Balas de plata
Montiel de Arnáiz
El tocadiscos
Una espectacular escalera de caracol tallada en piedra, estrecha, conecta en Santa Cruz la capilla del Sagrario con el Torreón. Y en medio de ese recorrido ascendente hacia las alturas de la ciudad, un pequeño acceso lleva al visitante directo al esqueleto de la cúpula de esa capilla del Sagrario. Un acopio de maderas dispuestas de diferentes formas ofrece un espectacular ejemplo de lo que esconde una iglesia más allá de sus techos, donde la vista no alcanza.
Otra parada de la subida al torreón sería en las conocidas bóvedas del templo, en ese juego de curvas y colores tan característico por el que el visitante podría incluso pasear. Y la subida se remata en una espaciosa azotea con vistas espectaculares.
Esta atractiva oferta que tiene Santa Cruz se plantea ahora darla a conocer. "Se podría mostrar a los visitantes", dice el párroco.
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