, Paloma García. Además tendrán lugar la lectura a cargo de Belén Peralta, una décima realizada por Fernando Lobo y la actuación de Fernando Polavieja.

13:45 Horas l Duque de Nájera en el inicio del paseo Antonio Burgos Tras recorrer Pópulo, Arco de la Rosa, San Juan, plaza de Abastos, plaza de la Cruz Verde, María Arteaga y Rosa, la comitiva llegará a los dominios de La Caleta para hacer, primero una parada en Quilla, donde cuelga la exposición fotográfica dedicada a Fernando Quiñones, comisariada por Julio Malo de Molina. Laura Cubero realizará un pregón e Inma Márquez cantará un tanguillo original de Mila Román que la acompañará a la guitarra.

14:30 Horas l Paseo Fernando Quiñones. Frente a la efigie del escritor gaditano se realizará la tradicional ofrenda y se leerá un manifiesto. Intervendrá su hijo y director de la Fundación Quiñones. Mauro Quiñones Consolani. Después se servirá un arroz en la peña Juanito Villar y se celebrará una tarde de convivencia con diferentes actuaciones y lecturas.