La sequía en Cádiz: Fin al baldeo de calles con agua potable

El alcalde decreta la prohibición del uso de agua potable para "riego o baldeo de viales, calles, sendas y aceras", como venía reclamando la oposición

El alcalde otorga facultades a Aguas de Cádiz para suspender los suministros que incumplan las nuevas normas y a la Policía Local para vigilancia y control

Un operario baldeando las calles, en una imagen de archivo.
Un operario baldeando las calles, en una imagen de archivo. / Ayuntamiento San Fernando

Se acabó el baldeo con agua potable en las calles de Cádiz. El Ayuntamiento ha dado un nuevo paso para lidiar con la sequía, publicando el alcalde, Bruno García, otro decreto que mantiene medidas aplicadas desde hace semanas e incorpora nuevas restricciones para lograr ese objetivo de reducir el 20% del consumo de agua en Cádiz respecto a las cifras de los últimos cinco años.

El decreto que este jueves ha hecho público el Ayuntamiento y que está firmado con fecha 2 de febrero recoge una decena de prohibiciones expresas del uso de agua potable, a los que suma otras cinco medidas que se mantendrán "durante la vigencia del período de excepcional sequía".

De todas ellas, la más destacada es la prohibición del uso de agua potable para el "riego o baldeo de viales, calles, sendas y aceras, de carácter público o privado"; medida a la que se une la prohibición de "riego de jardines, praderas, árboles, zonas verdes y deportivas, de carácter público o privado".

Esto último podría tener consecuencias directas en instalaciones como el estadio Nuevo Mirandilla, cuyo césped podría dejar de regarse salvo que el Cádiz Club de Fútbol utilice agua no potable.

El baldeo podrá seguir practicándose siempre que se utilice "el agua de los pozos de agua no potable con los que cuenta la ciudad, así como los depósitos de reutilización de las piscinas municipales". A lo que Bruno García une en su decreto el estudio de la viabilidad de poner en funcionamiento nuevos pozos en la ciudad.

El resto de prohibiciones

En el decálogo de prohibiciones publicado este 8 de febrero está también incluido el llenado de piscinas, estanques o fuentes que no tengan "un sistema de recuperación o circuito cerrado"; haciendo especial mención a la prohibición "de utilizar agua potable en piscinas desmontables o hinchables".

Dejarán de estar en uso las fuentes para consumo humano que carezcan de "elementos automáticos de cierre"; y los que tengan este dispositivo sólo podrán usarse para beber, no "para fines recreativos y cualquier otro uso". De igual forma, se prohíbe el lavado de manguera de vehículos, ya sea en instalaciones públicas o privadas, a excepción de las instalaciones destinadas expresamente a esta actividad. Y en este bloque de medidas, también se "reitera" la prohibición ya vigente de "disponer de bocas de riego y manipular la red de distribución general sin autorización, salvo en los casos de incendio" y de "enlazar redes de agua de abastecimiento público con las procedentes de pozo".

El alcalde ha facultado a la empresa municipal Aguas de Cádiz a suspender el suministro de agua de aquellos contratos que incumplan con las prohibiciones fijadas en este decreto, a lo que se suma la misión encomendada a la Policía Local para realizar tareas de vigilancia y control del cumplimiento de estas nuevas normas que se da la ciudad para combatir la sequía.

Se mantiene la presión del agua

En el bloque de medidas que se mantendrán hasta que dure la sequía, el alcalde ha dictaminado que la presión del agua se mantenga en los niveles que se fijaron el 18 de diciembre. Es decir, 3,5 kilos en horario diurno y 2,8 por las noches. Además, Aguas de Cádiz podrá reducir de 4 a 2 kilos la presión "con la que se suministra a la red pública de abastecimiento de agua potable" según los datos de consumo que se vayan obteniendo y siempre según vaya dictando el comité municipal de Sequía.

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