"Donde me he sentido más realizado ha sido en las misiones internacionales"
El nuevo párroco de la castrense y capellán de la Guardia Civil llega a Cádiz dispuesto "a servir a todos" tras pasar por varios destinos, entre ellos Bosnia, Kosovo y Afganistán · También quiere rehabilitar la iglesia
Tiene 38 años, edad joven para un sacerdote. Y ya ha conocido múltiples destinos con diferentes responsabilidades y en distintos lugares de la geografía española, además de participar en varias misiones internacionales. Con este bagaje a sus espaldas, César Sarmiento González toma posesión mañana como párroco de la iglesia castrense del Santo Ángel Castrense. Y también se hace cargo de la capellanía de la Guardia Civil de Cádiz y de las unidades de Cría Caballar de Jerez.
-¿De dónde le viene la vocación castrense?
-A través de un capellán. Lo conocí, me habló de la actividad que realizaba en los cuarteles, y me dije: este puede ser el camino. Entonces yo estaba en la Universidad de Navarra estudiando Filosofía Eclesiástica, pero ya conocía al capellá de Canarias.
-¿Y qué hace un sacerdote entre militares?
-Evidentemente, ejerce una atención espiritual a los miembros católicos de las Fuerzas Armadas. La pastoral es muy distinta a la de una parroquia; es más personal. Para que te hagas una idea: en la parroquia organizas actividades, das vida a una cofradía, la gente viene a la iglesia,... Pero en un cuartel es muy distinto, hay horarios, el trato es más personal,... El capellán muchas veces es el referente humano en un cuartel. Y también es una labor muy misionera. Hay muchos soldados que llegan a las unidades sin haber oído hablar de Dios, sin haber conocido nunca a un sacerdote, sin saber lo que hace un sacerdote,... Hay que evangelizar desde el primer momento.
-Ha estado usted de misión en Bosnia, Kosovo y Afganistán, ¿cómo fueron esas experiencias?
-Cada una ha sido distinta, porque la situación del país era distinta, eso es evidente. Pero en estos trece años que llevo en las Fuerzas Armadas sí he de destacar que los momentos sacerdotales en los que más me he sentido realizado ha sido en las misiones internacionales.
-¿Por?
-La convivencia allí es muy estrecha. Son 24 horas al día los siete días de la semana. Y eso da para conocerse, para hablar, para ayudar, para acompañar en momentos difíciles,... Allí eres un plus de humanidad, porque todos están lejos de sus casas y de sus ambientes habituales. El capellán hace una gran labor no sólo apostólica, sino también humana. En esas misiones, hay momentos de mucha tensión. Por la lejanía de sus casas y sus familias, por la propia misión que tienen encomendada... Y entonces se desahogan con el sacerdote.
Pero también hay momentos muy felices. Y sacerdotalmente hablando, cuando ves que la asistencia a misa sube, o cuando hay soldados que piden ser bautizados; todas estas cosas te llenan.
-¿Temió en algún momento por su vida en estas misiones?
-La seguridad es muy importante y en todo momento estaba garantizada. Tuve la suerte de no tener ese tipo de problemas.
-¿Repetiría entonces en alguna otra misión internacional?
-Sí. Sí.
-¿Y cómo es que recala usted en Cádiz?
-Recalo en Cádiz porque se producen una serie de hechos. Don Pablo cumple la edad y hay que cubrir esa vacante; en Tenerife ya había cumplido la misión a la que había sido enviado; iba a haber una reestructuración del servicio religioso en Canarias,... Por todo eso pido venir a Cádiz. Es decir, que no hay ninguna razón romántica. Aunque debo decir que al ver la vacante y buscar información sobre la parroquia me apasionó. Hay que tener en cuenta que es la primera parroquia castrense de España, y que fue erigida por un Papa, Clemente XIII, a petición de un rey, Carlos III, el 19 de octubre de 1764. Por tanto, esta iglesia tiene una importancia grande dentro del arzobispado castrense. Eso por no hablar de las implicaciones que tiene respecto a 1812, que daría para mucho...
-¿Cuál va a ser su misión a partir de mañana?
-Mi destino es capellán de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, párroco de la castrense y capellán de las unidades de Cría Caballar en Jerez. Los objetivos son claros: llevar el mensaje del Evangelio a todos y que todos puedan ver que he venido a servirles, que estoy a su entera disposición. Por tanto, lo primero será la atención a las personas en todos los sitios que tengo encomendados. Y después, acometer una serie de obras de rehabilitación, reforma y restauración de la iglesia, que está muy afectada.
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