Los técnicos contradicen el informe de Loreto

Los antiguos gestores de Aguas de Cádiz aseguran que "en ningún momento" se suministró agua contaminada en este barrio de extramuros con su conocimiento

Varios vecinos guardan su turno en la cola para llenar su garrafas durante el corte de agua en Loreto.
Rafa Burgal Cádiz

29 de marzo 2016 - 01:00

Los gestores que estuvieron al frente de Aguas de Cádiz durante el incidente que provocó el corte del abastecimiento en el barrio de Loreto en octubre de 2014 han desdicho las acusaciones vertidas por el alcalde de Cádiz, José María González, y el actual presidente de la empresa municipal, Manuel González Bauza, en las que se afirmaba que se había permitido el consumo de agua contaminada en esta zona de extramuros. En un contrainforme que ha sido realizado a requerimiento de la Comisión Informativa de Sostenibilidad -que es la responsable política del estudio de este caso- y al que ha tenido acceso Diario de Cádiz, los técnicos concluyen que "en ningún momento" se permitió la distribución de agua potable "con conocimiento de no ser apta para el consumo". Una afirmación que choca con la postura tomada por parte del Ayuntamiento, que ha llevado el informe realizado desde la entidad pública -que cuenta con la firma de su actual gerente, Jesús Oliden- a la Fiscalía para que determine si existe algún delito.

El documento, que tiene la rúbrica del exgerente de Aguas de Cádiz, Juan Miguel Núñez, y el exdirector técnico, Daniel Gómez, argumenta cómo se tomaron las decisiones durante la crisis de Loreto desde su origen en las quejas por malos olores en la plaza de la Fuente el 29 de septiembre. Asimismo, muestra su desacuerdo con las valoraciones que se incluyen en el estudio que se dio a conocer el pasado 7 de marzo.

En primer lugar, se señala que a partir de las denuncias que se recibieron desde la plaza de la Fuente, se aplicó el Protocolo de Autocontrol de Aguas de Cádiz, por lo que se cerró el suministro y se tomaron muestras para ser analizadas tanto de este lugar como de otras zonas cercanas como medida de prevención. Sin embargo, los resultados que se recibieron el 1 de octubre fueron negativos, por lo que se cerró la incidencia y se avisó de ello a la autoridad sanitaria al no confirmarse el incumplimiento -un aspecto fundamental, ya que para dar cuenta sobre este suceso a la Administración competente es necesario que a las 24 horas se repitan los resultados positivos, según lo que marca el RD 140/2003 y Decreto Andaluz 70/2009-.

Aun así, Aguas de Cádiz decidió realizar un plan de seguimiento y análisis que se extendió gradualmente a todo el barrio de Loreto para asegurar que no existía ningún riesgo para la salud.

Un asunto esencial para entender las explicaciones de este contrainforme se encuentra en la inexistencia de puntos de autocontrol autorizado en esta zona de extramuros. En la ciudad, a partir de lo que marca la normativa vigente, existen ocho para los 37 sectores con los que cuenta la red de abastecimiento. Al no estar ninguno de ellos en Loreto, este informe apunta que se tuvieron que "realizar las tomas a ras de suelo sin medidas higiénicas", lo que puede explicar las diferentes incidencias que aparecieron en las distintas analíticas que se hicieron antes de producirse el corte el 13 de octubre. Asimismo, también recalca que se hicieron analíticas "en tuberías que estaban cerradas al consumo de las personas".

A partir de los resultados, explica que no existe una confirmación de "valores no aptos para el consumo" en las canalizaciones por las que se suministra agua potable a los consumidores. Por este motivo, sostiene que cuando se realizaron los correspondientes análisis de contraste se constató que el agua era "limpia".

Ante esto, tanto el gerente como el director técnico remarcan que, al desechar las incidencias y no haber confirmación de los incumplimientos entre el 1 y el 11 de octubre, no dieron cuenta tanto a la autoridad sanitaria como a la municipal, que en ese momento recaía en el expresidente de Aguas de Cádiz, Ignacio Romaní.

Además, para corroborar que no se abasteció de agua que no cumplía con los niveles de calidad, resalta un informe de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta del 6 de marzo de 2015 en el que se apunta que no hubo ningún caso en Loreto de "enfermedades infectocontagiosas de origen hídrico".

La segunda parte del contrainforme trata sobre los motivos que llevaron a señalar a la instalación particular del número 8 de la calle Hermanos Ortiz Echagüe como la causante de la aparición de bacterias coliformes y E.coli.

En primer lugar, se reconoce que durante esta crisis "no se encontró de forma clara y determinante" una causa "irrefutable que pudiera ser el origen de la contaminación". Aun así, dentro del plan de trabajo que se siguió durante el corte del agua en Loreto, se realizaron tareas de limpieza y cloración. Cuando llegaron a la finca en cuestión, se detectó "una disminución brusca de los niveles de cloro que hace indicar que la concentración bacteriana era de cierta importancia".

En este inmueble, según este informe, encontraron los técnicos una tubería con perforaciones que pudo "haber estado en contacto con el agua residual, dada la cercanía a ella de una arqueta del sistema de alcantarillado de la finca".

Por ello, apunta como una posibilidad del origen de la contaminación bacteriana "una puesta en carga de la red de alcantarillado, con una elevación de niveles en los pozos y un contacto sin presión entre un embolsamiento de aguas fecales y otro de agua potable".

Las acciones posteriores se centraron en la renovación de las instalaciones de este edificio, dándose por finalizada la crisis una vez que los análisis demostraron la ausencia de bacterias coliformes y E.coli.

La justificación que aporta este contrainforme para señalar este problema como el origen de la incidencia está en que, por la necesidad de informar sobre el foco, se señaló lo sucedido en el inmueble de Hermanos Ortiz Echagüe como la única "singularidad" que se verificó durante esas fechas. Además, se indica que el resto de hechos que se recogen en el estudio realizado por la actual gerencia de Aguas de Cádiz se produjeron tanto antes como después de que se activara la alerta sanitaria.

Por ello, asumen que la explicación que remitió la empresa en su día a la autoridad sanitaria se basó en "el análisis de los hechos, situaciones e indicios", por lo que se evitó "llegar a conclusiones que acabaran siendo teorías o hipótesis que pudieran ser discutidas". Una medida con la que los técnicos quisieron que no se avivara "la desconfianza". De hecho, el informe que se entregó hace tres semanas a la Comisión Informativa de Sostenibilidad indica como "muy probable" que el problema tuvo lugar en la apertura de tres válvulas para abastecer de agua a Loreto.

Con todo, el contrainforme remarca que Aguas de Cádiz no disponía durante la alerta sanitaria del simulador para estudiar el comportamiento del sistema hidráulico, una herramienta que considera "incompleta y aún por desarrollar", pero que hubiera ayudado a conocer las causas de la contaminación.

Con todo, esta respuesta sentencia que, gracias a los medios desplegados en el barrio de Loreto, se evitó "el perjuicio de la salud de los ciudadanos".

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