Nuevo curso político: Tarea para el nuevo gobierno de Bruno García en Cádiz

Concluidas unas vacaciones de verano casi inexistentes para el equipo del alcalde gaditano, ahora tiene por delante doce meses de duro trabajo con varios proyectos que deberían de ser prioritarios

Así es Bruno García: el hombre que venció su timidez a base de retos

La tarea pendiente para mejorar la movilidad urbana en Cádiz

El alcalde, con ediles de su equipo.
El alcalde, con ediles de su equipo. / Julio González

El nuevo equipo de gobierno municipal de Bruno García ha tenido un verano muy atípico. Apenas han disfrutado de vacaciones, algún día suelto la gran mayoría, tras la victoria en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo.

Aunque una parte del equipo del PP ya llegaba con buena parte de la tarea hecha en cuanto a conocimiento de la estructura del Ayuntamiento de Cádiz, todos llegaron a San Juan de Dios con dos prioridades.

Una ya estaba prevista tras su victoria electoral: no perder el tiempo a la hora de afrontar las primeras medidas de gestión en la ciudad; la otra les cogió por sorpresa en cuanto descubrieron los deberes sin hacer que les habían dejado sus antecesores en el gobierno de la ciudad, la coalición comandada por José María González.

El equipo de Bruno García ya era consciente del descontrol interno del Ayuntamiento, una vez que hace ocho años se desmantelaron las estructuras de gestión técnica del mismo, que nunca llegaron a recomponerse en estos dos últimos mandatos. Pero, a la vez, descubrieron cuatro graves problemas sin resolver.

Por una parte, la caída del acuerdo regulador, por el que se debía de regir el funcionamiento de toda la plantilla municipal; junto a ello, especialmente grave para la ciudad, el incumplimiento del calendario de buena parte de los proyectos previstos por la Edusi (lo que podía significar la devolución de las ayudas aprobadas por la UE); en tercer lugar, la necesidad de concretar en Pleno los usos de los fondos de tesorería que no se habían gastados por la anterior Corporación. Y, por último, y más apremiados por el tiempo, la organización de la Gran Regata que se inicia en unos días y a la que se llegó al Ayuntamiento sin casi nada preparado.

En todo ello se ha invertido este complicado verano. Un plan de prioridades que ha dejado, por lo menos de cara al exterior, otras necesidades que tenía, y tiene, la ciudad. Ahora que parte de estos cuatro “descubrimientos” están encauzados, cabe esperar que con el inicio del nuevo curso político, el primero para el equipo de Bruno García, se pongan en marcha con la tarea primitiva.

El retorno al poder del PP ha venido acompañado por evidentes expectativas en cuando a lo que se puede conseguir en la ciudad, tras años de un evidente parón inversor. Un listón muy alto que les impide relajarse en el camino y, sobre todo, les obliga a tener las ideas muy claras y contar con un equipo técnico eficaz y con experiencia.

Finalizado el verano, con el curso político ya en marcha (incluida la incógnita de quién gobernará en La Moncloa), el nuevo Ayuntamiento debería de tener en su agenda de prioridades varios planes municipales que urgen poner en marcha, o completar su recorrido, tanto por imposición de las normas estatales como por las necesidades que tiene Cádiz para reactivar su economía. Todo ello marcarán doce meses a priori muy intensos.

El Ayuntamiento, pendiente de poner en marcha el control del tráfico en intramuros.
El Ayuntamiento, pendiente de poner en marcha el control del tráfico en intramuros. / Julio González

Movilidad urbana

Cádiz va con retraso en la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones, como buena parte de las ciudades de más de 50.000 habitantes de todo el país que deben activarlas. No se cumplirá el límite del 31 de diciembre de 2023, pero ya hay varios pasos administrativos dados, además de contarse con suficiente financiación procedente de los fondos Next Generation.

Queda por cerrar la elaboración de las normas de funcionamiento de estas zonas, que afectarán a todo el casco antiguo de la ciudad y al Paseo Marítimo ya peatonal.

Este proyecto, impulsado en la etapa del edil Martín Vila, es esencial para la ciudad. Las capitales más relevantes de Europa ya llevan mucho camino recorrido en la peatonalización de sus cascos históricos, y en todas ellas se ha mejorado la calidad de vida de sus habitantes y crecido en términos económicos y culturales.

El plan que hay que activar en estos doce meses que ahora se inician, debería de ir acompañados por otros proyectos ya planteados antes de las elecciones municipales, y que también son muy importantes en la mejora de la movilidad urbana: la reurbanización de la avenida de Portugal y los espacios de acceso protegido en los entornos de varios colegios públicos y concertados de la ciudad.

Aquí también se incluye la necesidad de sacar ya a concurso la adjudicación del nuevo servicio de autobuses urbanos.

En estos meses que ahora se inician el gobierno local tendrá que avanzar en su modelo de aparcamiento para el vehículo privado y en la necesidad de crear bolsas de estacionamientos alternativas en el exterior del casco. Aquí entra la conclusión del Plan Plaza de Sevilla y la urbanización de la avenida de Astilleros. ¿Se trabajará en la misma este año? ¿Se construirá el aparcamiento público en altura en la parcela que se iba a enajenar para financiar -con el anterior gobierno- esta operación?

Este año va a ser esencial en la conexión muelle-ciudad.
Este año va a ser esencial en la conexión muelle-ciudad. / Julio González

La ciudad y el puerto

Concluida la Gran Regata y el evento Sail GP, la Autoridad Portuaria ya estará en disposición de activar la remodelación integral del Muelle Ciudad.

El proyecto de convertirlo en un gran espacio para el paseo urbano es el primer paso que se dará para la conexión del puerto con la ciudad.

En estos meses comenzará también la remodelación de la zona de ocio en el paseo Pascual Pery, mientras que la APBC está pendiente de la definitiva aprobación del Plan del Puerto de Cádiz, pendiente de la Junta, para dar los pasos administrativos que darán un uso urbano a 300.000 metros cuadrados de suelo, especialmente en el ya viejo muelle de contenedores.

Aunque este es un proyecto a medio y largo plazo en su ejecución total, los próximos meses serán esenciales para poner en marcha operaciones como el nuevo aparcamiento, intentar que salga adelante el nuevo hotel en la Ciudad del Mar y fijar el diseño definitivo para la futura zona de ocio, comercios y empresas relacionadas con la náutica.

Aunque siempre ha existido en este proceso una buena relación entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria, la excelente conexión que hay entre Bruno García y Teófila Martínez (presidenta de la Autoridad Portuaria) augura un desarrollo ágil en todo este proceso, vital para el Cádiz de las próximas décadas.

Hay que definir el modelo del polígono exterior de la Zona Franca.
Hay que definir el modelo del polígono exterior de la Zona Franca. / D.C.

Polígono exterior de Zona Franca

Buena conexión en los dos primeros encuentros ha existido también entre el alcalde y el delegado de la Zona Franca, Fran González.

Aquí se juega mucho la ciudad y su gobierno municipal pues una de sus grandes apuestas para estos cuatro años es ejecutar la reforma integral del polígono exterior, dilatada ya durante años.

Los dos políticos asumen esta necesidad aunque tendrán que perfilar cómo hacerla: construir más viviendas como se va a hacer en Navalips o apostar por la industria como elementos esencial. O buscar un término medio con negocios ya diseñados con el modelo de la Zona Base.

El futuro del actual delegado, cuya gestión en estos años ha sido muy positiva, depende de la continuidad del Gobierno de Pedro Sánchez, que es quien nombra este cargo. Su permanencia podría tener el mismo efecto positivo para los intereses de la ciudad que la presencia de Martínez en la APBC.

Por todo ello, tienen las dos administraciones mucho en lo que trabajar en los primeros meses de este nuevo curso políticos, en un intento por definir de una vez por todas lo que se va a hacer en este suelo, y cómo. No olvidemos que menos del 8% del mismo es de propiedad del Consorcio y que el resto está muy atomizado en manos privadas.

A la vez, la agilidad administrativa con la que se desarrolle en estos próximos meses la operación en Navalips (800 nuevas viviendas, locales comerciales y zonas verdes) marcará sin duda el nivel de conexión entre las dos instituciones.

El patrimonio cuidado es sinónimo de ciudad desarrollada.
El patrimonio cuidado es sinónimo de ciudad desarrollada. / Julio González

Patrimonio

Otra de las apuestas del gobierno de Bruno García, en la campaña electoral, se centraba en la recuperación del patrimonio histórico de la ciudad. Una operación no limitada, que ya sería mucho, en restaurar todo lo que se encuentra mal (mucho y costoso de ejecutar) si no en su puesta “en valor” como un elemento de desarrollo de la ciudad.

La cuestión es evidente, y basta con viajar para constatar que allí donde se hace, la ciudad triunfa: poner en uso toda la historia de una localidad la enriquece cultural, social y económicamente. Es una atracción al turismo de calidad, que es el que sí deja dinero en la ciudad. Es un modelo de educación para los propios vecinos, como forma de conocer su historia, aprendiendo a respetarla. Y es, también, un paso a la modernidad, como una ciudad respetuosa con lo suyo, bien cuidada, lo que se une con la mejora de la movilidad urbana y la expansión por espacios hoy mal aprovechados.

Es decir, aquí unimos nuestra historia con el proceso de peatonalización de su casco histórico, con la conexión muelle-ciudad y con el uso adecuado del polígono exterior.

Es, en definitiva, tener bien claro un modelo de ciudad para las próximas décadas.

Por lo pronto en materia de recuperación del Patrimonio hay una larga tarea por hacer, tras años de abandono e ignorancia, por lo que lo que se haga o no se deje hacer en estos meses será esencial para definir la seriedad o no de esta apuesta municipal.

Hasta ahora, el Patrimonio histórico se ha visto desde la administración como un elemento de segundo orden. Pero ¿cómo habría avanzado Cádiz en estos años con el castillo de San Sebastián en funcionamiento?, ¿con el frente de Puerta de Tierra con un plan de uso adecuado?, ¿con sus museos y espacios arqueológicos (municipales, autonómicos y privados) bien organizados? Pues todo eso se ha perdido hasta ahora.

Deuda del Estado y la Junta

El Ayuntamiento tiene también tarea en estos meses controlando muy de cerca la evolución de los proyectos que están en manos de la Junta (Ciudad de la Justicia y Hospital Regional). Aunque en estos días varios consejeros regionales han insistido en el compromiso del gobierno de Juanma Moreno respecto a estos dos equipamientos, de cara a las expectativas electorales para dentro de cuatro años, será esencial que los dos estén ya en marcha o incluso terminados, como la sede judicial, que sigue acumulando retrasos, en este mandato municipal.

En lista de espera urgente está también cerrar de una vez por todas el convenio para el retorno de Ciencias de la Educación, y su ubicación en Valcárcel (una vez perdida la oportunidad que tuvo la ciudad de ubicar en este edificio un hotel de 5 estrellas); no dejar que se enfríe el trabajo ya reanudado en el arreglo de las murallas exteriores y, sobre todo, conseguir la implicación del Estado en la recuperación del castillo de San Sebastián, como propietario del mismo que es. Lo cierto es que este último objetivo es, hoy por hoy, una quimera para la ciudad.

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