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Un alto cargo de la compañía Concasa, que gestionará bajo el paraguas de Boluda, la futura terminal de contenedores ya mostraba hace años su firme convencimiento de hacer todo lo posible para que este nuevo muelle vecino de la factoría de reparaciones de Navantia sea multifuncional.Esto quiere decir que, a pesar de que el objetivo inicial y el que se presentó al principio ante Europa era almacenar y mover, con la mejor tecnología del momento, contenedores, este nuevo espacio tenga un uso multifuncional.
La cosa ya no sólo quedó en una declaración de intenciones sino que ya, la propia Autoridad Portuaria gestionada por Teófila Martínez estudia ya otras posibles fórmulas para que la empresa o las empresas concesionarias que finalmente se queden con las tres fases de esta terminal puedan diversificar sus usos y sus tráficos para que los números siempre salgan en negro y nunca en rojo.
De esta manera, aquel cargo de Concasa al que antes hacíamos alusión y abría las puertas al tráfico rodado e incluso al trasiego de mercancía general, una opción que, sin duda, hará más viable cualquier tipo de proyecto de futuro para esos nuevos muelles.
Y es más, esto ha quedado probado que no es ninguna locura ya que los muchos meses que la explanada se encuentra ya disponible para entrar en funcionamiento, algo que ya habría ocurrido si no hubiera sido ya por los problemas que está dando el túnel de acceso, la terminal ha tenido varios y distintos usos que han aportado algunos dividendos a la Autoridad Portuaria.
Cabe recordar a la empresa holandesa Mammoet, especializada en trabajos de cargas especiales, ocupó durante nueve meses 60.000 metros cuadrados de la explanada de la futura terminal de contenedores para un proyecto de ensamblaje de 8 grúas STS con destino Tánger. Y tan buena fue la experiencia de la citada compañía, que Mammoet expresó su intención de convertir, en un futuro, a Cádiz en su puerto base para el montaje de este tipo de grúas para clientes del puertos del Mediterráneo.
En aquel momentos, las grúas llegaron en barco, en grupo de dos y desmontadas, procedentes de fábrica. Fueron descargadas y ensambladas tanto mecánicamente como eléctricamente en la propia terminal, para lo que se requirió maquinaria muy compleja.
Una vez ensambladas, las grúas se volvieron a cargar en barco de dos en dos y navegaron hasta su destino, en Tánger.
Y hubo otros usos variados que quedarán en retina del puerto de Cádiz. En enero de 2018 la nueva terminal de contenedores del puerto de Cádiz cobijó durante dos semanas, ni más ni menos que a un megabuque de 400 metros de eslora que había sufrido un brutal desplazamiento de la carga en una temporal en Cabo Finisterre. Una vez más, el puerto de Cádiz hizo uso de este espacio que aún tenía sin uso para labores que se salían del objeto inicial de la terminal que era el almacenaje y movimiento de los containers.
Y eso sin dejar de lado la gran cantidad de cruceros que han utilizado los bolardos de la nueva terminal (NTC, tal y como se denominaba en el proyecto inicial que llegó a Bruselas hace ya muchos años) para su atraque. Sobre todo en situaciones de overbooking de la dársena comercial. Este destino para los buques turísticos tiene algún que otro inconveniente salvable, ya que los pasajeros que llegan a ese Muelle dependen, al final, de autobuses que les acerquen a las terminales de cruceros para llevar a cabo los trámites de aduanas y de seguridad que impone la normativa europea.
Pues en esta ocasión, tal y como ya expresara Concasa hace ya unos cuantos años, toca estudiar también la posibilidad de instalar en la nueva terminal al menos dos rampas para que esta nueva ampliación del puerto de Cádiz pueda ser utilizado también para el tráfico rodado (ro-ro), lo que abriría muchas posibilidades. Desde la posibilidad de que Armas Trasmediterránea pudiera desplazar allí a alguno de sus barcos, algo que no contempla en absoluto, de momento, o bien acoger allí a otras compañías que quieran traficar con carga rodada, por ejemplo con otros destinos como podrían ser Marruecos.
Esta posibilidad ha trascendido a raíz de que la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz abriera procedimiento de licitación para llevar a cabo un estudio de tipologías para el muelle de la tercera fase de la nueva terminal de contenedores del enclave, un análisis de la viabilidad de la colocación de rampas ro-ro en la instalación y la ordenación de la explanada creada dentro del conjunto de la terminal.
En concreto, los responsables del recinto portuario andaluz estiman necesario optimizar el muelle de esta tercera fase, previendo su uso mixto para tráfico de contenedores y de carga rodada.
Así pues, los trabajos comprenden la elaboración de un estudio técnico y económico de un mínimo de doce soluciones para el muelle de la tercera fase de la terminal con calados de entre trece y quince metros.
Por otra parte, el análisis de viabilidad de una o dos rampas ro-ro situadas en los extremos del muelle tendrá en cuenta los tráficos presentes y futuros, la operatividad, en dos casos, independiente y en coexistencia con tráfico de contenedores, así como su encaje con las tipologías estudiadas para el muelle y de los viales de distribución con el conjunto de la explanada de la terminal.
Finalmente, la ordenación de la futura explanada y su integración con las anteriores fases de la terminal contemplará la afección a los tráficos existentes y futuros, así como la optimización de viales de distribución de cara a maximizar la explotación del conjunto.
Todo el expediente, con un plazo de ejecución de cuatro meses, tiene un presupuesto base de licitación de 35.997,50 euros y un valor estimado de contrato de 29.750 euros.
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