El sueño de un idioma médico sin fronteras

Tribuna de opinión

En noviembre pasado se presentó en Madrid el Diccionario Panhispánico de Términos Médicos (DPTM), una obra asentada en la historia de la Medicina y de su léxico

Los Reyes de España, durante la inauguración del Congreso de la Lengua celebrado en Cádiz el año pasado. / Román Ríos
Antonio Campos - Codirector del Diccionario Panhispánico de Términos Médicos

18 de enero 2024 - 06:00

EL pasado mes de noviembre, en Madrid, en un acto solemne celebrado en la Real Academia Nacional de Medicina de España, tuvo lugar la presentación oficial del Diccionario Panhispánico de Términos Médicos (DPTM), auspiciado por dicha Academia y por las doce Academias Americanas de Medicina. En marzo del mismo año se celebró en Cádiz el IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) bajo el siguiente título programático: Lengua española, mestizaje e interculturalidad. Historia y futuro. El diccionario presentado en Madrid, previamente citado, constituye y representa, para el lenguaje medico en español, la materialización concreta de lo enunciado en el pasado CILE gaditano.

Se trata de una obra que, asentada en la historia de la Medicina y su léxico y concebida y proyectada hacia el futuro, consensúa, enriquece y hace mestizo el lenguaje médico en español al incorporar al mismo todas las aportaciones utilizadas en medicina por el español de América. El diccionario que recoge más de 70.000 términos convierte, como consecuencia de ello, a la lengua española en el único idioma occidental que posee, para todos sus hablantes, un lenguaje médico compartido; un lenguaje común capaz de expresar, como he afirmado en otro momento, el dolor que representa la enfermedad y la esperanza que representa su curación o su alivio. El lenguaje médico que ofrece el diccionario, a través de la herramienta digital y gratuita www.dptm.es, muestra y despliega ante nuestros ojos los numerosos términos que, en nuestra lengua, explican la ciencia médica incluyendo los conceptos y los quehaceres que la conforman. A ello se añaden las variantes y los usos específicos utilizados en todo el ámbito panhispánico, la distribución geográfica, las etimologías, las nomenclaturas internacionales, las expresiones incorrectas, desaconsejadas y coloquiales y los respectivos equivalentes en inglés estadounidense.

La utilización del DPTM tiene tres destinatarios claros. En primer lugar, los profesionales de la salud y los pacientes; en segundo lugar, la propia ciencia médica y el impulso y desarrollo de su lenguaje y, en tercer lugar, todos los profesionales no vinculados directamente con la medicina y la salud que, en el desempeño de su actividad, necesitan utilizar el lenguaje médico.

En el primer caso, el DPTM es un instrumento fundamental para favorecer la comunicación científica entre los profesionales y entre estos y sus pacientes con independencia de donde procedan. Al reflejar el lenguaje que contiene simultáneamente homogeneidad y diversidad geográfica, facilita la interrelación del paciente con su médico convirtiendo a nuestro idioma, en el ámbito de la medicina y la salud, en un idioma sin fronteras. Esto es especialmente importante donde la multiculturalidad es mayor, como ocurre en Estados Unidos o en España, donde la presencia de médicos y pacientes hispanoamericanos es más que habitual. Por otra parte, el DPTM contribuye a dar también a los pacientes un mayor protagonismo personal al facilitarle al acceso a un conocimiento, académicamente validado, útil para asumir la comprensión de su propia enfermedad y, por tanto, su propia forma de vivir y de sentir sus dolencias.

El DPTM está destinado a recoger los términos que se incorporan al acervo científico

El DPTM está destinado, en el segundo caso, a recoger igualmente los términos y conceptos que continuamente se incorporan al acervo científico y cultural de nuestro tiempo como ocurre, por ejemplo, con los términos relativos a la COVID-19 en el diccionario que acaba de presentarse. Asimismo, y ante los nuevos términos científicos que surjan, el DPTM recomendará siempre una alternativa en español en aquellos casos donde exista y procederá y promoverá la búsqueda de nuevos términos en nuestro idioma con el objeto de no convertir a la lengua española en un idioma científicamente mutilado.

La utilización del lenguaje médico por periodistas, traductores, ingenieros, arquitectos, divulgadores, educadores, etc. amplifica, en tercer lugar, el destino y la proyección del DPTM y lo convierte en potenciador de áreas de desarrollo que ni siquiera somos capaces de imaginar.

Desde hace años, en concreto desde que en 2011 la Real Academia Nacional de Medicina de España acordó impulsar la elaboración de este diccionario, junto con la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina, muchos académicos, expertos y colaboradores han dedicado su tiempo con filantropía a construir, en nuestra lengua, una obra –el DPTM recientemente presentado- destinada a prestar grandes servicios a nuestra sociedad a poco que, con generosidad y audacia, seamos, entre todos, capaces de impulsarlos.

Si, como se ha dicho con frecuencia, no hay ninguna realidad que antes no haya sido un sueño, el DPTM que acaba de ver la luz constituye, sin duda, la realidad soñada de un lenguaje médico sin fronteras nacido al servicio de los casi 600 millones de seres humanos que hablamos español.

Que el sueño logrado se haya hecho realidad a los pocos meses del horizonte apuntado por el CILE celebrado en Cádiz indica que la iniciativa de impulsar en su día el DPTM fue acertada y que su presentación, el pasado mes de noviembre, representa sin duda algo más que una mera coincidencia.

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