Un tercer arco para el frente de la Puerta de Tierra de Cádiz
El Ayuntamiento pretende activar la elaboración del Plan de Fortificaciones previsto en el PGOU de 2012
El documento ya proponía unir con un paso elevado la muralla principal con el baluarte de San Roque
Las imágenes más curiosas del frente de Puerta de Tierra de la muralla de Cádiz
Hay movimiento en San Juan de Dios para recuperar todo el frente de la Puerta de Tierra, como primer paso para la puesta en uso de las fortificaciones de la ciudad de Cádiz.
El aprovechamiento de uno de los grandes tesoros de nuestra historia, como espacios de atracción turística y cultural, siempre ha sido muy limitado en el tiempo, y casi siempre de forma puntual. El castillo de Santa Catalina, el baluarte de la Candelaria y áreas del frente de la Puerta de Tierra han contado con proyectos de rehabilitación y con nuevos usos ciudadanos: centros multiculturales o pequeños museos como el del Títere y el Litográfico. Pero siempre ha faltado una visión global de todo este rico conjunto, especialmente con piezas totalmente desaprovechadas como algunos baluartes, espacios del propio frente de la Puerta de Tierra y, sobre todo, el castillo de San Sebastián.
Ahora, parece, existe el interés por acelerar su "puesta en valor". Para ello es necesario contar con dinero, y bastante. Y, también, es necesario tener un plan no solo para los usos que se le puedan dar sino también para su propia gestión. En otras ciudades llegan a funcionar sociedades públicas o patronatos que se encargan del control de estos equipamientos en todos los sentidos, obteniendo incluso fondos externos para su mantenimiento.
En este sentido, el Ayuntamiento ya ha anunciado que quiere activar la elaboración del Plan de Fortificaciones, cuya redacción estaba prevista en el PGOU. El caso es que el Plan de Ordenación data de 2012, por lo que acumula ya un importante retraso en el cumplimiento de esta medida.
La elaboración de este documento, que tendrá que afinar muy bien su contenido debido a la relevancia que tendrá para el desarrollo de estos equipamientos con una visión de futuro de la propia ciudad, coincide con las inversiones que anuncia el gobierno municipal, gracias a un préstamo bancario. De los 27 millones de euros previstos para obras en la ciudad, se destinan inicialmente 4 millones para actuar en el frente de la Puerta de Tierra. Otra cosa será obtener más ingresos a través de fondos estatales o de la Unión Europea.
El dinero ya consignado en las cuentas municipales se concentrará fundamentalmente a la restauración de todos los lienzos de la muralla y el arreglo de muchas de sus bóvedas, especialmente las de San Roque que se encuentran en peor estado (algunas funcionan como auténticos trasteros del Ayuntamiento). Hay que tener en cuenta que desde hace más de quince años que no se realizan trabajos de mantenimiento en esta antigua fortificación. Incluso en el foso del Pelícano hay riesgo de caída de un tramo de la balaustrada, que tuvo que ser reforzada con una estructura de hierro hace cinco años que aún se mantiene pues sigue sin repararse la estructura.
Ahora bien, una operación del calado de la que quiere emprender el Ayuntamiento en las fortificaciones de la ciudad no puede limitar su financiación a fondos municipales o lo que puedan llegar a través de programas comunitarios. Aquí es donde debería de entrar de lleno el Estado, que a través de la Demarcación de Costas ya se están encargando del arreglo de las murallas que nos protegen del mar.
La responsabilidad de la administración central
Hay que recordar que el frente de Puerta de Tierra se declaró Monumento Nacional por el Estado el 25 de noviembre de 1940 (en pleno debate sobre el derribo o no de buena parte de la muralla y antes de aprobar la apertura de los arcos junto al Torreón). Una catalogación que obligaba al Gobierno central a financiar su mantenimiento. Y aunque desde 1985 esta catalogación de Monumento Nacional fue sustituida por la de Bien de Interés Cultural, en manos de la administración regional, hay una evidente responsabilidad de la administración central a la hora de atender al cuidado de las fortificaciones de la ciudad.
Por lo pronto, el Estado es el propietario del castillo de San Sebastián, que junto al frente de Puerta de Tierra son los dos referentes históricos de la arquitectura militar de la ciudad. El Estado, además, tiene su propia deuda histórica con Cádiz pues buena parte de estos equipamientos fueron pagados por los propios gaditanos en siglos pasados. E incluso la misma ciudad, a través de su Ayuntamiento, pagó por recuperarlos tras el retorno de la democracia en 1979.
Más allá del desarrollo de la operación de restauración de la Puerta de Tierra y la concreción del uso del castillo de San Sebastián, la elaboración que ahora se anuncia del Plan de Fortificaciones tal vez permita recuperar uno de los proyectos que el PGOU de 2012, que sigue vigente, planteaba en el frente amurallado.
Una propuesta innovadora
Era una actuación llamativa pero, sin duda, cargada de lógica: volver a unir la muralla con el baluarte de San Roque. Fue ya entrada la década de los 50 del pasado siglo cuando se procedió a derribar este tramo de la muralla para así conectar la avenida Fernández Ladrera (hoy avenida Manuel de la Pinta) con el Campo del Sur. Se reforzaba así la permeabilidad del casco histórico ya iniciada en 1951 con la construcción de los dos grandes arcos laterales al Torreón.
El plan, incluido en el PGOU, suponía la "recuperación de la traza original del baluarte e incorporación al equipamiento cultural de la muralla. Permitiría la continuidad del tráfico rodado y del paseo superior, que conectará con el Paseo Marítimo". El coste estimado de esta obra, que antes de su ejecución necesitaría el visto bueno de Costas y de la Junta, al ser un BIC, era de 2,5 millones de euros, según las cuentas de hace trece años. De esta cantidad, 0,6 lo debía poner el Ayuntamiento y una cifra similar el Estado, dejando 1,3 millones restante en manos de fondos europeos.
Evidentemente la idea no era cerrar este tramo de la muralla, sino habilitar un arco para dar accesibilidad a coches y peatones. Sería así el tercer gran arco en el frente de la Puerta de Tierra. Hace apenas unos días el Ayuntamiento reabrió al público el paseo superior de la muralla, dentro de su plan de mejora de este espacio que se irá completando en los próximos meses.
Hoy las bóvedas del baluarte de San Roque están casi totalmente ocupadas, fundamentalmente por locales de carpintería. En su día se habilitaron dependencias para un café y para una sala de exposiciones, y recientemente se puso en alquiler una de estas bóvedas, en este caso de propiedad privada, por 3.000 euros al mes. El baluarte, que a principios del siglo XX formaba parte del cuartel del mismo nombre, ocupando el suelo donde hoy está el Instituto de la Seguridad Social y dependencias de la Policía Nacional, está también pendiente de obras de restauración, una vez que han caído a la vía pública varios sillares de sus fachadas laterales.
En igual estado precario se encuentra el lateral del frente de la Puerta de Tierra vecino del baluarte, donde se encuentra el acceso a la Casa del Corista, un equipamiento en manos privadas que ocupe una superficie importante de las bóvedas de San Roque.
También te puede interesar