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El Ayuntamiento reconoce que todo esto está en "fase de desarrollo y de pruebas" pero será en cuestión de meses cuando se iniciará el proceso de desaparición del ya tradicional bonobús.
La clásica tarjetita de cartón será pronto sustituida por una recargable que, sin tenerla que introducir en ninguna máquina, controlará el acceso del usuario a bordo del transporte. Tan sólo tendrá que acercarla a un dispositivo de control, evitando así las clásicas incomodidades que muestra el bonobús cuando se doblan sus esquinas o quedan sin registrarse, de manera perceptible, alguno de los viajes.
Aún quedan meses, pero el Ayuntamiento y la empresa concesionaria del transporte público muestran una especial sensibilidad por hacer más cómodo el uso del transporte urbano con los beneficios que esto conlleva, no sólo para el propio ciudadano sino para el medio ambiente.
La futura eliminación del bonobús se vivirá en distintas fases. De aquí a unos meses aparecerá una tarjeta similar a la usada en el Consorcio Metropolitano de Transportes de la Bahía. Se trataría de un dispositivo recargable por distintos medios con la que el usuario podrá acceder al bus tan sólo con pasarla por una especie de escáner instalado junto al conductor.
Paralelamente, con la intención de economizar tarjetas en las carteras, y facilitar el mayor uso de los vehículos públicos, se permitirá a los usuarios que ya cuentan con la tarjeta metropolitana la posibilidad de viajar igualmente en los buses urbanos de la capital.
De esta manera, si un ciudadano viene desde San Fernando o Puerto Real, por ejemplo, llegará a la capital habiendo usado su tarjeta de transporte metropolitano y, gracias a la misma, podrá acceder también a bordo de los vehículos urbanos. Otra característica positiva de esta tarjeta es la posibilidad que ofrece de acogerse a promociones o a gratificaciones en forma de viajes a aquellos usuarios que realicen más recargas en sus tarjetas.
Pero el Ayuntamiento no se queda ahí porque, ya puestos a buscar formas de mejorar el transporte en la ciudad, estudia la posibilidad de instalar un dispositivo GPS (sistema de posicionamiento global) que posibilitará el control de la ubicación del vehículo en cada momento. De esta manera, su situación se traducirá en el cálculo de los tiempos de espera, que irían apareciendo en unos paneles luminosos que se instalarían en las distintas paradas de autobús.
La intención del Ayuntamiento es instalar cuanto antes este beneficioso sistema GPS pero no cree que sea posible hasta el verano de 2010, más o menos, dado que conlleva la creación de una red de comunicaciones del autobús con un servidor de aplicación. La coordenada que envíe el GPS a la oficina de control servirá para que el usuario obtenga información real sobre los tiempos de espera. Gracias a ello, el viajero podrá calcular si le merece la pena una espera o si puede, incluso, permitirse realizar alguna labor mientras no llega el autobús hasta la parada.
Otra posibilidad que ofrecería el sistema que quiere implantar a medio o a largo plazo el Ayuntamiento de Cádiz es la posibilidad de recibir en el teléfono móvil esos tiempos de espera, previa consulta, con lo que el usuario puede saber con matemática exactitud el momento exacto en el que tiene que salir de casa para no esperar en la parada más tiempo de la cuenta.
Ni que decir tiene que puestos a buscar sistemas innovadores, las puertas quedan abiertas a otras muchas posibilidades, todas ellas basadas en las nuevas tecnologías. Un ejemplo podría ser un sistema instalado en los autobuses de Málaga capital basado en el uso de la tarjeta SIM del teléfono móvil (siempre de Orange) como dispositivo recargable para controlar el acceso de los usuarios al interior de los buses urbanos.
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