Así será el viejo cementerio de Cádiz: un gran bosque, zonas deportivas y equipamientos sociales

Se calcula que hay 90.000 enterramientos aún por trasladar a Chiclana

El futuro parque, donde se apuesta por las zonas verdes frente al cemento, costará más de 5 millones de euros

Grandes bloques de pisos en el cementerio... hace 50 años

Interior del cementerio de San José, en una imagen del pasado mes de marzo.
Interior del cementerio de San José, en una imagen del pasado mes de marzo. / Julio González

Bajo el firme del antiguo cementerio de San José de Cádiz, en parte lleno de montículos de arena debido a los distintas trabajos realizados en estos años en el camposanto gaditano, descansan los restos de unas 90.000 personas.

La mayor parte de ellos corresponden a vecinos fallecidos a lo largo del siglo XIX, teniendo en cuenta que el cementerio se abrió en la primera década de ese siglo, con una superficie menor a la que tiene en la actualidad.

La falta de suelo, con cuarteladas cada vez más altas buscando huecos para nuevos enterramientos, provocó que cientos, miles de cadáveres, acabasen descansando bajo tierra, muchos en fosas comunes. El completo archivo que se guarda en el camposanto de la capital aporta los nombres de muchos de estos finados.

Todos estos restos van a ser trasladados al Cementerio Mancomunado en Chiclana, junto a los últimos mausoleos que aún quedan en pie. 

Cuando este traslado culmine (que se ha venido realizando en las últimas tres décadas tras la clausura de San José en 1992), el Ayuntamiento podrá cerrar por fin una etapa que se ha alargado durante 33 años, teniendo en cuenta que estos trabajos podrán estar listos a lo largo de 2025.

Será entonces cuando el gobierno de Bruno García tenga vía libre para la conversión de este suelo, con unos 20.000 metros cuadrados de superficie y con una ubicación estratégica, a pie del Paseo Marítimo, en una gran zona verde. Será, indica el teniente de alcalde de Urbanismo, José Manuel Cossi, una apuesta por un “pequeño bosque”, alejado por un espacio público donde mande el cemento.

Como ya se preveía desde el actual PGOU, de 2012, en cada extremo se ubicarán equipamientos públicos. Junto al IES del Drago irán pistas deportivas al aire libre. En el otro extremo se proyecta un equipamiento cerrado con usos aún por definir. Sí parece totalmente descartada la instalación de un auditorio y de un estanque, tal y como había pintado el anterior gobierno municipal, ante la apuesta por conseguir un pequeño bosque en una zona de la ciudad con mayor déficit de áreas verdes.

Pendiente de contar con un proyecto definitivo, la previsión es que el coste rondará entre los 5 y los 6 millones de euros. Junto a la aportación de fondos propios, el Ayuntamiento tiene previsto acudir a programas de financiación de la Unión Europea. La inclusión hace unos años de esta operación en los Next Generation no salió adelante por parte del anterior gobierno local. Ahora se quiere potenciar el carácter ecológico y de integración urbana de este nuevo proyecto a la hora de pedir aportación europea.

Evidentemente, antes de que se inicien estas obras, que para el equipo de Bruno García con prioritarias, hay que desalojar los restos que quedan enterrados en el viejo camposanto.

Pruebas técnicas para realizar las exhumaciones

En estos meses se han realizado numerosas pruebas técnicas para ver cómo eran de efectivas las técnicas previstas de desalojo, estudios sobre cómo retirar los restos, tiempos y costes de los trabajos así como prospecciones en el terreno para localizar las zonas de enterramientos. En este sentido, en las catas realizadas el pasado mes de mayo se han localizado algunas sepulturas más de las ya conocidas.

En base a los proyectos presentados por dos empresas del sector, el coste de exhumación de estos 90.000 restos supondrá una inversión de unos 800.000 euros con un tiempo de trabajo fijado en seis meses.

Ahora, indica Cossi, hay que encargar el proyecto de actuación y adjudicarlo, antes del inicio de todos estos trabajos.

Los restos se trasladarán a una fosa común que se habilitará en Chiclana, junto a la pirámide donde descansan muchos de los fallecidos exhumados en estos años desde Cádiz.

Entre el material que se va a utilizar se encuentra una cribadora que recuperará los huesos bajo tierra, atendiendo al tamaño que tengan. Se contará con un camión de gran capacidad que se encargará de trasladar estos restos a Chiclana, convenientemente cubierto. En todo el proceso, tres operarios de la empresa pública Cemabasa se encargarán de la vigilancia del trabajo que se ejecuta y de la manipulación de los restos humanos, además de un auxiliar arqueólogo.

A medida que se vaya excavando, con la arena ya limpia y sin restos, se irán cubriendo de nuevo los huecos de cara a la futura urbanización del nuevo parque urbano.

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