“Si Cádiz tuviera plató acuático, casi se podría olvidar de sus problemas económicos”

Juan Manuel Guimeráns | Presidente de Spain Film Commission

Con motivo de su presencia en el South, este gaditano con amplia experiencia audiovisual analiza el futuro de la entidad y el papel de Cádiz en el sector

El gaditano Juan Manuel Guimeráns, nuevo presidente de la Spain Film Commission

El gaditano Juan Manuel Guimeráns, nuevo presidente de Spain Film Commission.
El gaditano Juan Manuel Guimeráns, nuevo presidente de Spain Film Commission. / Julio González

Juan Manuel Guimeráns Rubio (Cádiz, 1967) pertenece a la Spain Film Commission desde algo menos de diez años. Como miembro de su junta directiva ha sido vicepresidente, de 2016 a 2019, y secretario general, desde 2019, siempre con el también gaditano Carlos Rosado como presidente. Ahora es Guimeráns, tras imponerse en las últimas elecciones, el máximo responsable de esta entidad que agrupa a 47 organizaciones de toda España. Este gaditano afincado desde hace años en Valladolid, pese a lo cual jamás ha perdido el pulso a su ciudad natal a la que viene con frecuencia, es actualmente gerente de la sociedad Turismo de Valladolid, después de haber ejercido en distintas etapas como director de las áreas de Cultura, Comercio, Turismo, Educación y Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento de Valladolid. Juan Manuel Guimeráns ha estrenado cargo de la Spain Film Commission en la última edición del South de Cádiz.

Pregunta.–¿Cuáles son los retos del nuevo mandato?

Respuesta.–Hay un reto económico porque Spain Film Commission ha tenido en su historia, básicamente, dos etapas: la de pocos recursos y los últimos tres años, cuando por el Plan de recuperación se nos asigna por el Ministerio de Economía una subvención dentro de los fondos europeos, de cinco millones de euros, que hemos gestionado durante tres años. Ya está todo ejecutado y a finales de año tenemos que presentar los resultados. El reto fundamental es ver qué vamos a hacer a partir de enero. Es verdad que estos años hemos conseguido generar más recursos porque tenemos más socios, tenemos relación con más empresas, organizamos eventos; tenemos alguna fuente alternativa de ingresos, pero la parte importante viene de los fondos europeos. Así que el primer reto es conseguir la sostenibilidad de la asociación.

El segundo reto es el que tiene que ver con la propia organización. Hemos pasado unas elecciones, las primeras de la historia porque siempre había habido una candidatura única. Y aunque el voto ha sido mayoritario, la otra lista también ha tenido sus votos. Entiendo que hay gente dentro de la organización que quiere otras cosas, que tiene otras expectativas, y ese es un reto fundamental: conseguir que estemos unidos y que todo el mundo esté razonablemente a gusto. Tenemos socios muy diversos, cada oficina tiene unos intereses y enfoques diferentes.

Y el tercero sería cómo afrontamos los retos que tiene el sector audiovisual, que ahora mismo se está enfrentando a un cambio tecnológico muy importante, con todo lo que tiene que ver con la Inteligencia Artificial, los rodajes virtuales...; y la Spain Film Commission en estos últimos años ha ganado una voz en estas cuestiones. Somos una organización que no es ni privada ni estatal, pero estamos en toda España. De alguna manera podemos hacer un puente entre una cosa y otra, y ayudar al sector a ser competitivo, sostenible e inclusivo.

Basar el desarrollo audiovisual solo en las localizaciones es un error. Uno se queda porque hay industria”

P.–¿Simplificamos mucho la labor de la Film Commission si decimos que su objetivo central es facilitar rodajes en España?

R.–Seguramente es la labor más visible. La misión número uno de una film commission tradicional, o una film office, ha sido la de atender a los rodajes que venían al territorio. Eso tiene dos vertientes: ir fuera a promocionar y luego, una vez que viene la productora, facilitarle el rodaje: permisos, técnicos, empresas, catering, alojamiento... La Film Commission facilita todos los contactos y guías de localizaciones y de servicios. Pero esta labor ha ido evolucionando y se han incorporado otros elementos. También tenemos gente que es experta en incentivos fiscales, en ayudas, y orientamos a la productora que viene sobre cómo puede obtener financiación. Y ha llegado un momento en que nos hemos convertidos en especialistas del sector audiovisual en cada territorio, y además en el sector público porque todas las oficinas dependen de una administración pública. Somos una organización privada sin ánimo de lucro, pero los socios son públicos, personas que trabajan para una administración local o regional. Pero nuestros servicios son siempre gratuitos, no cobramos a nadie. Somos una especie de facilitadores del sector, aunque evidentemente nuestros servicios no son obligatorios.

P.–¿Y cuál es el momento exacto de los rodajes en España?

R.–Ahora mismo, España es el país de la Unión Europea donde más se rueda. Y los fondos europeos han servido para este sector. Dentro de los componentes del Plan de Recuperación había uno que hablaba de España como ‘hub’ audiovisual de Europa, hacer de España donde más se rueda de la Unión Europea, no de Europa porque Reino Unido sigue siendo líder. En España es donde más se realizan producciones internacionales. Los norteamericanos, que son los que más ruedan en fuera de su país, vienen mayoritariamente a España y establecen aquí bases de producción. Y una de las demandas de estas productoras es la mano de obra especializada

P.–Se suele decir que hace falta industria que acompañe a estos rodajes.

R.–Hace falta más formación especializada porque hay muchísimo talento creativo, actoral, pero en la parte técnica hay cierta falta de mano de obra. Sobre todo en lo que son los servicios técnicos del rodaje: iluminación, electricidad, fotografía, escenografía, los de arte. La demanda es tan grande que es difícil encontrar personal.

P.–Y si España destaca en la Unión Europea, ¿qué zona de nuestro país destaca?

R.–Tenemos publicado un estudio sobre el impacto económico de los rodajes internacionales en España entre 2019 y 2022, con la pandemia de por medio. Ese estudio, realizado por una compañía inglesa seria y especializada, da varios datos. En cuanto al impacto económico se concluye que por cada euro que el Estado da en incentivo fiscales a la economía revierte en nueve, dos de ellos en gasto directo. Estamos hablando de cerca de 1.800 millones de euros de retorno a la economía española y solo en rodajes internacionales, en series y películas.

En cuanto al impacto laboral, con unas 200 producciones internacionales en cuatro años, se han creado 7.000 puestos de trabajo cada año a jornada completa.

Y sobre impacto territorial: ahora mismo, pienso, que la brújula de los rodajes se está empezando a girar al norte por los incentivos fiscales vascos. Pero los datos que tenemos contrastados hasta el año 2022 dicen que hay un gran centro de producción en Madrid, con gran tradición, grandes estudios y grandes empresas; hay un gran centro de producción en Andalucía, muy repartido porque es una comunidad grande, y luego hay dos lugares de mucha producción: Canarias, que hasta que han salido los vascos tenían posiblemente el incentivo fiscal mejor de Europa, y Cataluña sigue manteniendo un porcentaje importante. Pero, para mí, lo verdaderamente significativo del estudio es que hay un mapa en el que aparece Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Valencia... Ahora mismo, gracias a los incentivos fiscales y a las film commission distribuidas por toda España está habiendo rodajes en todas partes, con esa lógica de concentración de Madrid y Canarias,Andalucía y Cataluña y, emergente, el País Vasco.

Yo apoyaría a Alcances, que es como el sustrato en las macetas, que quizás no se ve pero es importante”

P.–¿Qué pasa con Cádiz? ¿Cuál es el futuro, cuáles son sus posibilidades?

R.–Creo que Cádiz no debería estar ajeno a una corriente que en toda España está funcionando. La celebración del South aquí es significativa. Qué podría hacer Cádiz para tener más rodajes. Creo que tiene que seguir apostando por la film office, no cabe duda, y trabajar muy codo con codo con Andalucía. Esta es la clave. Las comunidades que funcionan bien son aquellas en las que la comunidad autónoma y las grandes capitales van de la mano. 

P.–Porque se suele decir de Cádiz y su provincia que las localizaciones naturales ya las tiene, como si vinieran de serie.

R.–Sí. Pero el mundo es muy grande y es muy bonito. Es verdad que no hay muchas Caletas por el mundo, ni muchas plazas de la Catedral ni muchas Puerta de Tierra. O no tienen algunos espacios naturales como los de la provincia, pero basar el desarrollo audiovisual solo en las localizaciones es para mí un error. Uno llega a los sitios por las localizaciones, pero luego te quedas porque hay industria, y esa es la clave. En Valladolid, por ejemplo, se ha empezado por apoyar al pequeño tejido local que haya. Estoy seguro que en Cádiz hay gente haciendo cine, a lo mejor a un nivel pequeño, gente que está haciendo cortos... Eso hay que apoyarlo, esa es la cantera. Yo apoyaría a Alcances, que es como el sustrato en las macetas, que quizás no se ve pero es importante. Y el documental, al que está dedicado, es un campo muy interesante que cada vez tiene más demanda. Y luego, a lo mejor, hay que plantearse seriamente algún tipo de infraestructura.

P.–Había un proyecto de plató acuático.

R.–Si Cádiz tuviera un plató acuático, casi se podría olvidar de sus problemas económicos. Porque casi no hay; en España solo hay un plató en Alicante. Y hay que tener en cuenta que estamos en el cambio tecnológico y, ahora mismo, hacer unos estudios como Hollywood no tiene sentido, nadie busca eso. Tienes que tener platós muy pequeños, muy versátiles, con elementos digitales para poder rodar, tus cromas, tus leds... Y eso cuesta dinero.

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